Nuestro tránsito hacia un nuevo modelo educativo

En esta última década de vida autónoma se pueden ubicar dos grandes momentos del proceso innovador que puso en marcha la Universidad Veracruzana. El primero comprendió de 1997 a 2002, cuando se llevaron a cabo una serie de ajustes organizacionales que permitieron elaborar y definir nuestras propias propuestas académicas.

Se destaca la implantación en 1999 del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), el cual permitió pasar del tradicional modelo basado en la enseñanza, a uno centrado en el aprendizaje.
En ese mismo año se profundizó en la implantación de las políticas emanadas del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y de los lineamientos para el concurso por otras fuentes de financiamiento externo; la planeación se llevó al nivel de las áreas académicas, definiendo la estructura de Dependencias de Educación Superior (DES), requisito para la elaboración colegiada del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI).

Dentro de esa misma etapa, en un segundo momento que comprende de 2003 a la fecha, la Universidad Veracruzana consolidó los fundamentos de su programa de desarrollo, y sentó las bases para la continuidad de un proceso innovador que hace hincapié en la continuidad crítica de sus fortalezas institucionales, las cuales sustentan hoy el desarrollo del conjunto de las áreas de la universidad.