Universidad Veracruzana

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Códice Tonayán-Misantla: una reinterpretación

Corre, lee y dile

 

Por Germán Martínez Aceves

 

Los grupos humanos siempre buscaron la manera de registrar su “aquí y ahora” para dejar constancia de sus hechos, de su historia. Materiales para hacerlo hubo diversos. Nuestros pueblos originarios, además de usar la piedra, utilizaban papel amate, que era un lienzo tejido conocido ahora como códice.

Con glifos y representaciones gráficas diversas, el tlacuilo, quien era el encargado de hacer los jeroglíficos o ideogramas, plasmaba en el códice las actividades diversas que realizaban las sociedades prehispánicas como las religiosas, políticas o históricas.

Los códices fueron fundamentales para delimitar los territorios y defender los recursos naturales que se encontraban en ellos, sobre todo cuando llegó la invasión española, se convirtieron en documentos necesarios para reconocer el uso del territorio de las comunidades indígenas.

Jesús Javier Bonilla Palmeros, investigador del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana, en su vocación de búsqueda encontró nuevos datos sobre un documento totonaco y nos ofrece una amplia explicación descriptiva e informativa en su libro El Códice Tonayán-Misantla. Reinterpretación con base en nuevos estudios, publicado por la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Tonayán actualmente es un municipio que se encuentra en la zona centro del estado de Veracruz y fue un asentamiento totonaco perteneciente a la región del Totonacapan (Tierra caliente) que abarcaba desde Cazones hasta La Antigua y la parte de la zona norte del actual estado de Puebla.

Jesús Javier Bonilla decide llamarle Códice Tonayán-Misantla al hacer una minuciosa reinterpretación de los estudios de los investigadores Ramón Mena, José Luis Melgarejo Vivanco y David Ramírez Lavoignet, quienes registraron que el códice era de la comunidad de Misantla.

Pero los datos que analizó Bonilla Palmeros fundamentan que fueron las autoridades de Tonayán quienes hicieron la petición de la elaboración del códice que siempre estuvo en ese lugar hasta que fue vendido en la década de los cuarenta del siglo XX.

El códice, que por supuesto se reproduce en el libro, registra a detalle los límites territoriales de Tonayán con sus cerros, montañas y ríos; plasma las imágenes de las autoridades para delinear una iconografía del poder; marca la llegada de los españoles con su carabela a las costas de Quiahuiztlan y deja claro los asentamientos totonacos existentes.

El documento que puede tener su origen en el siglo XVI destaca cómo fue controlado el territorio por los totonaca de Tonayán a partir de la invasión de las tierras de Chapultepec, cuando fueron movilizados por fray Buenaventura de Fuenlabrada, en un intento por ubicarles en un lugar de fácil acceso para su conversión católica.

El conflicto territorial fue entonces el motivo central para elaborar el códice, sobre ello, Jesús Javier Bonilla realiza esta reinterpretación que vale la pena revisar en esta buena edición.

El Códice Tonayán-Misantla. Reinterpretación con base en nuevos estudios, de Jesús Javier Bonilla Palmeros, es de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 193 páginas, 2020.

 

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Fecha: 17 abril, 2024 Responsable: Editorial Contacto: direccioneditorial@uv.mx