Iniciamos el Siglo XXI reconociendo que las actividades humanas han transformado profunda y extensivamente a los ecosistemas del planeta. Las modificaciones de mayor impacto son ya de carácter global, tal es el caso del cambio climático cuyos efectos se empiezan a registrar en diversos ámbitos de las actividades humanas; en la agricultura, ganadería y silvicultura por su impacto sobre la productividad, las enfermedades y plagas, así como en la conservación del germoplasma y de la diversidad biológica del país. En las regiones encontramos una situación de deterioro de los ecosistemas forestales, contaminación de suelos y acuíferos, reducción de la capacidad productiva del campo, entre otros, así como el efecto concomitante que esto tiene en la calidad y cantidad de los servicios ambientales que los ecosistemas proveen a la sociedad.
Este es el contexto ambiental en el que se ubica nuestro quehacer como entidad generadora de conocimientos y formación de recursos humanos. Como instituto de investigación es indispensable establecer un compromiso y vinculación con los sectores forestal, agrícola y de conservación de los recursos naturales. A partir de la problemática local, regional e internacional identificada, plantearemos proyectos y programas que aporten soluciones, que se sumen a las estrategias estatales y nacionales en elaboración para identificar y proponer acciones de adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático. Es necesario incrementar la plantilla académica de investigadores con perfil de Investigador Nacional (SNI) para afrontar, con una perspectiva interdisciplinaria, la problemática arriba mencionada.