Universidad Veracruzana

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Ensayo sobre el beso erótico en los Siglos de Oro

Corre, lee y dile

 

 Por Germán Martínez Aceves

 

Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina La creación de Adán. Ahí, un hombre desnudo recostado extiende su mano izquierda para que “Dios”, rodeado de ángeles, estire su mano derecha y con el dedo índice busca tocar a su “creación” para dar paso a la humanidad. Visión patriarcal y llena de mitos sobre el inicio de la vida.

Más real pudo ser un beso erótico. Nada más eléctrico, explosivo e intenso que la unión de dos seres que sellan su amor y querencia a través de la suavidad de los labios, de la caricia de las lenguas, del intercambio de humedades, de transmisión de alientos y de ahí, a la creación de la vida o al menos, encontrarle su sentido.

Sin embargo, el beso erótico no ha sido tema central de estudio o de reflexión. La literatura, sin duda, lo refleja en las letras, a veces en lo marginal, en ocasiones retando a la censura o bien, plasmada en versos o prosas de historias de amor.

Pablo Sol Mora, doctor en Literatura Hispánica por El Colegio de México, nos entrega un estudio apasionante en cinco capítulos que hurga en la historia del beso erótico en la literatura desde épocas remotas, pasando por el Renacimiento, hasta llegar a los considerados Siglos de Oro de la literatura castellana (XV-XVII) donde florecen obras clásicas creadas por Miguel de Cervantes Saavedra, Francisco de Quevedo, San Juan de la Cruz, Pedro Calderón de la Barca, por mencionar algunos.

El ensayo de gran aliento (sin duda) que nos presenta Sol Mora se llama Bésame con el beso de tu boca. El beso erótico en los Siglos de Oro, publicado por la editorial española Visor Libros en su colección Biblioteca Filológica Hispana y por la Editorial de la Universidad Veracruzana.

El autor de Diccionario Vila-Matas (Editorial UV, 2020) escribe: “Este libro trata fundamentalmente sobre el beso erótico en la literatura española de los Siglos de Oro. Sobra decir que en esta época, como en tantas otras, hay muchas clases de besos: amistosos, familiares, ceremoniales, etc., entre varias posibles calificaciones. Pero el beso que me interesa es el beso erótico, el beso en la boca que está relacionado con el impulso sexual”.

Pedro Sol encuentra que los primeros testimonios escritos del beso erótico se registran III siglos a.C en la literatura sumeria y están relacionados con el sexo. El beso es un hecho biológico y químico que marca la atracción de dos personas. En la Grecia clásica se le asoció con el pneuma (aliento, soplo), una fusión de almas. Aun así, no era preocupación central de los filósofos, aunque “se desarrolla en la Antigüedad a partir del pensamiento presocrático, los análisis platónicos y aristotélicos de la respiración y la medicina hipocrática”, menciona Sol Mora.

El Cantar de los cantares (libro casi apéndice de La Biblia donde no hay venganzas ni culpas, ni martirios, sino disfrute de amor y sexualidad) es una piedra angular del ensayo de Pablo Sol que revisa los problemas que enfrentaron en su momento religiosos-literatos como fray Luis de León, santa Teresa de Jesús, san Juan Bautista y Mariana de San José. Su conflicto era la interpretación del versículo del Cantar sin la cual “no puede entenderse la idea del beso erótico en el Occidente”.

Quevedo hizo su propia traducción y paráfrasis del Cantar y así lo registra Sol Mora: “Béseme con el beso de su boca,/ pues de panales dulces está llena; cuanta más hiel y más acíbar toca,/ sus labios son la gloria de mi pena;/ y en tan inmensa multitud de agravios,/sus besos son la vida de mis labios/.

Analiza también los besos de Damón y Filis en un soneto del capitán Francisco de Aldana y los trattati d’amore. Este es un fragmento de la pieza poética. “¿Cuál es la causa, mi Damón, que cuando/ en la lucha de amor juntos, trabados,/ con lenguas, brazos, pies y encadenados/ cual vid que entre el jazmín se va enredando, / y que el vital aliento ambos tomando/ en nuestros labios, de chupar cansados,/ en medio a tanto bien somos forzados/llorar y sospirar de cuando en cuando?”.

Finalmente examina la diversidad del significado de los besos en la obra de Cervantes que van de los besamanos y besapiés (muchas veces ironizado en las acciones de Sancho Panza) a un potencial subversivo y; la poesía amorosa de Francisco de Quevedo, donde aparece el “beso fantasma” que es solo una apariencia o una fantasía.

El beso erótico, llama que enciende a los amantes y fusiona sus almas, es una presencia medular en las obras del Siglo de Oro español que Pablo Sol destaca en las obras que ponen de manifiesto la condición humana. El autor afirma: “Tengo la íntima convicción de que, si algún día los seres humanos abandonan la práctica del beso, habrán perdido una parte esencial de su humanitas”.

Bésame con el beso de tu boca. El beso erótico en los Siglos de Oro, de Pablo Sol Mora, editado por Visor Libros, colección Biblioteca Filológica Hispana y la Editorial de la Universidad Veracruzana, 179 páginas, 2021. Se puede adquirir en la librería Hyperión con envíos a todo el país.

 

 

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Fecha: 22 abril, 2024 Responsable: Editorial Contacto: direccioneditorial@uv.mx