Poesia virtual

Recuento cronológico de la poesía de Ernesto
Cardenal, en la colección Ficción de la UV

Celia Álvarez

       Objetiva, concreta y realista. Así describe su obra poética Ernesto Cardenal. Pero lo que la caracteriza especialmente, afirma el vate nicaragüense, es que se trata de una poesía comprensible. “Desde joven me he esforzado, aunque me costara bastante al principio, en escribir una poesía que se entienda. La poesía, como decía el gran maestro norteamericano Ezra Pound, es condensación del lenguaje, y yo he tratado de que la mía se entendiera lo más posible, hasta donde lo permite la necesaria abreviación para que sea poesía”.

       “ Así se expresa el insigne autor en el prólogo del libro Poesía escogida, antología recién publicada por la Universidad Veracruzana (UV) en su Colección Ficción y que abarca diferentes épocas y etapas de la vasta creación lírica del también sacerdote y revolucionario. Recuento poético que el lector hallará en orden cronológico, desde las composiciones breves —en su mayoría, versos de amor— que Cardenal escribió en su juventud y denominó Epigramas, hasta el Canto Cósmico, extenso poema donde literalmente hace poesía de la ciencia.

       Entre las primeras obras de Cardenal figura también Hora 0, larga poesía de contenido político, de la cual forma parte “La gesta de Sandino”, incluida en esta antología y que el autor considera la primera reivindicación que en Nicaragua se hiciera del legendario guerrillero. De la misma época son “León”, donde mezcla su infancia con la de Rubén Darío y hace propias ciertas frases de su compatriota, y el poema histórico intitulado “José Dolores Estrada”, en el cual, recurriendo a la peculiar ortografía de aquellos tiempos, describe al héroe de la Guerra Nacional nicaragüense en un glorioso exilio.

       Otras poesías juveniles son “Acuarela”, que Cardenal define como “un pequeño cuadrito de un paisaje rural de nuestro trópico, así titulado porque me parece ejecutado con aquella técnica pictórica”; otro cuadro, chusco en este caso, “Marcha triunfal”, de una manifestación política del primero de los tres Somoza que le tocó presenciar al poeta, y “Los filibusteros”, basado en un texto auténtico de uno de los hombres que acompañaron al aventurero estadounidense William Walker en su bárbara expedición a Centroamérica en el siglo XIX y donde el autor hace patente su afán de justicia social.

      A la mitad de su vida, revela Cardenal, tuvo una conversión a Dios que lo impulsó a ingresar a un monasterio trapense en Estados Unidos, al cual llegó en Pascua; entonces escribió “En mayo aparecen las cigarras”, y el florido camposanto del recinto monástico inspiró otra poesía, “Ha llegado al cementerio trapense la primavera”, mientras que el clima del lugar, similar al de su país durante esa estación, lo motivó a crear “Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua”. Además, describe el momento en que los monjes se levantaban a rezar “2 a.m. Es la hora del Oficio Nocturno y la iglesia”; el basurero del claustro en “Detrás del monasterio, junto al camino”, que también alude a la resurrección, y la costumbre de recitar los salmos siete veces al día en sus Salmos, donde recapitula sobre dichos escritos bíblicos, traduciéndolos a situaciones de la época actual mediante palabras como “consejos de guerra”, “gánsters” o “dictadores”. El libro incluye cinco de ellos.

       Cardenal continuó sus estudios eclesiásticos en un seminario colombiano donde, al recibir noticias sobre la muerte de la diva rubia del cine escribió “Oración por Marilyn Monroe”; un recorte de periódico sobre un accidente de tráfico —“rarísimo y que parece cómico, aunque es trágico”— inspiró el poema “El lugar ‘Armonía’”, y después creó una poesía que es un libro entero, El Estrecho Dudoso, en torno al descubrimiento y conquista de Mesoamérica, del cual se incluyen dos pasajes en esta antología: “Cristóbal Colón” y “El sermón en el mar”, sobre la llegada de Fray Bartolomé de Las Casas a Yucatán.

      De la serie de poemas indios de Cardenal, el libro incluye Cantares mexicanos, inspirado en la poesía náhuatl y donde predomina la figura del rey poeta Netzahualcóyotl, quien da nombre a otro poema; “Las ciudades perdidas” es un canto al prodigio de la civilización de los antiguos mayas, y en “Los ovnis de oro”, el autor alude a los indios cunas de Panamá. En otro orden de ideas, “Valle de Cuernavaca / Desde el monasterio” describe lo que el poeta veía desde la ventana de su celda en un convento benedictino mexicano, y finalmente, “La música de las esferas” y “Vuelo de amor” son dos muestras de la inspiración poética que el centroamericano halló en los hechos científicos, misma que hizo patente en las más de 500 páginas de su Canto Cósmico.

       Como prueba fehaciente de la belleza y magistralidad de la obra de Cardenal, he aquí los versos iniciales de Cantares mexicanos: “Las plumas de quetzal se secan / los mosaicos de plumas de colibrí se descoloran como las flores / los mosaicos de turquesa, de jade, de obsidiana y de nácar / caen como flores. / Los collares de caracoles y de jades se desgranan / como sartas de flores de cacao... / Las vasijas blancas como hojas de códice / con las figuras en rojo claro y rojo oscuro / amarillo / y verde turquesa / las vasijas de barro rojo color de chile rojo / y las de barro rojo de Oaxaca como frutas maduras / o anaranjadas como fuego / se marchitan y se quiebran. / Si es pirámide / se desmorona. / Las plumas de quetzal empalidecen / y están llenas de polvo! / Oíd las lamentaciones que hago yo, el Rey Netzahualcóyotl!”.

El libro Poesía escogida de Ernesto Cardenal, y también su obra completa, publicada en tres volúmenes por la Editorial de la UV, se pueden adquirir en la Feria Permanente del Libro Universitario, ubicada en Hidalgo 9; en el Servicio Bibliográfico Universitario de Xalapeños Ilustres 37, y en las librerías La rueca de Gandhi, de Úrsulo Galván 65; Árbol de Lectura, de Xalapeños Ilustres 51, y LIBRHeras, de Xalapeños Ilustres 44. Y aquellas personas interesadas en conocer más sobre las novedades editoriales de la UV pueden consultar la página www.uv.mx/corre y escuchar todos los martes, de 18:00 a 19:00 horas, el programa Oye, lee y dile, que transmite Radio Universidad Veracruzana en el 1550 AM