Universidad Veracruzana



Imparten Conferencia: «Educación rural, misiones culturales y cine en México: 1920-1933»

Educación rural 1

Marco Antonio Calderón Mólgora, investigador de El Colegio de Michoacán.

● El primer intento “civilizatorio” fue el proyecto de los Maestros Misioneros, que tenía como finalidad la alfabetización

● Manuel Gamio impulsó el uso del cine como un mecanismo para socializar el conocimiento científico en las comunidades rurales e indígenas

Por Paola Cortés Pérez

La educación rural y las misiones culturales surgidas a principios del siglo XX tenían como finalidad civilizar a los pueblos indígenas y a las personas del campo, mencionó Marco Antonio Calderón Mólgora, investigador de El Colegio de Michoacán, durante la conferencia “Educación rural, misiones culturales y cine en México: 1920-1933”, que dictó en el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV), el martes 16 de junio.

Detalló que en las primeras décadas del siglo pasado, el 90 por ciento de la población en el país no sabía leer ni escribir; además, cerca de la mitad no hablaba español y existían alrededor de 50 lenguas indígenas y la mayor parte de sus habitantes vivían en pequeñas localidades rurales.

Ante esta situación, explicó, el gobierno federal puso en marcha diversos experimentos educativos con el objetivo de “lograr que campesinos e indígenas se integraran a la cultura nacional, que se sintieran mexicanos y fueran ciudadanos”.

Indicó que el primer intento “civilizatorio” fue el proyecto de los Maestros Misioneros –impulsado por José Vasconcelos–, en el que participaron aquellas personas que sabían leer, escribir y tenían conocimientos mínimos, quienes fueron enviados a los poblados a alfabetizar, pero el proyecto fue rebasado por el contexto social de la época.

Años después, comentó, nacieron las misiones culturales promovidas por Elena Torres, pero la Secretaría de Educación Pública (SEP) realizó la primera en 1923 en Zacualtipán, en el estado de Hidalgo, de la mano de Rafael Ramírez, uno de los pilares de la educación rural del país.

Dada la operatividad y el éxito de estas instituciones, puntualizó, en febrero de 1926 la SEP creó la Dirección de Misiones Culturales, siendo Elena Torres la directora de la dependencia federal, al ser experta en trabajo social y educación rural.

“Las misiones culturales eran una especie de normales rurales ambulantes o itinerantes, con la finalidad de actualizar a los docentes en conocimientos necesarios para la región donde se desempeñaban, y al mismo tiempo tenían la función de educar a la población.”

Detalló que en una primera instancia las misiones duraban tres semanas, pero las autoridades educativas federales se dieron cuenta que el tiempo era insuficiente para tener el cambio social esperado, así que propusieron que fueran permanentes.

Fue así, dijo Calderón Mólgora, que se ubicaron en dos puntos estratégicos en el país: Xocoyucán y Actopan, en los estados de Tlaxcala y de Hidalgo, respectivamente.

Casi a la par de las misiones culturales, en el poblado Valle de Teotihuacán (entre 1917 y 1921), Manuel Gamio –antropólogo mexicano destacado– echó a andar un proyecto de escuela regional, donde podrían estudiar todos los niños de los poblados cercanos.

“Gamio fue un convencido de que el cine era el medio perfecto para socializar el conocimiento científico en las comunidades rurales e indígenas, de una manera amena, divertida y entretenida.”

El uso del cine para la educación, precisó, fue retomado por la SEP, fue así que en las casas del pueblo o escuelas rurales se intentaron organizar funciones cinematográficas para fortalecer las acciones de la educación rural e indígena.

Sin embargo, resaltó que el primer problema que tuvieron que enfrentar al poner en marcha este ambicioso proyecto educativo, fue adquirir y transportar el equipo de proyección, y que la mayoría de los poblados no contaban con el servicio de energía eléctrica.

Marco Antonio Calderón Mólgora tiene Doctorado y Maestría en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana, y Maestría en Sociología Política por el Instituto “José María Luis Mora”. Su área de conocimiento es la Antropología Política, campo en el que trabaja desde hace 15 años.