“Esto no es una comedia”, es la propuesta escénica junto con otros dos montajes de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana, que en colaboración con el H. Ayuntamiento de Xalapa darán inicio a la reapertura del Teatro Juan J. Herrera, ubicado en la calle Miguel Palacios #12, en el centro de la ciudad.
La obra, que está bajo la dirección de Karina Eguía Lozada, se ha presentado desde su estreno, el año pasado, en diferentes foros teatrales locales, estatales y nacionales obteniendo gran aceptación dentro del público; está dirigida, principalmente, a adolescentes y adultos.
Destaca, a cargo del texto, la xalapeña Ana Lucía Ramírez Garcés, seleccionada para el Festival de la Joven Dramaturgia (FJD) con los textos: La Bestia y el falso Profeta en 2013 y Hikari: una Poderosa Máquina de Velocidad en 2016. Y destaca su colaboración para la Facultad de Teatro de la UV en 2015 con La Muerte de Julio César. En la dirección musical Manuel Monforte.
El estreno será este próximo tres y cuatro de marzo de 2018 en punto de las 19:30 horas. Se recomienda llegar 30 minutos antes de la hora. El costo del boleto es 80 pesos para público en general, 60 pesos para estudiantes e INAPAM y 50 pesos si se compran en preventa.
——————————————–
Reseña:
Las grandes artimañas de la naturaleza humana: hacer, creer, engañar, aprovecharse de todo; son la premisa de esta obra, la cual surge a partir de un proceso de laboratorio basado en la pedagogía del maestro francés Jacques Lecoq, donde se instaron las bases sobre los distintos estilos de comedia: Commedia dell’Arte, Comedia de Enredo, Comedia Romántica y Comedia Humana.
Una comedia de enredos que acontece en Costa Marfil, un apacible pueblo en el que cada 21 de diciembre se lleva a cabo el solsticio de invierno, época mejor conocida como “la noche prohibida”, esto porque las tradiciones prohibían cualquier tipo de juego carnal.
Una de esas fechas Elena (nuestra protagonista), desconociendo la maldición, se enamora y lleva hasta el éxtasis su amor, sin saber desafía a los dioses y es así, como la maldición del 21 de diciembre recaerá sobre su linaje, Martina y Carlo sus dos hijos.
Las desventuras para el pueblo van en aumento, así que al dejarse aconsejar por Laurencio (el hechicero del pueblo), decide romper la maldición y matar a sus 2 hijos, finalmente al no soportar el dolor buscar su propia muerte a través del suicidio.
21 años después de este suceso regresa del más allá, penando una condena que recae sobre todo Costa Marfil.
