Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



A propósito de la Iniciativa México

La Iniciativa México es un proyecto mediático que busca motivar e incentivar la creatividad y el trabajo social de algunos grupos de mexicanos que llevan a cabo proyectos de emprendimiento social. Sin embargo, no parece casual que su despegue haya coincidido prácticamente con el inicio de un evento ampliamente difundido por los medios masivos de comunicación como lo es el Mundial de Sudáfrica 2010. A la vez, el «rostro» de la campaña Iniciativa México es un conocido entrenador deportivo de origen español.
Cabe señalar que la iniciativa apoyará con cantidades que oscilan entre 1 y 2 millones de pesos a las mejores iniciativas -unas pocas, de entre decenas de miles que probablemente se postulen-, en los rubros de: combate a la corrupción, democracia, libertad de información y expresión, mejora regulatoria, participación ciudadana y transparencia. Llama la atención que no estén incluidos los rubros de educación y de medios de comunicación entre las iniciativas que pueden postularse.
En cuanto a educación, sabemos que se trata de un rubro estratégico fundamental para que el país avance, así que toda iniciativa que realmente procurará ir del México que puede al que ya pudo, tendría que pasar inevitablemente por una profunda reforma del sistema educativo que, en primer lugar, garantice recursos suficientes para elevar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, y que consolide y amplíe el gasto educativo por educando, pues en ambos casos, en nuestro país se presenta un notable retraso. Por ejemplo, se dice que poco más del 40% de las escuelas públicas cuentan con bibliotecas escolares, usando este término de manera eufemística, pues en muchos casos se trata de algunos estantes con unas decenas de libros ¿así, cómo vamos a asegurar que los niños lean, conozcan las fuentes de información y desarrollen capacidades para el autoaprendizaje?
En cuanto a los medios de comunicación, sabemos que el mayor porcentaje de la población nacional se informa a través de ellos, y sin embargo son conocidos muchos ejemplos de la nula o escasa calidad de su programación, y el escaso compromiso de esos mismos medios por llevar a la población información de calidad, veraz, objetiva e imparcial, así como para alentar la lectura, la cultura de los libros y la información, el respeto a las instituciones educativas -lo cual se aprecia en una diversidad de programas de entretenimiento adonde el rol del docente y del estudiante son caricaturizados y ridiculizados- y al conocimiento y la cultura -como ocurre con programas adonde se hace mofa del intelecto y la capacidad crítica. Los medios masivos de comunicación, al usufructuar un bien público, que es el espacio radioeléctrico nacional, deberían ser llamados a una actitud más responsable y comprometida con el desarrollo nacional, tanto en el aspecto del fomento a una verdadera democracia, como a un compromiso real y desinteresado con la educación y la cultura.
Existen otros elementos que consideramos que deberían estar presentes en cualquier iniciativa que verdaderamente buscara la transformación del país:
1. Una verdadera cultura democrática representativa y gradualmente, cada vez más participativa
2. El derecho al acceso a la información, las bibliotecas, los libros y la cultura en general, tanto en forma presencial como virtual, garantizando el derecho de todos los mexicanos a la tecnología de información y comunicación y el acceso a Internet sin costo
3. El derecho a una auténtica libertad de expresión y al ejercicio y respeto de las garantías individuales
4. Un esfuerzo educativo extraordinario del Estado, para alentar las alfabetizaciones que brinden capacidades a la población: alfabetización informacional, alfabetización científica, alfabetización para la salud, alfabetización para los medios, ambiental y financiera
5. Un esfuerzo del estado y la sociedad civil para alentar el desarrollo de una cultura de la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas
6. El respeto a derechos laborales, de salud y de vivienda a lo largo y ancho del país
7. Activar procesos de participación desde abajo, de la población, las empresas y el gobierno, para crear perfiles regionales de desarrollo, identificar vocaciones productivas en el territorio y salvaguardar bajo lineamientos científicos la biodiversidad natural y cultural del país, procurando el uso y explotación racional de las mismas con criterios sustentables y de justicia social
8. Incorporar a todas las etnias del país, con su mosaico lingüístico y cultural, de tradiciones y prácticas, al conocimiento nacional, como fuentes vivas de saberes ancestrales que el capitalismo y la globalización han minimizado, destruido y olvidado
9. Alentar la investigación científica y humanística en todos los frentes y desatar una intensa promoción de actividades artísticas y de fomento a la salud física, mental y reproductiva
10. Incorporar plenamente a las mujeres del país a la toma de decisiones en todos los ámbitos, adonde han sido relegadas ancestralmente por una cultura machista y misóginna
11. Anteponer a toda iniciativa de lucro o interés particular, los intereses supremos de los niños del país, para que toda acción de gobierno o de la iniciativa privada aliente el sano desarrollo de la infancia, en las mejores condiciones de vida, para que el potencial de la población futura del país se despliegue en su máxima capacidad.
Creemos que solamente así, considerando estas ideas entre otras propuestas aún mejores, México puede esperar un futuro mejor.



Relectura

Por Arnoldo Kraus

La relectura implica una dosis, pequeña o grande, de nostalgia. Los escritores y los lectores avezados sugieren que al releer un libro, un ensayo o un poema, el mensaje cala distinto. Entra por otras partes y toca sitios desconocidos. Tienen razón: el texto es el mismo, pero quien lee ha cambiado; quien lee bajo la luz (o la oscuridad) de otro tiempo, escruta diferente.

El paso de los años modifica a la persona. La mirada y el sitio de lectura son otros, son distintos. A través de los resquicios del tiempo la nostalgia se filtra y transforma la experiencia de la lectura. No la hace más viva ni mejor. La integra a la vida. Testigos mudos de las diferencias entre lectura y relectura son los libros subrayados o que llevan notas al margen. Las palabras y las ideas no se modifican; cambian el acento de la mirada, los tonos de los lápices y la profundidad de la nostalgia.

La relectura abre espacios desconocidos. Lo que en un tiempo fue importante deja de serlo; lo que ahora llama la atención antes pasó inadvertido. Coger un libro viejo, con otras manos, con otros ojos y desde otro sitio ofrece vivencias diferentes. Hay quienes piensan que la relectura es una suerte de diván, o una casa vieja que se habitó durante muchos años en la cual había rincones propios, privados, ajenos al ruido de la existencia. En el diván se repasan fragmentos de la vida y en las moradas de otros tiempos se atesoran secretos íntimos. Lo mismo sucede con la relectura. Nuevos polvos llegan a las páginas viejas y los lápices desvelan nichos desconocidos.

Las notas desperdigadas en las hojas de los libros o las líneas subrayadas dan cuenta de lo que uno fue, de lo que uno veía y de lo que no veía, de lo que hacía falta y de lo que parecía superfluo. Las notas y las líneas subrayadas son como los viejos pasaportes: dan cuenta del pasado.

El gusto y la necesidad de releer caminan de la mano de la necesidad de recordar. La relectura toca algunas puertas del pasado y muestra muchos rincones olvidados. En ocasiones se relee por obligación, otras veces por nostalgia o para entender algunos vericuetos del presente.

Muchos piensan que la relectura y la nostalgia caminan por calles similares. Yo me adhiero a esa idea. Algunos acuden a lo viejo para menguar la tristeza; otros buscan paliar sus dolores al tocar lo que se fue o al sacar del estante los libros de otra época. Ni la relectura ni la nostalgia acatan reglas. Aunque con frecuencia dialogan entre sí, cada una tiene su propia vida. Hojear un libro y tocar sus páginas suele ser antesala de la melancolía. Lo inverso también sucede: la nostalgia abre libros cuando requiere hurgar en el pasado para mitigar los sinsabores del presente o para buscar en las páginas leídas alguna respuesta olvidada, alguna voz otrora querida. Poco importan las razones de la relectura. Importa lo que se mira. Quedan las páginas viejas vestidas de nostalgia, quedan los renglones tocados por otros tiempos, por otras realidades. Los libros viejos son compañeros, son testigos. Contagian el cariño de lo perdido.

Se regresa a los cuadernos o a los libros deshojados cuando la melancolía irrumpe en el presente. Releer no cura. En ocasiones atenúa algunas tristezas y en ocasiones recuerda viejas heridas. Haga lo que haga, la relectura imprime nuevos significados a las vidas de las personas. La enfermedad y la relectura tienen algunas similitudes. Quien sana encuentra que la vida es distinta, quizás mejor, quizás más rica. Quien relee y comprende que el mundo tiene muchas aristas, cambia, se modifica. Releer no desdibuja la crudeza de la vida ni borra los tragos amargos del presente pero sí reconforta y acompaña. Lo mismo sucede con quien cura. Los dolores que se fueron, aunque se almacenen en algún lugar del alma, permiten vivir mejor.

El contacto –o el deseo– con el papel; el ambiente –o el calor– de las bibliotecas; la manía –o la profesión– de anotar o subrayar; el cariño –o la devoción– por acomodar los libros en los libreros; la obsesión –o la necesidad– por ordenarlos de acuerdo al tema o al abecedario; el vicio –o la pasión– de recordar alguna idea sobresaliente y escribirla en un cuaderno, en una servilleta, en una bolsa de papel o en un boleto de teatro; el amor –el amor, no hay otra palabra– por los lápices y sacapuntas, y el respeto hacia las gomas de borrar, forman parte del vicio de la relectura. Releer y regresar al cobijo que ofrecen los libros no cura pero sí mengua las inclemencias de la vida. El premio es inmenso: la relectura acompaña, abraza, mitiga.

La era de los celulares y de los libros en computadora amenaza muchos espacios. Uno es el de la relectura. Volver a los libros es algo más que leerlos de nuevo. Es tocarlos. Es utilizar algún pegamento para engomar la pasta a punto de desprenderse. Es abrirlos con cuidado para evitar que todos los recortes que pernoctan entre sus páginas se pierdan. La relectura se convierte en compañero inmejorable al releer los programas de algún concierto, al abrir una noticia del periódico, al recordar la librería donde se adquirió el libro o el pasillo de algún cine donde se hojeó. Los libros de papel son partes de la persona. Son ejes fundamentales del tiempo y testigos de la vida.

Los libros guardan entre sus pastas muchas historias. Una es la que cuenta el autor y otra es la que escribe el lector. La relectura no sólo es un rencuentro con el autor y con uno mismo. Es algo más. Es el tejido que borda el lector sobre el telar del autor. Es un ropaje nuevo que forma parte de la historia del lector. El libro siempre será el mismo. El lector siempre será diferente. Quien relee después de muchos años el mismo libro es el encargado de escribir algunas de las historias que no alcanzaron espacio entre las pastas de los libros y que el autor dejó de trazar.

La nostalgia y la relectura son compañeras. Ambas se retroalimentan. Ambas, al regresar al tiempo viejo, permiten conjugar la vida por medio de otros verbos, por medio de otras palabras. Algunas nuevas, algunas viejas, muchas inexistentes.

Tomado de: La Jornada

Hace algunos días preguntamos en la página en FaceBook de la Dirección de Bibliotecas ¿qué leen? Ahora agregamos esta otra pregunta ¿qué has releído y por qué? Estamos a la espera de sus participaciones.



Ahora que el Mundial es «oficialmente» educativo

Viene a la mente un texto un tanto antiguo de Eduardo Galeano, que a la sazón dice:

«¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales.

«En 1880, en Londres, Rudyard Kipling se burló del fútbol y de «las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan». Un siglo después, en Buenos Aires, Jorge Luis Borges fue más que sutil: dictó una conferencias sobre el tema de la inmortalidad el mismo día, y a la misma hora, en que la selección argentina estaba disputando su primer partido en el Mundial del ’78.

«El desprecio de muchos intelectuales conservadores se funda en la certeza de que la idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece. Poseída por el fútbol, la plebe piensa con los pies, que es lo suyo, y en ese goce subalterno se realiza. El instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere.

«En cambio, muchos intelectuales de izquierda descalifican al fútbol porque castra a las masas y desvía su energía revolucionaria. Pan y circo, circo sin pan: hipnotizados por la pelota, que ejerce una perversa fascinación, los obreros atrofian su conciencia y se dejan llevar como un rebaño por sus enemigos de clase.

«Cuando el fútbol dejó de ser cosas de ingleses y de ricos, en el Río de la Plata nacieron los primeros clubes populares, organizados en los talleres de los ferrocarriles y en los astilleros de los puertos. En aquel entonces, algunos dirigentes anarquistas y socialistas denunciaron esta maquinación de la burguesía destinada a evitar la huelgas y enmascarar las contradicciones sociales. La difusión del fútbol en el mundo era el resultado de una maniobra imperialista para mantener en la edad infantil a los pueblos oprimidos.

«Sin embargo, el club Argentinos Juniors nació llamándose Mártires de Chicago, en homenaje a los obreros anarquistas ahorcados un primero de mayo, y fue un primero de mayo el día elegido para dar nacimiento al club Chacarita, bautizado en una biblioteca anarquista de Buenos Aires. En aquellos primeros años del siglo, no faltaron intelectuales de izquierda que celebraron al fútbol en lugar de repudiarlo como anestesia de la conciencia. Entre ellos, el marxista italiano Antonio Gramsci, que elogió «este reino de la lealtad humana ejercida al aire libre».

Ahora que la SEP ha solicitado con carácter de urgente, que en el sistema de telesecundarias haya condiciones para que todos los estudiantes puedan ver el partido inaugural del Mundial de Sudáfrica 2010, uno se pregunta ¿y las condiciones necesarias -por ejemplo, la dotación suficiente de libros para las bibliotecas escolares- para que los niños y los jóvenes se formen con calidad, cuándo se asegurarán?



La crisis financiera puede retrasar los progresos de la educación en el mundo: UNESCO

«Millones de niños de los países más pobres del mundo corren el riesgo de verse privados de escuela a consecuencia de la crisis financiera mundial, advierte el informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2010 de la UNESCO. Cuando todavía quedan 72 millones de niños sin escolarizar, la desaceleración del crecimiento económico, unida al aumento de la pobreza y a las presiones que se ejercen sobre los presupuestos de los países, podrían ralentizar o anular los progreso en educación logrados el pasado decenio».

Algunos de los indicadores más preocupantes del informe son:

• Si persisten las tendencias actuales, en 2015 habrá todavía sin escolarizar unos 56 millones de niños en edad de ir a la escuela primaria.
• Actualmente, están sin escolarizar unos 71 millones de adolescentes en edad de cursar el primer ciclo de secundaria.
• Las disparidades entre los sexos siguen profundamente arraigadas: en veintiocho países en desarrollo, por cada diez varones escolarizados en primaria hay todavía menos de nueve niñas que van a la escuela.
• Las muchachas siguen representando todavía el 54% del total de niños sin escolarizar, y las que no están escolarizadas tienen muchas más probabilidades que los varones de no ir nunca en su vida a la escuela.
• Se van a necesitar en todo el mundo 10.300.000 docentes suplementarios para lograr el objetivo de universalizar la enseñanza primaria de aquí a 2015.
• Han sido escasos los avances hacia el objetivo de reducir a la mitad el analfabetismo de los adultos: todavía hay 759 millones de personas en el mundo que no saben leer ni escribir, y dos tercios de ellas son mujeres.
• La malnutrición infantil sigue representando un obstáculo importante para el progreso de la educación: en el mundo hay 178 millones de niños menores de cinco años que padecen malnutrición, y esta cifra va en aumento.
• Son demasiado numerosos los niños que acaban sus estudios primarios sin haber aprendido a leer y escribir. En algunos países del África Subsahariana, los adultos jóvenes que han cursado cinco años de estudios primarios tienen un 40% de probabilidades de ser analfabetos.



¿Qué están leyendo?

¿Quisieran comentar aquí, qué están leyendo? No importa si es una obra de ficción (novela, cuentos), o un ensayo académico, poesía.
Quiséramos saber qué lecturas les atraen, les interesan.
Comentar sobre lo que leemos puede ser un principio para inducir a otras personas a la lectura, asi que ¿qué están leyendo?



Bibliotecas e Investigación (Antología virtual I: revisión de literatura)

«La revisión de literatura es una de las formas más sencillas de economizar esfuerzos en una investigación. Consiste en el repaso y reconstrucción de trabajos ya realizados por otros y tiene como fin el detectar, obtener y consultar la bibliografía y otros materiales que pueden ser útiles a los propósitos del estudio, así como extraer y recopilar la información relevante y necesaria que atañe a nuestro problema de investigación (disponible en distintos tipos de documentos).» Galán Amador, Manuel. ¿Qué es una revisión de literatura en un proyecto de investigación?
Los invitamos a revisar los contenidos del blog de Manuel Galán, adonde se reúnen algunos conceptos relacionados con la investigación científica, y se abordan de forma breve y clara. Ésto sería el principio de un proceso más largo para dedicarse, desde los primeros niveles de la formación profesional, a desarrollar conocimientos que permitan resolver problemas de diverso orden en nuestra realidad estatal y regional.
En la actualidad, la Universidad Veracruzana cuenta con vastos y valiosos recursos para acometer la tarea de revisión de literatura como fase preparatoria o durante el desarrollo de cualquier investigación, por ejemplo, sólo para conocer lo que se ha publicado sobre un tema que esté representando en alguna de las bibliotecas universitarias, se puede acudir al Catálogo del Sistema Bibliotecario. Para tener acceso a información de calidad y a texto completo, basta revisar y hacer búsquedas dentro de la enorme variedad de recursos disponibles en la Biblioteca Virtual, o en la página de Bases de Datos, de la Dirección General de Bibliotecas.
Aparte, siempre es posible realizar las búsquedas regulares en la WWW (Google, Wikipedia, Wolfram Alpha, etc.).



El costo de la ignorancia

«No invertir en ciencia es lo que llamo el costo de la ignorancia. La ignorancia es mucho más costosa que el conocimiento. Entiendo que por ignorancia en este país no somos capaces de producir muchos bienes de capital, por esto tenemos que importar la mayoría de los aparatos electrónicos, los materiales de curación y medicamentos, maquinaria, textiles, etcétera. Lo hacemos porque no sabemos cómo fabricarlos. Estamos pagando al extranjero la importación de bienes de capital y las regalías por el uso del conocimiento. Por ignorancia, vendemos nuestras riquezas naturales en crudo, como el petróleo, los minerales, la madera, los productos del mar, etcétera. Prácticamente los regalamos, porque no tenemos en México la tecnología para transformarlos. Ese es el costo de la ignorancia, también lo vemos en muchos aspectos de la cultura, por ejemplo, en la importación de música, libros, filmes, objetos de arte, etc., porque no los podemos crear aquí. México paga, por ignorancia, un costo enorme y, sin duda, de continuar así hipotecaremos nuestro futuro. Este es un ejemplo dramático, pero el mejor dinero que podemos invertir en nuestro país es [el que invertimos] en la educación, formar personas bien preparadas y educadas que puedan ayudar al país. A veces, me asusta ver la enorme cantidad de nuevos mexicanos que están condenados a no tener una buena educación, o a no tener ni siquiera educación. Me preocupa que ésto se vaya a traducir en el futuro en un problema enorme para este país. ¿Cómo vamos a hacer que estas personas reciban muy buena educación?». Antonio Gómez Nashiki. La ciencia, base de la riqueza. Educación 2001. Revista mexicana de educación.



Somos libros…

Cada uno de nuestros días es como una página. Nuestro hablar y actuar es la portada. Según es nuestro proyecto de vida, ahí está el índice. Libros andantes y parlantes, y cuyo autor somos nosotros mismos, y también los otros. Nuestros amigos y maestros. Nuestros padres. Pero sobre todo nosotros mismos. Libros de sangre y de luces y sombras mezcladas. Libros siendo escritos a cada momento ¿más de qué están llenas -o vacías- estas páginas? Conocernos mutuamente es leernos. Comprendernos. Pero antes de poder ser realmente libres, debemos asumir que somos para nosotros mismos y para otros, como libros.

 

Idea para Guadalajara 2010: Alfabetización informacional como eje transversal explícito en toda la curricula universitaria

Un grano de arena a una discusión que parece insoslayable: ante el bajo rendimiento académico, la escasa producción de artículos de investigación científica, el escaso volumen de patentes generadas en la región, y la secular dependencia del mercado de información que gravita en torno a las regiones de Europa y Norteamérica. La alfabetización informacional debería considerarse una condición indispensable para la elevación del nivel educativo de los universitarios y, por extensión, del resto de los niveles educativos. Un poco más sobre esta idea puede leerse en Ideas4all.com, rumbo a Guadalajara 2010.