Revista de Investigación Educativa 1
julio-diciembre, 2005
ISSN
1870-5308, Xalapa, Ver
Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana


 
Cambio organizacional y disciplinario en México
 
   
 

Rollin Kent Serna (Coordinador). (2003). Cambio organizacional y disciplinario en unidades de investigación y posgrado en ciencias sociales en México: Una visión comparativa. México: Plaza y Valdés-CINVESTAV.

Lorena Oliver Villalobos*

A principios de los noventa uno de los temas de debate político fue la importancia de la educación como elemento de superación individual y social. Para lograr este objetivo era necesario realizar una reestructuración educativa. Se implementaron diferentes políticas en todos los niveles (básico, medio y superior), enfatizando la equidad y la calidad de la educación. En este margen de modernización, la Educación Superior sufrió cambios organizacionales y estructurales, adquiriendo un mayor auge el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Sin embargo, no fue un proceso fácil, ya que hay en juego diversos elementos internos y externos a las instituciones que determinan las estructuras de poder y que determinan sus procesos de cambio, impactando directamente en la investigación y la docencia. Es por ello que conocer los diferentes modelos de operación en la educación superior nos permite tener en cuenta cómo ha sido el proceso de cambio, y la dificultad que implica romper con las estructuras tradicionales e individualistas que la han permeado a través de su desarrollo histórico.

Una década después del inicio de la modernización de la educación se realiza un balance de resultados; en este contexto se nos presenta el libro Cambio organizacional y disciplinario en Universidades de Investigación y posgrado en Ciencias Sociales en México. Una visión comparativa. Esta obra nos permite visualizar las debilidades a las que se enfrenta el desarrollo científico en México; los pros y los contras de las políticas que se han desarrollado en torno a las Instituciones de Educación Superior (IES); el cambio en la concepción del papel del investigador; la importancia del trabajo colegiado y de dar a conocer resultados; también nos permite comprender las dificultades que imperan en los mecanismos institucionales que no permite fortalecer los espacios colegiados.

El libro comienza explicando que a raíz de la huelga en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1999, surge un debate para redefinir la función que la universidad tiene en la sociedad, ya que juega dos papeles centrales: 1) como agente formador de profesionistas y 2) como un espacio de desarrollo y difusión de la investigación científica. En este contexto, los autores suman esfuerzos de investigaciones individuales anteriores en el análisis del cambio en la Educación Superior en México, a través del estudio de las políticas gubernamentales y las respuestas institucionales, de gestión y formas de gobierno para contribuir al debate.

Los ejes temáticos que aborda el texto son:

1) Analizar las capacidades comparativas para impulsar la investigación en las Universidades y los Institutos.

2) Identificar las trayectorias de los diversos actores implicados (formas de gestión, financiamiento, organización académica, etc.).
Para ello, se realiza una revisión histórica del desarrollo de la ciencia en las IES, comparando  brevemente el desarrollo que se da en América latina, México y Estados Unidos. En el caso de México, la investigación en las IES ha contado con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y de las universidades públicas como la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los Institutos Tecnológicos y las Universidades Estatales.

Los autores señalan que entre los principales factores de cambio organizacional se encuentra el proceso de expansión de las unidades de investigación; la existencia de un porcentaje bajo de proyectos apoyados por CONACyT; un bajo porcentaje de profesores con nivel de doctorado y las prácticas de investigación individualistas. Los cambios geográficos en las áreas de concentración de los institutos de investigación se caracterizaron por un desplazamiento de México, fomentando la investigación en estados como Veracruz, Puebla, California, Michoacán y Sonora. Estos cambios propiciaron que existan diferentes grados de consolidación institucional, que han determinado la evolución disciplinaria y de sus estructuras organizativas formales e informales.

El objetivo del libro es brindar más elementos de análisis sistemáticos, a través de cinco estudios de caso de instituciones que han vivido un proceso de cambio organizacional y disciplinario. Además de examinar las respuestas locales a la política científica que ha tenido cada institución para consolidar sus procesos de adaptación al proceso de modernización educativa.

A pesar de que ya existen algunos estudios sobre el campo de las ciencias sociales, “estos han abarcado temas de cambio teóricos y aparición de especialismos, la politización e ideologización de la sociología, de la crisis de las Ciencias Sociales, etc,” (18), pero es hasta los noventa cuando comienzan los estudios descriptivos y analíticos que trabajan la hipótesis de que:
1) En los setenta hubo una profesionalización improvisada de los académicos.

2) En los ochenta había afiliaciones al marxismo que determinaron las rutas académicas.

3) Las diferencias ideológicas tuvieron influencia en la toma de decisiones del currículum, de las políticas de contratación y del financiamiento.

4) Había ambigüedades epistémicas.

5) Los circuitos de comunicación son muy diferentes; por un lado son localizados y por otro lado llegan a ser muy cosmopolitas.

El estudio nos habla de la necesidad de corregir la ausencia de análisis institucional. Los autores postulan que el contexto organizacional donde se mueven los científicos es una variable explicativa crucial de las posibilidades de desarrollo de las disciplinas, ya que la modernización de la universidad trastoca la investigación tanto en su contenido como en su finalidad.

El libro está conformado por ocho 8 capítulos. El primero y el segundo realizan un proceso de conceptualización. Del tercero al séptimo se desarrollan los estudios de caso, y el octavo es un análisis comparativo más las conclusiones.

El tipo de investigación llevado a cabo permite conocer las dinámicas internas de las IES; para lograrlo se realizó un estudio cualitativo de análisis de casos. El objetivo de utilizar este método es aportar conocimientos sobre los procesos específicos que alimentan cotidianamente el desarrollo de la investigación en cada entramado institucional, lo que permite mostrar algunos procesos que ocurren en otras instituciones similares o análogas. La forma de delimitar las instituciones a estudiar fue considerar las instituciones que realizaran investigación en Ciencias Sociales y su investigación tuviera un gran peso, además de que las disciplinas estuvieran más emparentadas con la sociología, considerando que no fueran sólo instituciones metropolitanas y que los casos seleccionados permitieran mostrar modos distintos de hacer investigación social. Se consideraron centros universitarios y no universitarios en donde la docencia e investigación siguieran pautas diferentes, y que permitieran visualizar la capacidad de cambio de las universidades públicas que han iniciado procesos de reforma.

Este es un trabajo cualitativo realizado a través de entrevistas a investigadores de diferentes áreas y posiciones académicas. Las líneas temáticas que se considereraron para las entrevistas fueron: 1) Conocimiento y percepción del investigador acerca de las políticas de modernización; 2) El reconocimiento de su inserción en la institución y de lo que ésta ha hecho para el desarrollo de la investigación y de sus académicos; 3) la noción sobre el desarrollo de la disciplina; y 4) las perspectivas de desarrollo que señala el investigador en relación con las políticas, la institución y su función como académico.

Se realizaron 80 entrevistas (en dos rondas). Las instituciones seleccionadas son:

Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad de Puebla (ICSyH).

  • Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad (IIES).
  • Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara (CUCSH).
  • Colegio de la Frontera Norte (COLEF).
  • Centro Regional de investigaciones Multidisciplinarias (CRIM).

El primer capítulo realiza una conceptualización general del cambio disciplinario y organizacional. En él, nos permite visualizar una perspectiva general sobre las transformaciones en el entorno institucional de las universidades que se han caracterizado por la falta de políticas estatales a largo plazo, por la baja legitimidad del académico y falta de recursos destinados a la educación superior. En este sentido, se habla de que las disciplinas científicas en las universidades latinoamericanas han tenido un desarrollo tardío, han estado aisladas y dispersas, por lo que existe una complejidad institucional, administrativa y política que provoca un desfase entre la misión prevista de la universidad, las formas de organización académica, la gestión, la modificación financiera, la evaluación y las características de la profesión académica, que dificultan el desarrollo de la investigación y de la formación de nuevos investigadores. El cambio organizacional no es un proceso sencillo, ya que a pesar de que existen nuevos actores es necesario enfrentarse a las viejas estrategias políticas, institucionales, académicas y de investigación que confluyen en torno a la universidad.

Para apoyar la idea del desarrollo tardío se realiza una comparación entre los diferentes sistemas de educación superior de Alemania, EU, Francia y México, para tener un marco comparativo internacional ya que “el fenómeno de masificación no es exclusivo de América Latina por lo que no se puede considerar como único elemento capaz de explicar la distancia entre las universidades y la investigación” (28). La Educación Superior se ha caracterizado por la falta de una regulación de las escuelas, de pregrado, investigación y posgrado, lo que ha originado una extensa diferenciación institucional que genera tensiones entre la investigación científica y la enseñanza profesional de las universidades mexicanas. Los autores consideran la teoría de Clark sobre la importancia de la integración de las labores de investigación con las de formación superior especializada, como característica de las universidades de investigación; pero la experiencia mexicana no ha seguido esta línea, sino que se ha desarrollado un proceso de adaptación del proceso de modernización con base en las políticas públicas de CONACyT, del Programa Nacional de Superación del Personal Académico (SUPERA) y del Programa para el Mejoramiento del Profesorado (PROMEP). En México, las instituciones dedicadas a la investigación y el posgrado han estado separadas de la docencia en licenciatura; un ejemplo claro es la existencia del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), del Colegio de México (COLMEX) o de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

En el segundo capítulo se habla acerca del modelo de análisis sobre el cambio organizacional y disciplinario en las ciencias sociales. Se considera que el cambio organizacional sugiere “la modificación en las estructuras formales, jerarquías, procedimientos, posiciones de poder y prestigio donde la dinámica de cambio responde más a valores pragmáticos y políticos que a méritos académicos” (58) por lo que desarrolla una tipología de cambio organizacional y disciplinario a través de identificar el sentido del cambio organizacional y disciplinario de las ciencias sociales en cinco unidades académicas, considerando parámetros internos (como puede ser el grado de integración) y parámetros externos (grado de acercamiento o incorporación de una unidad académica).

Este capitulo conforma tres niveles de análisis: 1) el establecimiento, 2) la unidad académica y 3) la disciplina. Cada nivel está conformado por varias dimensiones, que fueron seleccionadas por su capacidad explicativa de los cambios de cada nivel y por su vinculación con las formas de trabajo y contenido de los investigadores de cada unidad.

En el tercer capítulo se nos habla del surgimiento y desarrollo del ICSyH.1 Esta institución se caracteriza por un proceso de adaptación ambigua, constituido por redes familiares e intereses políticos. Debido al carácter de su organización se ha obstaculizado la formación de una administración profesional, ya que el reclutamiento de su personal se basó más en razones y lealtades políticas que en méritos académicos. Esto ha generado la necesidad de hacer una reconstrucción jurídica, política y administrativa. Así mismo, la investigación fue considerada como una prioridad, por lo que se buscó el fortalecimiento y el prestigio de sus programas y sus académicos. Sin embargo, el primer reglamento de Estudios de posgrado fue de 1998, lo cuál es una muestra clara de las distancias y rupturas entre el discurso y el desarrollo científico. Entre los puntos positivos de la creación del instituto están: el auge de la investigación, el sentido de identidad, el liderazgo visible, el incremento de los investigadores y el impulso a los posgrados, procurando cumplir con los criterios del Padrón de Posgrado de Excelencia de CONACyT. Entre los aspectos negativos quedan: la separación entre la investigación y la docencia, la investigación como un proceso personal, los programas de posgrados orientados al mercado de re-calificación de profesionistas, dejar que el financiamiento solo sea por fondos externos y la carencia de un reglamento de posgrado hasta 1998.

El capítulo cuatro está dedicado al Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES), y se divide en dos apartados. El primero analiza la naturaleza de los cambios básicos de la Universidad Autónoma de Sinaloa (sistema político, estructura, gestión, carrera académica, financiamiento y empleo de recursos), mientras que el segundo apartado hace una referencia al origen y desarrollo del IIES. Las condiciones del cambio institucional están basadas en condiciones externas (políticas públicas, mecanismos de evaluación y financiamiento, etc.) y en condiciones internas; esta institución se caracteriza por un fuerte peso político ya que algunos académicos también son candidatos a puestos de elección popular, lo cual favorece la obtención de recursos, lo que nos habla de un ambiente de clientelas y lealtades y de un fuerte control institucional político. Su organización es tradicional, pues cuenta con escuelas y facultades en donde se distribuyen las licenciaturas y los posgrados.

La investigación se desarrolla en institutos separados de las academias; se privilegia la actividad política. Resulta interesante ver que en los proyectos de investigación predomina el ejercicio individual a pesar de contar con experiencias colectivas; además los niveles de producción y publicación de los investigadores son bajos. La agenda de investigación está enfocada a la economía y a la historia regional (localista), teniendo menor énfasis la sociología política y la ciencia. Poco a poco comienza a ser importante obtener prestigio externo, pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y buscar recursos externos que les permitan dejar de lado el carácter de aislamiento. Sin embargo, el cambio de las prácticas disciplinarias se presenta a través de cambios periféricos, que obedecen a necesidades adaptativas tanto a las políticas gubernamentales como a la necesidad de desarrollo de la investigación; aunque sus cambios no toquen la esfera de lo medular sí permiten comenzar una apertura ante el entorno académico nacional e internacional.

En el quinto capítulo se presenta la alternativa desarrollada por la Universidad de Guadalajara (UdG) con la creación del CUCSH. La UdG realiza una reforma en dos tiempos, hacia 1989 se realiza una modificación en las estructuras de poder creando su Ley Orgánica (1993), y después reestructura su organización académica y administrativa guiada por la idea de una red universitaria. Como resultado de este proceso surge la CUCSH, que tiene como objetivo facilitar la vinculación entre las actividades de investigación, enseñanza y difusión, separándolas por áreas de conocimiento (160). Sin embargo, su creación no es sencilla, ya que se enfrentaban al agotamiento de un modelo académico poco funcional, diseñado cuando la universidad era pequeña, donde se presenta una necesidad de cambio de estructura pero que no cuenta con las condiciones necesarias. Los sistemas de administración eran clientelares y de costumbrismos; no existían reglas claras de funcionamiento y no contaban con un esquema definido. El modelo del CUCSH fue la creación de dos divisiones de estudios especializados orientados a la investigación, con objetos de estudios interdisciplinarios y tres divisiones de estudio básicas enfocadas al trabajo docente y con una visión disciplinaria.

El sexto capítulo nos platica la experiencia del Colegio de la Frontera Norte, que es una de las instituciones más dinámicas e innovadoras dedicadas a la investigación en México. Se caracteriza por su alto compromiso con la sociedad, ya que uno de sus principales objetivos es generar “información aplicada que sirva como base para el diseño de políticas, y finalmente, dada su preocupación por los problemas de una zona geográfica particular, focaliza el interés e inserta a la institución en el medio que estudia” (185). Se puede distinguir el liderazgo personalizado como predominio de una lógica académica que fue heredada del COLMEX, donde conservan una red de vínculos y apoyos para la institución. Su estructura de poder ha sido favorable, ya que han logrado negociar sin conflictos internos graves. No ha tenido problemas serios de financiamiento, pues cuenta con el respaldo del gobierno federal, de los gobiernos estatales, de CONACyT y de universidades americanas con las que realizan convenios. Este instituto se caracteriza por combinar la producción de conocimiento con la formación de posgrado, de tal forma que la investigación ha sido fortalecida a través de la formación de sus académicos y por el impulso de los espacios de interacción al interior de la institución. En cuanto a sus niveles de productividad y producción, es importante resaltar que existe una fuerte relación entre departamentos, líneas temáticas y productos. Hay una fuerte producción de trabajos colectivos y gran parte de su personal pertenece al SNI.

El último instituto analizado es el CRIM que se dedica sólo a labores de investigación. Sin embargo, no ha incorporado a sus objetivos la formación de investigadores (programas de posgrado). Uno de los principales fundamentos de esta institución es crear las condiciones para la investigación de carácter multidisciplinario, y contribuir a la descentralización de la investigación en la UNAM. El financiamiento está considerado como parte de la UNAM, por lo que cada investigador busca atraer recursos (a pesar de no ser una condición formal para la investigación). La propuesta del CRIM es desarrollar formas innovadoras para el ejercicio de la actividad académica fomentando el carácter multidisciplinario, por lo que las relaciones informales adquieren un gran peso. Sin embargo, esta institución aún no logra vencer la fragmentación que se da entre la investigación y la docencia típica de los institutos de investigación. En cuanto a los temas de investigación, hay una tendencia a estudiar casos específicos y temas especializados para el incremento del acervo global de conocimientos. Además, la legitimación y el reconocimiento académico actúan como criterios básicos de negociación, manteniendo las condiciones de debilidad en el proceso de integración de la investigación y la docencia.

Los cinco casos analizados no representan el modelo de investigación en México, pero sí ejemplifican las diferentes vías de adaptación al proceso de modernización de la educación superior. Cada caso nos permite ver las diferentes trayectorias en las instituciones que se dan al margen de los cambios económicos, políticos y culturales del país. De esta forma se puede realizar un análisis comparativo del cambio organizacional y disciplinario en las ciencias sociales.
El último capítulo engloba el análisis de los tres niveles. En el establecimiento se observa cómo el desarrollo del trabajo académico en las disciplinas se involucra de manera compleja con los cambios organizacionales inmediatos y con los cambios periféricos que modifican las formas de trabajo. El establecimiento constituye un régimen de incentivos, reglas y oportunidades para sus integrantes. Su construcción es histórica en función de sus propios recursos, valores, liderazgos y capacidades para afrontar los cambios de su entorno. El peso de las estructuras (formales e informales) determina las posibles rutas de cambio institucional. La conclusión de los autores en este escenario es que los investigadores juegan un doble papel. Por un lado, responden a las exigencias de las políticas públicas en materia de ciencia y tecnología, pero también incrementan su perspectiva del desarrollo científico en donde se reproduce la división individualista del trabajo, pero que requiere de nuevos apoyos en la estructura de la carrera académica.

En lo referente a la Unidad Académica se observa que su estructura es muy diferenciada, en donde la investigación realiza un esfuerzo por distinguirse de las demás funciones académicas. En este nivel es importante conocer el grado de integración en el modelo académico de la investigación y la docencia de posgrado, las formas de trabajo típicas y la capacidad de reproducción de investigadores.

En el nivel disciplinar se busca ver si han cambiado los aspectos medulares de la práctica disciplinaria en la organización. Este nivel nos permite conocer el tipo de agenda de cada institución, el tipo de productos, los ritmos de producción y los criterios de validación.

A manera de conclusión se observan las orientaciones de cambio de cada institución analizada. El COLEF es la institución que ha presentado mayor facilidad de adaptación ante fenómenos externos, mientras que el CRIM desarrolla mejor el proceso de integración académica. A pesar de que cada institución tiene su historia propia, es un hecho que la investigación y los estudios de posgrado se han fortalecido a la par de las políticas federales, que se fomenta el prestigio del financiamiento de CONACyT y de la pertenencia al SNI. Este estudio considera la importancia de lograr estudios de alto nivel, donde debe haber una consistencia entre la carrera académica y la apertura del mercado académico de cada institución; demuestra el peso del alto nivel formativo, la motivación científica y la capacidad de investigación. Se comprueba la hipótesis de Clark (239) sobre la importancia de integrar las funciones de investigación y docencia en el posgrado y demuestra la importancia de los liderazgos científicos y administrativos.

El texto es una muestra evidente de la importancia del trabajo colectivo y de la publicación de resultados. Por un lado permite, a todo el personal interesado en el estudio de la educación superior, conocer la dinámica de funcionamiento de las instituciones de investigación y posgrado, conocer las estructuras organizativas y las agrupaciones que se realizan en torno a un campo o tema de estudio. Además, toca brevemente otros problemas que aquejan al sistema educativo y que dan pie a otras investigaciones. Por ejemplo, las políticas de renovación de los investigadores, la importancia de crear redes multidisciplinarias, el desfase que existe entre los estudios de pregrado, los estudios de posgrado y el campo de trabajo en general.


Notas

* Ayudante de Investigación. Área de Sociología de las Universidades. UAM-A. lov@correo.azc.uam.mx.

1. Esta institución surge en 1990. Se caracteriza por pesar en ella los lazos familiares y por la importancia que adquieren las estructuras informales y la militancia en partidos de izquierda que moldeó la identidad profesional y académica y que influyó de manera favorable en la asignación de recursos y creación de programas.