Septiembre-Octubre 2002, Nueva época No. 57-58 Xalapa • Veracruz • México
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A la luz Humo de leña.
Los panaderos de Veracruz,
de Susana Casarin

Gina Sotelo

El volumen fue presentado por Germán Dehesa,
Juan Miranda y Rosa de la Rosa.
Un recorrido por los claroscuros de esas fábricas de sabores, olores y formas que son las panaderías, particularmente las que subsisten, con el añadido del humo y el calor de la leña, en poblados veracruzanos como Coscomatepec, Naolinco, Tlacotalpan y Xico, ha logrado Susana Casarin, en su libro Humo de leña. Los panaderos de Veracruz, que fue presentado el 21 de septiembre por Germán Dehesa, Rosa de la Rosa y Juan Miranda en el auditorio de El Ágora de la Ciudad.
Editado por la Universidad Veracruzana, el Instituto Veracruzano de Cultura y el Fondo Nacional para la Cultura y las
Susana Casarin (al centro) estuvo acompañada por Juan Miranda, el editor Alberto Tovalín, Germán Dehesa y Rosa de la Rosa, durante la presentación de su libro Humo de leña. Los panaderos de Veracruz. (Foto: César Pisil)
Artes, este volumen es el nuevo logro de la fotógrafa mexicana, quien, a lo largo de tres años, recorrió las panaderías tradicionales, cuyos productos siguió con enorme curiosidad por las calles de los poblados veracruzanos, para descubrir su importancia en la vida y cultura popular.
Germán Dehesa hizo una comparación entre el nacimiento simultáneo del pan y la letra impresa. “El primer testimonio impreso pertenece a los sumerios, de quienes sabemos que ya dominaban la ciencia del pan. Existían hornos primitivos hace 40 siglos, el tiempo que tiene la palabra escrita”. Según el escritor, en el poema de Gilgamesh se hace referencia a los hombres que por vez primera decidieron alimentarse de pan; desde entonces no hay manera de separar esta relación.
Para Dehesa, el libro de Casarin es una especie de archivo o de memoria donde quedará eternizado el trabajo del panadero. “Susana tomó su cámara y fotografió a los panaderos para que no se perdiera memoria de su labor. Hace un rescate de entre las sombras, pues cada una de sus imágenes trae a la luz algún gesto, actitud o presencia de la vida y de cómo queremos vivirla”.
Para Juan Miranda, Susana Ca-sarin es una fotógrafa pictorrealista, del tipo de artista que se permite desarrollar su creatividad. Su libro da cuenta de su destreza como ama-sadora de luces que se convierten en halos invasores de los lugares de trabajo de los panaderos: “Nos acerca a los personajes ordinarios como excelsos protagonistas de la vida cotidiana, iluminados por gotas de luz en la oscuridad, envueltos y matizados en sus propios elementos de volúmenes acentuados por un rayo de luz divina”.
Rosa de la Rosa dijo que el libro de Casarin es un buen pretexto para rescatar una tradición que poco a poco se va perdiendo en el trajín de la modernidad. “Su lente va más allá de la panadería. Ella se atreve a lo que muchos solamente atisbamos desde fuera. Se atreve a cruzar el umbral y llega a ese mundo de hombres fuertes que trabajan como vulcanos cerca del fuego purificador”.
Para la autora de Humo de leña la idea de convertirse en vocera de una tradición como la que describe en su libro surgió de un hecho casual: “Me topé con las panaderías de Veracruz y empecé a descubrir sus aspectos, atmósferas y ambientes”. De ahí descubrió que el pan no sólo tiene que ver con la harina, la masa y el azúcar, sino con la música de los veracruzanos, su sensualidad, alegría y manera de tratar a la gente. “Esto me acercó a los panaderos, quienes, además de abrirme las puertas de sus panaderías, me abrieron su corazón y me contaron sus historias”.