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¿Cómo
olvidar que en las décadas de los cuarenta y los cincuenta
la industria del cine era luego del petróleo
la más rentable de México? Hoy, distamos mucho de
ser un país productor de cine, aunque las escuelas de cinematografía
siguen teniendo demanda y aún hay muchos, como Tonatiuh,
que creen que es posible vivir por, para y de la creación
cinematográfica.
La relación entre publicidad y cine, afirmó, permite
ver a los artistas tomando Coca-Cola o a James Bond manejando un
bmw, pues si bien es cierto que el cine es arte, cultura y entretenimiento,
también se caracteriza por ser industria, por ello se ha
sustentado en la publicidad: "En los inicios surgió
una figura en el cine hollywoodense, el 'productor de línea',
que es quien hace que Bond tome martini de una marca específica
o que Terminator beba Pepsi". Todos los egresados de las escuelas
de cine y los cineastas han buscado la manera de allegarse recursos
haciendo comerciales, ya que se presentan como una forma viable
de vivir, además de que el realizador tiene acceso a la tecnología
de punta porque, evidentemente, la publicidad puede pagar.
Tonatiuh está consciente de que las agencias de publicidad
se caracterizan por fusionar el aspecto creativo y mercadotéc-nico.
Al creador cinematográfico lo contratan para llevar a cabo
sus ideas, la dirección de actores y de arte, la gramática
cinematográfica y otros aspectos. "Mal haría
si quisiera expresarme por medio de los comerciales. Yo hago lo
que tengo que hacer, lo filmo, hago mi mejor esfuerzo, de alguna
manera me preocupo por que la técnica y la factura sean de
primer nivel, pero no es una forma en la que yo me expreso porque
para eso hago cine".
La tecnología ha abierto una nueva puerta hacia la creatividad
e incluso ha facilitado la producción. Ahora se puede filmar
con escenarios virtuales y mucha gente puede hacer su propia producción
porque el equipo es más accesible y las escuelas cuentan
con mejores herramientas. Con una cámara de video, señaló,
se puede crear algo decente y de calidad, aunque para ello hay que
seguir las reglas de la gramática cinematográfica,
pues permiten una mejor expresión: la tecnología da
un sinfín de posibilidades, pero sólo de forma, no
de concepto.
"Puedes ver una película con sorprendentes e increíbles
efectos especiales, pero con una historia vacía, que no te
gusta, y un filme con una historia sencilla, pero totalmente emotiva,
tanto que hace sentir o llorar al espectador. La diferencia no reside
en la forma, sino en el concepto, y lo interesante es combinar ambos
aspectos".
Por último, lamentó que en México tanto cineastas
como productores y espectadores no estén involu-crados ni
atentos en el cortometraje, por lo que sólo se puede apreciar
en muestras de cine que se repiten dos veces al año, a diferencia
de otros países, donde estos materiales no sólo se
exhiben en festivales, sino que además son considerados como
un área más del cine.
Tonatiuh Martínez es licenciado en Ciencias de la Comunicación
y en Cinematografía con especialización en Dirección
y Cinefotografía. Ha participado en la realización
de cortometrajes y ha recibido reconocimientos en México
y el extranjero. Asistió a diversos festivales, como la Bienal
de Video de la Ciudad de México, la Muestra Itinerante Mundial
de Video Experimental, el Film Festival de Chicago, el de La Sorbona
de París y el Iberoamericano de Cine y Video Alternativo
de La Habana, así como los de cortometraje de Estocolmo,
Berlín y Tokio. En publicidad, ha colaborado en la realización
de comerciales de las empresas Kelloggs, Sabritas, Bayer, Cedetel,
Telmex, Panasonic, Volkswagen, Coca-Cola, Nestlé y Schering
Ploug, entre otras. Actualmente es director y fotógrafo en
Zfilms.
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