- Celia del Palacio y Alberto Olvera obtuvieron el premio “Miroslava Breach-Sistemas de poder y violencia contra periodistas en América Latina” por el artículo Acallar las voces, ocultar la verdad. Violencia contra los periodistas en Veracruz
David Sandoval Rodríguez
13/06/18, Xalapa, Ver.- Celia del Palacio Montiel, coordinadora del Centro de Estudios para la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV) y Alberto Olvera Rivera, académico del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIHS) recibieron el pasado 4 de junio el premio “Miroslava Breach-Sistemas de poder y violencia contra periodistas en América Latina”
El reconocimiento es propuesto por la revista Argumentos de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y los periódicos La Jornada, Página 12 de Argentina y Público de España como homenaje a la periodista de La Jornada que fue asesinada el 23 de marzo de 2017.
Entrevistados al respecto, Del Palacio comentó que obtener la presea “fue muy importante, sobre todo por el nombre del premio, Miroslava Breach, como un símbolo de todos los periodistas que han asesinado en los últimos años en México; es una alegría pero al mismo tiempo una responsabilidad muy grande porque nos lleva a seguir investigando y tratando de entender qué es lo que está pasando con las violencias hacia los periodistas, no sólo en Veracruz sino en otros lugares del país, no podemos quedarnos al margen de estos temas”.
Olvera Rivera puntualizó que “en este artículo analizamos las relaciones entre poderes fácticos, poder político, periodismo regional y hemos resaltado la dimensión territorial de la política, que es muy importante y poco se menciona en los análisis, cómo la política sigue siendo muy local y cómo se debe tomar en cuenta para entender los patrones de violencia”.
Este premio impulsa a seguir por este camino y visibilizar lo que está pasando así como el trabajo de la “Red por la Libertad de Pensamiento y Expresión contra la violencia a comunicadores” que inició en la UAM, con académicos que se están uniendo con periodistas y organizaciones como Artículo 19, apuntó la investigadora.
“Nos llevó la realidad hacia el tema, no fue algo voluntario”, agregó, “lamentablemente el país que nos ha tocado nos está impulsando a tener que averiguar, a tener que pensar e investigar sobre lo que está ocurriendo en el país y sobre nuestra realidad más inmediata para, desde nuestra posición de investigadores, tratar de dar una explicación y poder cambiar las cosas”.
El académico refirió que “se demuestra en el texto que la violencia contra los periodistas no es un fenómeno aislado sino que tiene que ver con un régimen político particularmente autoritario que hemos sufrido en Veracruz a lo largo de los sexenios de Fidel Herrera y Javier Duarte, no solamente del autoritarismo estatal sino de la peculiar combinación de ese régimen con el crecimiento del crimen organizado”.
La violencia hacia los periodistas no es aislada, al contrario, es parte de la violencia que se está ejerciendo “a nivel general contra una sociedad muy golpeada en todos sus estratos y los más frágiles entre los frágiles son los periodistas regionales, que no tienen prestaciones ni apoyo, los dejaron a su merced entre los actores no gubernamentales y gubernamentales”, explicó la investigadora.
“A los gobiernos, a los medios de comunicación y a otros agentes como el crimen organizado les conviene que los periodistas sean precarios, que no tengan buenas condiciones para poderlos obligar; es un sistema que Rossana Reguillo ha definido como la ‘narco máquina’ al plantear un sistema en el que confluyen tanto los gobiernos como el crimen organizado y los empresarios incluso”, detalló, “es un sistema de explotación que no se visibiliza y el periodista es un producto de todo este sistema, no se trata de juzgarlos y decir que es un problema de ética, hay un montón de problemas detrás, un asunto muy complicado que habría que estudiar más seriamente”.
El investigador del IIHS destacó tres elementos que hacen relevante al tema y al artículo, señalando que el premio es importante, en primer lugar por la visibilización del problema de la violencia contra los periodistas en Xalapa, en Veracruz y en el país.
“Tenemos que pensar que la violencia contra periodistas es un atentado a la libertad de expresión, el atentado más grave que puede existir; el mismo artículo lo plantea así. En este sentido es una violencia política que termina afectando una libertad fundamental de los ciudadanos”.
En segundo lugar “es un reconocimiento de nuestros pares y de instituciones internacionales, como lo es la revista Argumentos y colegas miembros del jurado como también del CLACSO; es un reconocimiento importante porque en general, en nuestra cultura universitaria mexicana, hay una escasa valoración del trabajo académico”.
En tercer lugar es importante “porque este artículo es el primero que ofrece un análisis político de la violencia contra los periodistas, es un estudio que coloca al autoritarismo subnacional que existe en México como el eje de este problema; esta combinación de crimen y política autoritaria es lo que ha creado un escenario de alto riesgo para los periodistas en Veracruz”, comentó.
En ese sentido, planteó que existe otra dimensión del problema de los medios de comunicación en los regímenes autoritarios y es la relación de clientelismo, fundada en prácticas de compra de los dueños de los medios, que es la tradición de los regímenes priístas.
“La regla de la relación entre gobierno y prensa ha sido la compra de voluntades a través de convenios, transferencias de recursos y la compra de los mismos empresarios y su conversión en políticos profesionales”.
Esta corrupción sistémica del mundo mediático local tiene como correlato la fragilidad de la posición de los periodistas, quienes son empleados.
“Hay que ver a los periodistas como trabajadores sin prestaciones, como trabajadores precarios, en una relación de fragilidad y dependencia con sus patrones; esto implica que tienen doble riesgo en su desempeño profesional: no quedar bien con los dueños y no quedar bien con aquellos grupos del crimen que puedan sentirse ofendidos por sus noticias o su tratamiento noticioso”, abundó.
El riesgo se incrementa exponencialmente para los más precarios de los periodistas, aquellos que están en el territorio más aislado y más pobre, más expuestos a los intereses fácticos de cada lugar.
El artículo se puede consultar y descargar en PDF íntegro en el sitio electrónico de la revista Argumentos: http://argumentos.xoc.uam.mx/