Todas
las especies de hongos, incluyendo las comestibles, pueden ser
infectadas por una clase de virus conocida como micovirus. Aparentemente
son muy comunes y se cree que contaminan a aproximadamente 5 000
especies; sin embargo, muy pocos han sido aislados y caracterizados.
Los micovirus se transmiten regularmente por el contacto citoplas-mático
ocurrido durante la fusión de las hifas (filamento tubuloso
que constituye la unidad estructural de los hongos) y pueden ser
acarreados por esporas, aunque aparentemente no las pueden infectar
ya que no pueden atravesar sus paredes, y se reproducen dentro
de las células de las hifas, generando nuevos viriones
(virus envueltos en una membrana). Tal proceso involucra la propagación
de nuevas moléculas de ácido ribonucleico (rna),
así como la síntesis de poli-péptidos para
formar la cápside (núcleo del virión).
Aparentemente, en los hongos no existen efectos provocados por
micovirus, pero las células sanas pueden contener gran
cantidad de partículas virales. Por ejemplo, las levaduras
tienen usualmente de 100 a 300 viriones en cada célula,
sin que se observen secuelas aparentes. Asimismo, los micovirus
pueden estar relacionados con la hipovirulencia, fenómeno
que reduce la virulencia de los hongos patógenos de plantas,
haciéndolos menos peligrosos para su huésped vegetal.
El primer reporte de micovirus en un hongo fitopatógeno
en nuestro país fue descubierto recientemente por Noel
Reyes Pérez, egresado de la Facultad de Agronomía
de la uv en Tuxpan, quien para obtener su grado de maestría
en Ciencias en Protección Vegetal presentó el trabajo
Variabilidad en aislamientos de Scle-rotium Cepivorum Berk
y su relación con ARN de cadena doble, investigación
que lo hizo merecedor al premio Arturo Fregoso Urbina 2000, el
cual otorga la Universidad Autónoma de Chapingo a las mejores
tesis de posgrado en el área de ciencias biológicas
aplicadas.
Noel Reyes Pérez dijo que su investigación inició
en enero de 1998 y culminó el mes de febrero de 2000.
En dicho periodo apartó al hongo a través de sus
esclerocios (enfermedad de los hongos), evaluó muchas de
sus características e hizo 15 aislamientos que presentaban
alta variabilidad, sobre todo en lo relativo a su virulencia.
La hipótesis era que este mal se debía posiblemente
a la presencia de un hipovirus, el cual se usa como una forma
de control natural de los hongos-plaga (fitopatógenos)
en Estados Unidos y algunos países de Europa.
Así, tras el uso de técnicas mole-culares combinadas
con metodologías de evaluación morfofisiológica,
se determinó que en algunos aislamientos de este hongo
existen partículas virales, y aunque su presencia no necesariamente
incide en la virulencia, sí incide en otras características.
Entre el comité de la Universidad Autónoma de Chapingo
que avaló el reconocimiento a Reyes Pérez, se encontraron
los doctores especializados en asuntos agrícolas Felipe
Delgadillo Sánchez, Rodolfo de la Torre Almaraz y Gerardo
S. Leyva Mir, miembros del Sistema Nacional de Investigadores.