Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



Libro y blog

Por Alejandro Aura

La ventaja de los libros es que son objetos portátiles que te puedes llevar a tu casa o a donde quieras y usarlos sin restricción de fecha ni de horario. Llegas con libros de más y los acomodas en el librero o los amontonas en los alteros de pendientes, y ahí se pueden quedar el tiempo que quieran; años, incluso; toda tu vida, si quieres, y aún así es muy probable que alguien llegue a tus exequias, lo vea, lo coja, se ponga a leerlo mientras otros hacen el rito de difuntos y acabe llevándoselo porque crea que tú a lo mejor ya no lo necesitas. Mientras que otras formas de lectura, como ésta, tienen condicionantes más restrictivas; una, entre muchas otras: si no lo lees ahora, mientras tienes en tu ordenador o computadora este programa, es probable que ya no puedas leerlo el año próximo porque el software esté descontinuado o rebasado y la ley vertiginosa del mercado haya sacado ya otro más versátil, más rápido, más claro, más apropiado para las necesidades globales del momento.

 

Esta forma de bitácora, además, tiene la desventaja de que día a día te va alejando la página anterior, como arte de birlibirloque, y es cada vez más difícil llegar al principio, si es que de casualidad llega a interesarte y te gustaría no ir de atrás para adelante sino en la secuencia lógica en que aprendimos a leer y en que pasaron los días reseñados. Yo mismo, cuando trato de encontrarme con los pasos de algo que escribí aquí hace tres o cuatro meses, me desespero con el andar de cangrejo que hay que aplicar para recorrer páginas que son como rollo de papel que hay que extender para llegar al principio. Como los papiros. Por eso se inventaron los códices, que vinieron a resolver un problema idéntico al que tenemos hoy, toda proporción guardada.

 

De modo que la alarma sobre el desplazamiento del libro y el catastrofismo sobre su muerte con que nos hemos encontrado a veces me parecen innecesarios y aspaventeros. Consumida la euforia de la novedad, se habrán de separar las aguas y lo que es tierra volverá a ser tierra y lo que es océano nos volverá a arrebatar, como siempre, con sus promesas de mundos nuevos. Lo único que ocurre es que ahora tenemos más formas de lectura, más oportunidades de acercarnos a la letra escrita y una riqueza de información con la que no habíamos soñado nunca; cada vez está más al alcance de cualquiera todo lo escrito; lo que no quiere decir que la información de por sí sirva para algo en el trabajo de la cultura, en la formación de la gente, sino que las oportunidades, que se han multiplicado por millones y millones con relación a las que teníamos con sólo los impresos en papel, abren posibilidades prodigiosas a la educación pública y al desarrollo del conocimiento en todo el mundo. Otra cosa es que las dejemos, como hemos ido dejando todo lo demás, en las manos voraces del interés económico.

 

Tomado de: www.alejandroaura.net/wordpress/