Silvia Hernández Hernández, Santiago de Chile, 29 de octubre, 2014.
Mi nombre es Silvia Hernández Hernández, soy estudiante de la Universidad Veracruzana Intercultural sede regional Huasteca, de la Universidad Veracruzana, y actualmente me encuentro en una movilidad internacional en la Pontificia Universidad Católica de Chile, campus Villarrica. Por este medio quisiera comentarles un poco sobre un viaje que realicé, que es una de mis experiencias en esta etapa de mi carrera dentro de la Licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo.
Mi estancia ha sido muy grata porque he tenido la oportunidad de conocer gente nueva y me he adaptado al cambio, al uso de la moneda; a sus costumbres, sus fiestas, y a las comidas típicas. Al principio, como todas las cosas, se me dificultaba la convivencia, pero entonces me puse a pensar que estaba iniciando una nueva etapa de mi vida, de la cual quedaría marcada por siempre.
Y en realidad ha sido una experiencia inolvidable. Lo que más me agrada del país de Chile son sus paisajes. Villarrica se encuentra en la región de la Araucanía, que está en la zona sur. Es un sitio muy visitado por turistas de diferentes países. Mi habitación tiene la hermosa vista de un volcán que actualmente está activo, y del lago Villarrica. Aunque el clima no es tan favorable para mí, que estoy acostumbrada al calor, poco a poco me voy adaptando.
El tema académico también me fascinó, ya que tomo los cursos de: “Arte”, “Cultura y expresión”, “Economía y desarrollo sustentable”, “Habilidades comunicativas y escritas”, “Inglés”, “Patrimonio”, “Memoria histórica”, y “Educación”. Una cosa curiosa es que el sistema educativo es totalmente diferente a lo que yo estaba acostumbrada, ya que las calificaciones van solamente del 1 al 7.
Recientemente salimos de Villarrica a las 9 de la noche y viajamos 10 horas para la capital de Chile, que es Santiago, con el objetivo de formar parte de la caminata juvenil religiosa de Santa Teresa de los Andes. El camino que recorrimos fue de poco más de 27 kilómetros y la realizamos en 6 horas. Esta experiencia es inolvidable porque conocí gente nueva, y conviví con nuevos compañeros. Cuando sentía que ya no podía mantenerme en la caminata, recordaba momentos muy difíciles de mi vida que había superado, y fueron motivos válidos para seguir adelante. También fueron momentos para agradecer por cada segundo de mi vida y por las oportunidades brindadas.
Cuando ya faltaban algunos pasos para llegar me sentí muy satisfecha, porque este nuevo logro. La Cordillera de los Andes es un lugar muy hermoso, con vistas geniales. Cuenta con una naturaleza fascinante y se logran ver las montañas cubiertas de nieve. En síntesis esto es lo que puedo decir, de estos momentos indescriptibles que no puedo expresar.