¿Regeneración de la
selva? Los murciélagos,
expertos en el asunto
Jorge Galindo González*
La regeneración natural de la selva con especies de árboles y
plantas nativas depende esencialmente de la capacidad de
cada especie para dispersar sus semillas y colonizar o
recolonizar algún sitio. Esa dispersión de semillas se lleva a cabo
básicamente por medio de dos procesos: por la acción del viento
(anemocoria) y por la acción de los animales (zoocoria). El
conocimiento del proceso de dispersión de semillas por animales
es muy importante para entender la reproducción, colonización y
establecimiento de especies de plantas tropicales a través de la
sucesión vegetal, que es un proceso gradual mediante el cual cambia
el número de individuos de cada especie en una comunidad y
son sustituidos por nuevas especies, remplazando gradualmente a
las anteriores, ya que en las selvas húmedas neotropicales más del
80% de las especies leñosas dependen de los animales vertebrados
que comen frutos para dispersar sus semillas, por lo que se les
llama frugívoros.
En este aspecto, los murciélagos juegan un papel determinante
en la dispersión natural de las plantas. Entre todos los
mamíferos, los murciélagos –a la par que las aves– son los dispersores
de semillas más importantes, tanto por su abundancia como
por las grandes distancias a las que mueven aquéllas. Los murciélagos
de la familia Phyllostomidae son los principales agentes de
la quiropterocoria, es decir, de la dispersión de semillas por murciélagos,
en el trópico del Nuevo Mundo (en el trópico del Viejo
Mundo esta acción es llevada a cabo por los murciélagos llamados “zorros voladores” y sus parientes de la familia Pteropodidae). La
quiropterocoria está muy bien desarrollada en ciertas familias de plantas, especialmente entre las moráceas,
arecáceas, anacardiáceas, sapotáceas, meliáceas,
piperáceas y solanáceas.
Se han realizado numerosos estudios
sobre cómo los murciélagos dispersan las semillas
y el efecto de sombra de éstas en los ambientes
naturales; sin embargo, la quiropterocoria
no ha sido suficientemente analizada como una
parte muy importante de la reproducción de algunas
plantas, ni como parte sustancial en la
estructuración de un paisaje fragmentado. Aquí
veremos cómo los murciélagos frugívoros constituyen
uno de los principales protagonistas en el
proceso de regeneración de la selva en un
paisaje tropical fragmentado.
La fragmentación del hábitat
La fragmentación se puede entender como la
gradual reducción del hábitat al ser transformado
en parches cada vez más pequeños y aislados;
es decir, el hábitat disponible para las especies
se hace cada vez más pequeño y lejano. Tal fragmentación
se considera como uno de los principales
factores ambientales que amenazan la
conservación y supervivencia de especies y
poblaciones vegetales y animales en todo el
mundo. La conservación de la biodiversidad (o
sea, la abundancia, variedad y const itución
genética de plantas y animales nativos) requiere
de una perspectiva integral que considere a las
poblaciones, comunidades y ecosistemas, esto
es, tener una perspectiva “de paisaje”.
La fragmentación del hábitat o del
paisaje en la actual idad es un fenómeno
omnipresente: prácticamente todos los ecosistemas
terrestres templados y tropicales en todo
el mundo se encuentran en ese grave estado, y
México no está exento. Las actividades
humanas, como la agricultura, ganadería y
explotación forestal, constituyen la principal
causa de la fragmentación del paisaje y de la
pérdida del hábitat para la mayoría de las
especies. Así, el hábitat natural de las especies
es transformado en áreas de cultivo, pastizales,
rancherías, poblados urbanos y rurales, zonas
industriales y demás.
Los murciélagos
Los murciélagos son los únicos mamí feros
capaces de volar como las aves. El desarrollo de
un sistema que les permite orientarse en plena oscuridad, llamado ecolocalización, les abrió las puertas a
muchos recursos disponibles durante la noche, lo que a su vez
les hizo posible alcanzar una enorme diversificación en cuanto a
hábitos alimenticios, tamaños y formas, de tal manera que se
convirtieron en el segundo grupo más diverso y abundantes de
los mamíferos (sólo después de los roedores), con casi mil
especies en el mundo y 138 en México.
La mayoría de los murciélagos se alimentan de insectos,
a los que capturan en pleno vuelo, en el suelo o sobre la
vegetación. Muchas otras especies tropicales se alimentan de
frutos, polen y néctar. Los hay también carnívoros, pues cazan
lagartijas, ranas, pequeñas aves, roedores, pequeños murciélagos
y también peces. Solamente tres especies en todo el
mundo –y sólo en el continente americano– se alimentan de la
sangre de mamíferos o aves.
Durante el día, los murciélagos se guarecen y duermen
en diversos refugios (cuevas, troncos huecos, entre la vegetación
o en construcciones humanas). Activos durante la
noche, los frugívoros visitan diversas áreas en las que encuentran frutos silvestres maduros, los que remueven y llevan
volando a un “refugio nocturno”, que son sitios entre la vegetación
donde se alimentan, descansan y digieren antes de ir por
otro fruto. Las pequeñas semillas de los frutos son tragadas
junto con la pulpa carnosa del fruto, pasan intactas por el tracto
digestivo y son depositadas posteriormente lejos de la planta
que las produjo. Pero también los murciélagos dispersan las
semillas que por su gran tamaño no pueden ser tragadas: toman
el fruto del árbol y lo llevan en vuelo a un refugio nocturno donde
se alimentan de la pulpa, dejando caer ahí mismo la semilla. Los
refugios nocturnos se hallan por lo general a una distancia de
entre 20 y 550 metros del árbol del que obtienen el fruto; así
que ésta sería la menor distancia a la que los murciélagos
depositan las semillas. A esto se le llama “dispersión de semillas
por frugívoros”. Además, cuando los murciélagos se mueven de
un área de alimentación a otra, o de un refugio nocturno a una
nueva área de alimentación, dispersan semillas a distancias de
entre 100 metros y 8 kilómetros. Estos animales defecan mientras
vuelan, y por eso dispersan semillas en áreas descubiertas
de vegetación, como pastizales con árboles aislados o áreas taladas.
El murciélago de cola corta (Carollia perspicillata) cambia
de áreas de alimentación cada hora y media, y durante la noche
visita de dos a cuatro distintas áreas separadas entre 280 metros y
3 kilómetros, que contienen dos o más especies de las plantas de
las que se alimentan. El murciélago frutero (Artibeus jamaicensis)
toma de cinco a siete frutos de higos silvestres por noche; estos
murciélagos se alimentan de higos durante todo el año y cerca de
70% de su tiempo, de modo que cada murciélago se lleva aproximadamente
2,300 frutos por año, dispersando sus semillas. En
Costa Rica, en una zona de vegetación no perturbada, se encontró
una gran cantidad de manchones dispersos de excretas de murciélago
que contenían semillas de higos con una densidad de casi
diez manchones por metro cuadrado sobre un área de dos y
medio kilómetros cuadrados, lo que significa que los murciélagos
habían depositado cerca de 367,500 semillas en esa área. En la
región de los Tuxtlas, Veracruz (México) encontramos que los murciélagos
dispersan entre cinco y trece diferentes especies de plantas por mes en pastizales dedicados a la
ganadería. En una sola noche, los murciélagos
pueden recorrer de uno a trece kilómetros o más,
dependiendo de las condiciones del hábitat, dispersando
semillas mientras vuelan.
En los Tuxtlas, el murciélago frutero se
alimenta principalmente de los frutos del hormiguillo
o chancarrón, el ciruelo o jobo, y el ramón,
ojite, ojoche o mojote, así como de tres especies
de higos durante todo el año; el murciélago de
charreteras y el de cola corta también aprovechan
varias especies de higos silvestres y algunas plantas,
como la llamada hoja santa y el tomate o jitomate,
sólo por mencionar algunas.
Los murciélagos son eficientes dispersores
de semillas en ambientes naturales ya que
cumplen con las cuatro características primordiales
de un “buen” dispersor: 1) El tránsito intestinal
no daña las semillas; por el contrario, las
beneficia ya que germinan más rápidamente que
las que no pasaron por el tracto digestivo de
algún murciélago; 2) Estas semillas “digeridas”
quedan muy “limpias” y libres de pulpa y azúcares,
lo que reduce sustancialmente la posibilidad
de que sean atacadas por hongos y bacterias
que matarían sus embriones; 3) Las semillas son
transportadas a grandes dmente la istancias lejos
del árbol padre, y 4) Las semillas son depositadas
en sitios adecuados para su germinación y para
que sus plántulas se establezcan. Las semillas
dispersadas lejos del árbol que las produjo
pueden escapar de la depredación y de los herbívoros
locales, al tiempo que se reduce la competencia
intraespecífica, que es la competencia
entre las plantas de la misma especie (por ejemplo,
las progenitoras y sus descendientes).
Además, mediante la dispersión se promueve el
flujo genético entre las poblaciones de plantas.
Estos atributos son factores muy importantes en
la estructuración del paisaje y en la dinámica de
las poblaciones de plantas y árboles de los ecosistemas.
La fragmentación,
los murciélagos
y la regeneración
En el estado de Veracruz, el paisaje actual de
los Tuxtlas está conformado por un mosaico
heterogéneo de cultivos, fragmentos y remanentes
de selva, vegetación ribereña y cercas
vivas, todo ello en una gran matriz de pastizales
salpicados de arbustos y árboles aislados
(árboles originales de la selva que no fueron cortados
cuando se taló la vegetación). Esos árboles aislados son determinantes para que se
regenere la selva ya que funcionan como embudos
recolectores de semillas y como sitios de
concentración de la “lluvia de semillas” depositadas
por las aves y murciélagos que en ellos se
perchan, principalmente.
La fragmentación del hábitat afecta la
diversidad y abundancia de murciélagos en el
paisaje. Este efecto no es homogéneo, y algunas
especies quedan aisladas en los fragmentos de
selva pues no se aventuran a volar fuera de la
cobertura vegetal, por lo que se las conoce como “dependientes del hábitat”; en cambio, las llamadas “adaptables” visitan otros fragmentos de
selva, la vegetación ribereña y los árboles aislados
en los pastizales. Este último grupo de murciélagos
(muy abundantes, por cierto) es el
principal protagonista de la regeneración de la
selva en pastizales abandonados, pues durante la
noche se perchan en las copas de los árboles
aislados depositando gran cantidad de semillas
bajo sus copas.
No debemos suponer que el resto de
las especies de murciélagos frugívoros no
desempeña un papel importante como dispersor
de semillas; antes bien, esas especies
cumplen la misma función dentro de la selva y
contribuyen a mantener la estructura y la diversidad
vegetal que caracter izan a estos bosques. Las semillas germinan rápidamente, las plántulas se
establecen con éxito y se comienzan a formar bajo la copa de
los árboles aislados núcleos de regeneración, un conjunto de
varias especies vegetales en diversos estadios sucesionales que
se establecen exitosamente, comenzando así un proceso de
regeneración de la selva. En el corto periodo de seis años ya
hay árboles de más de ocho metros de altura, y el núcleo de
regeneración tiene un diámetro de más de 30 metros, mayor
incluso que el de la cobertura de la copa del árbol aislado.
El papel que desempeñan los murciélagos frugívoros en el
equilibrio de los ecosistemas tropicales es de gran relevancia: dispersan
semillas de la vegetación primaria y secundaria, las introducen
en bosques con diferentes grados de sucesión, y, por
supuesto, regeneran la selva en pastizales y zonas desprovistas de
vegetación. Y no olvidemos el papel de los demás murciélagos que
se alimentan de otros recursos.
*Laboratorio de Biotecnología y Ecología Aplicada (LABIOTECA)
de la Universidad Veracruzana, Circuito Los Lagos s/n,
Campus para a Cultura, las Artes y el Deporte, Zona
Universitaria, tel. (228)841-8902, fax (228)841-8903,
correo electrónico: jgalindo@uv.mx.
Para el lector interesado
Galindo-González, J. (1998). Dispersión de semillas por murciélagos: su
importancia en la conservación y regeneración del bosque tropical.
Acta Zoológica Mexicana (Nueva Serie), 73: 57-74.
(2003). La verdad... son a todo dar. La Ciencia y el Hombre 16(3):
5-8.
(2004). Clasificación de los murciélagos de la región de Los
Tuxtlas, Veracruz, respecto a su respuesta a la fragmentación del
hábitat. Acta Zoológica Mexicana (Nueva Serie), 20(2): 239-243.
(aceptado). Efectos de la fragmentación del paisaje sobre las
poblaciones de mamíferos: el caso de los murciélagos de Los
Tuxtlas, Veracruz. En G. Sánchez Rojas y A. E. Rojas Martínez
(Eds.): Tópicos en sistemática, biogeografía, ecología y conser -
vación de mamíferos. Pachuca: Universidad Autónoma del
Estado de Hidalgo.
Wilson, D. E. (2002). Murciélagos: respuestas al vuelo. Xalapa, Ver.:
Universidad Veracruzana.