Universidad Veracruzana



ENTREVISTA- Libertad de expresión, entre apertura y violencia en México

El 7 de junio de 1951 Miguel Alemán Valdés ─a la sazón presidente de México─ instauró oficialmente el Día de la Libertad de Expresión. A 67 años de distancia, en Veracruz hay poco que conmemorar, con 24 periodistas asesinados únicamente entre 2010 y 2017.

Así lo plantea el artículo “Acallar las voces, ocultar la verdad. Violencia contra los periodistas en Veracruz” de Celia del Palacio Montiel, coordinadora del Centro de Estudios para la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV) y Alberto Olvera Rivera, académico del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIHS), quienes obtuvieron por este trabajo el premio “Miroslava Breach-Sistemas de poder y violencia contra periodistas en América Latina”, que se publicó en el número 85 de la revista Argumentos de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X).

Retomando dicha conmemoración, ambos investigadores expresaron la importancia que tiene el ejercicio del periodismo en la actualidad, donde se enfrenta a un escenario paradójico que abarca desde una mayor presencia impulsada por los medios electrónicos hasta las agresiones constantes provenientes de diversos actores sociales.

“La violencia hacia los periodistas es un atentado hacia la libertad de expresión, es el atentado más grave que puede existir y tristemente tenemos poco que conmemorar porque el periodismo sigue siendo una profesión del alto riesgo y ahora se han sumado nuevos problemas como la reducción de los recursos estatales hacia los medios, incrementando la precariedad y los desempleos en el sector”, explicó Alberto Olvera.

Por otro lado, el incremento de los medios electrónicos informativos ha ofrecido un nuevo espacio de libertad a los periodistas profesionales y éstos se han convertido en medios referenciales.

A ello se suma el hecho de que los gobiernos, debido a su propia crisis económica, no puedan financiar a los medios, “es una buena noticia porque permite entonces que la manipulación y la relación clientelar vaya agotándose y en ese sentido creo que sí hay una mayor libertad de expresión en el país actualmente junto con este riesgo derivado de la política local y de las alianzas específicas entre poderes políticos y criminales”.

El investigador planteó que es una situación paradójica en la que convive una mayor libertad de expresión y por otro lado agresiones constantes hacia la prensa, “esta paradoja se tiene que resolver extendiendo a nivel nacional las libertades que relativamente se gozan en las grandes ciudades así como una protección efectiva hacia la libertad de expresión”.

Respecto a la presencia de las campañas electorales dentro de este escenario, el investigador opinó que a corto plazo es posible que se viva una situación muy fluida y cambiante, que con la alternancia en el poder de hace dos años (en Veracruz) y la posible alternancia futura, podría poner en tensión “las viejas alianzas que había entre gobierno y crimen organizado local, estamos en una fase de desestructuración del viejo régimen que, por lo pronto, aumenta los riesgos para los periodistas pero potencialmente en el futuro pueda dar lugar a una situación mejor”.

En el mismo sentido, Celia del Palacio dijo que “sobre el Día de la Libertad de Expresión no tenemos nada que celebrar, pero sí es un momento para recordar que en una democracia ésta es necesaria como un hecho normativo y sobre todo es muy importante seguir denunciando, es una buena fecha para denunciar la falta de libertad de expresión que hay en este país”.

La historiadora agregó que sería idóneo que las personas entendieran la importancia de tener libertad de expresión y que los periodistas son agentes fundamentales para ejercer tal derecho.

Ambos contribuyen a que los ciudadanos estén informados adecuadamente para ejercer sus derechos, “esto es tan importante y la gente no se da cuenta, me parece una tragedia”.

Reconoció que en tal aspecto, “los intelectuales, la sociedad civil y los mismos periodistas hemos fallado (en el intento de) hacerle tratar de entender a la gente lo importante que es, porque no se dimensiona lo grave que es el hecho de segar una voz; cada vez que se calla una voz se está dejando sin voz a personas que se expresan a través de ese periodista, esto no se entiende”.

Consideró que “la sociedad ha abandonado a los periodistas; no leen los periódicos porque algunos de ellos hablan para sí mismos o para los políticos, que pasan a través del periodista que solamente transcribe un boletín”.

A raíz de los asesinatos, diversos colectivos han promovido una defensa de los derechos laborales y buscan una manera de que se haga justicia y cese la impunidad, pero también es necesario que el periodista vuelva a tener contacto con la gente y que ésta vuelva a sentir que su función es importante, para que lo defienda.

“Debemos crear conciencia: cuando se mata a un periodista se está eliminando también el derecho a ser informado”, subrayó la investigadora.

Nota original:

15/06/18, Xalapa, Ver.-

David Sandoval Rodríguez (Prensa UV)  

Libertad de expresión, entre apertura y violencia en México