Cristina Núñez Madrazo

Facultad de Sociología
Universidad Veracruzana

 

Rehaag, Irmgard. (2007). El pensamiento sistémico en la asesoría intercultural. La aplicación de un enfoque teórico a la práctica. Ecuador: Abya Yala

 

En términos generales el texto de la autora nos ofrece una perspectiva innovadora para el análisis y la asesoría en los encuentros interculturales, ya que nos muestra las potencialidades de la teoría de sistemas enfocada a las personas para este propósito.

A lo largo del texto se observa que el análisis del encuentro intercultural desde el pensamiento sistémico le permite a la autora incorporar y articular los distintos niveles y dimensiones de la complejidad para el análisis y la práctica.

Por otro lado, también hablando en términos generales sobre el libro, se percibe que la autora nos muestra una visión muy especial, muy particular. Es decir, una visión que ella construye desde su propia experiencia en encuentros interculturales (la cual es muy amplia). En este sentido, su mirada articula creativamente su propia experiencia con la perspectiva teórica del pensamiento sistémico.

Y es, desde mi punto de vista, justamente en esta línea –es decir, la de articular su propia experiencia con la teoría– que su propuesta es coherente con el pensamiento sistémico.

En su primer capítulo nos presenta las nociones centrales de cultura, de interculturalidad y de competencia, que le servirán de base para formular su propuesta de análisis e intervención del proceso intercultural.

A partir de estas nociones conceptuales básicas, la perspectiva de la autora nos muestra al encuentro intercultural como un desafío que nos puede permitir contender creativamente con “lo extraño”, con “la otredad”, y de esta manera, enriquecer nuestra vida, considerando que la manera como cada uno de nosotros, cada persona, vive la experiencia del “otro”, con lo “extraño”, depende de su propio sistema de orientación cultural, de sus valores, de su percepción, de lo que es normal y de lo que no lo es.

En este sentido, la autora nos presenta al encuentro intercultural como un proceso a partir del cual se favorece la reflexión y el conocimiento de la propia cultura y de la autopercepción, propiciándose de esta manera un enriquecimiento de las culturas.

Así, en tanto desafío, es deseable que el encuentro intercultural se apoye en el desarrollo de las competencias interculturales, es decir, de las habilidades para contender con el llamado “choque cultural”, para de esta manera propiciar que la experiencia del contacto y la interacción con “el otro”, con “lo extraño”, sea una experiencia que enriquezca la vida de quienes participan en ella.

La inclusión del proceso de dominación, de la hegemonía y de la desigualdad en el análisis de la interculturalidad, como parte final del primer capítulo, nos proporciona el cuadro teórico/contextual suficiente para sustentar la propuesta de intervención y asesoría en encuentros interculturales internacionales y, al interior de las naciones, entre grupos sociales diferentes.

En el segundo capítulo del libro, la autora nos ofrece una interesante y muy clara explicación de la perspectiva sistémica aplicada en su estudio:

¿Qué es lo que se concibe como un sistema y cuáles son sus atributos en tanto “totalidad dinámica”?

¿Cómo se dan las interrelaciones entre las partes que determinan el comportamiento de un sistema?

¿Cómo se genera un orden siempre cambiante al interior del sistema?

¿Cómo se articulan las estructuras y los procesos para generar esta totalidad cambiante y dinámica?

¿Cómo operan los principios de autorregulación y autoorganización al interior de los sistemas sociales, sistemas particularmente complejos?

¿Cuál es la dinámica de la interrelación entre el sistema y su entorno, y cómo éstos se retroalimentan y se transforman mutuamente?

¿Cómo este proceso permanente de transformación, desarrollo y evolución es, a su vez, un proceso de aprendizaje y reaprendizaje, y un atributo y una capacidad fundamental del sistema?

Finalmente, en este segundo capítulo la autora nos explica su perspectiva sistémica enfocada a las personas, a la acción social y a las subjetividades como elementos centrales y dinámicos del sistema.

Las personas crean interpretaciones subjetivas acerca de la realidad y actúan en función de éstas al interior del sistema social, el cual depende de reglas explícitas e implícitas que a su vez, devienen de las interpretaciones subjetivas de las personas. De esta manera, el sistema social está siendo permanentemente creado y recreado con base en estas estructuras circulares de interacción que dan sustento a su dinámica compleja.

A partir de estos postulados, en su tercer capítulo, la autora nos ofrece un modelo para el análisis concreto y la asesoría de diversas experiencias en contextos interculturales. Particularmente se trata de experiencias de movilidad estudiantil y de encuentros de colaboración internacionales.

La asesoría se concibe como un proceso de interacción comunicativa dirigido a facilitar la comunicación intercultural. Dado que el proceso comunicativo está culturalmente orientado, las formas de comunicación divergen en las diferentes sociedades. De esta manera, la práctica de la asesoría intercultural que nos propone la autora se enfoca fundamentalmente al reconocimiento de las diferencias socioculturales. Esto incluye la explicitación de las reglas ocultas y la orientación para reconocer el contexto de la nueva sociedad, es decir, para reconocer las diferentes formas de interpretación, las distintas subjetividades y las diversas manifestaciones del comportamiento psicosocial.

El texto nos ofrece una propuesta sustentada en las características de los sistemas sociales que pueden servir de base para implementar talleres de competencias interculturales, como espacios idóneos para la asesoría intercultural.

En suma, el texto que nos ofrece la autora es muy sugerente y útil para contender con la complejidad de los diversos contextos interculturales en el mundo global actual.

Notas