Reportaje

Universitarios descubren nueva especie en el Cofre de Perote

  • Académico y egresado dedican su denominación a Héctor Narave Flores, profesor y botánico de la Facultad de Biología
  • Más de 30 años de investigación en el parque nacional siguen rindiendo frutos, expresó el académico Miguel Cházaro

 

Juan Antonio Francisco, Miguel Cházaro y Héctor Narave

 

David Sandoval Rodríguez

 

Xalapa, Ver., 7/02/2017.- Una nueva especie vegetal, Eugenia naraveana (Myrtaceae), fue descubierta en el Cofre de Perote y se nombró así en honor al investigador y académico de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), Héctor Narave Flores.

Sus descubridores son Miguel Cházaro Basáñez, botánico y académico de la Facultad, adscrito al Laboratorio de Vida Silvestre, y Juan Antonio Francisco Gutiérrez, egresado de la misma Facultad, quien actualmente realiza su Maestría en Ciencias en el Instituto de Ecología, A.C.

Los tres involucrados platicaron para Universo acerca del arduo y abundante trabajo de investigación en botánica, que abarca más de tres décadas en las que se han descubierto varias especies y cómo impacta a la formación profesional su publicación en una revista arbitrada a nivel internacional, en este caso Phytotaxa de Nueva Zelanda.

Este reconocimiento implica una distinción, pocos tienen el orgullo de que les dediquen una especie, pero también implica un gran compromiso, refirió el propio Héctor Narave, quien relató que desde 1981 realizaba recorridos botánicos con Miguel Cházaro en el Parque Nacional Cofre de Perote, decretado como Área Natural Protegida desde 1937.

“Me compromete más a seguir trabajando por la conservación de los recursos, me compromete a seguir formando estudiantes y buscando alternativas para llevar la ciencia fuera de las aulas, al campo, para conservar estos recursos y buscar alternativas de apoyo a las comunidades”, detalló el catedrático.

Recordó que en su época de universitario no había veredas ni caminos para llegar al Cofre y sólo se podía subir a pie, “salíamos a las ocho de la mañana y teníamos que regresar apresurados, casi corriendo a eso de las cuatro de la tarde para que no nos agarrara la noche allá arriba”.

Al respecto, Cházaro Basáñez recordó que Narave fue uno de sus primeros alumnos y ha sido el único que ha publicado un estudio botánico sobre dicho espacio, “La vegetación del Parque Nacional Cofre de Perote”, en 1985.

Además hizo una tesis sobre los nogales y la publicó, colectando más de mil 500 ejemplares que están en varios herbarios y un estudio de la familia pinácea en Veracruz, así como una colecta en el bosque de oyamel, que produjo nuevos registros para la entidad.

Recordó la dificultad que implica hallar una nueva especie ahora. “Cuando Alexander von Humboldt pasó por estas tierras era muy fácil registrar especies nuevas, pero en la actualidad es difícil porque además Veracruz es uno de los estados más explorados y ésta, una de las regiones más investigadas”.

Por su parte, Narave Flores señaló que el Parque Nacional del Cofre de Perote siempre ha tenido gran importancia, “desde que estaba en el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (Inireb) trabajé en el proyecto interprogramas para el desarrollo del Cofre de Perote, y como biólogo comencé ese trabajo en 1983, porque desde los años cincuenta ya presentaba problemas”.

 

(a) Inflorescencia con flores y botones de la nueva especie (Foto: Juan Antonio Francisco Gutiérrez), b) Así lucen los frutos maduros con semillas (Foto: Juan Antonio Francisco Gutiérrez), c) Frutos inmaduros (Foto: Juan Antonio Francisco Gutiérrez), d) Las hojas de Eugenia naraveana (Foto: Juan Antonio Francisco Gutiérrez), e) Corteza del árbol (Foto: Juan Antonio Francisco Gutiérrez)

 

Cuando empezó a recorrer el parque se dio cuenta que había barrancas muy deterioradas, la pérdida de la vegetación era grande y pensó en hacer algo. “Entonces me surgió el interés como biólogo y como persona, porque de ahí se genera casi la mitad del agua que tomamos, es muy importante para quienes lo habitan porque obtienen su leña y su alimentación”.

Posteriormente elaboró el programa de manejo del Parque Nacional y varios proyectos de reforestación.

El contacto entre ambos investigadores no se perdió a pesar de los años y cuando Narave Flores fue director de la Facultad invitó a su compañero a dar cursos en los cuales se registraban un gran número de estudiantes, a pesar de que no tenían reconocimiento crediticio; entre ellos estuvo Juan Antonio Francisco Gutiérrez, quien en 2009 comenzó a hacer recorridos para hallar nuevas especies.

Desde 1987 Cházaro Basáñez había detectado la especie en una altitud superior a los dos mil 600 metros, por lo cual pensó que era otra variedad; sin embargo, lo accidentado del terreno le impidió colectar la muestra y después viajó a Estados Unidos para realizar su doctorado, por lo que nunca se registró hasta 2011, que se encontraron botones de la flor, y fue hasta abril de 2016 que encontraron la flor y la colectaron.

Ambos investigadores, en colaboración con Jerónimo Vázquez Ramírez, publicaron la Guía botánica del Parque Nacional Cofre de Perote, editada por la UV, que es una de las dos existentes para más de 60 parques nacionales que tiene México.

Experiencia y dedicación generan frutos

Encontrar una especie es difícil porque la mayoría ya están descritas; además, identificar que es nueva requiere de muchísimo conocimiento y especialización. La combinación entre la experiencia y bagaje del investigador, por un lado, y la dedicación e interés del egresado de la UV, por otro, hicieron posible completar todas las etapas que significan el reconocimiento científico oficial de la nueva especie, detalló Narave.

El trabajo implica enviar un artículo a una publicación del campo de la botánica, arbitrada y con reconocimiento mundial, para someterlo a revisión que finalmente dictamine como válido el hallazgo.

Existe el Código Internacional de Nomenclatura Botánica, que marca la pauta para validar la especie al exigir que el descubrimiento salga publicado en una revista arbitrada y de prestigio.

Marcos Sobral, destacado botánico brasileño, se encargó de la revisión y brindó su apoyo, así como sus observaciones, para hacer publicable el artículo en la revista Phytotaxa.

Narave Flores advirtió que en la zona donde se ubicó la planta hay actividad agrícola, ya que los pobladores constantemente buscan formas de subsistencia ante las condiciones de marginación que deben enfrentar, lo que provoca un riesgo latente para la especie.

“Desde el punto de vista biológico, que exista una nueva especie es un hecho trascendental, pero también hay que realizar estudios fitoquímicos para detectar sus propiedades y sus usos, qué papel tiene en el bosque, cómo se da su interrelación con otras especies y con las aves, por ejemplo, pero además se encuentra amenazada por el medio.”

En ese sentido, Juan Antonio Francisco comentó que el artículo de la revista Phytotaxa (disponible en el vínculo: http://dx.doi.org/10.11646/phytotaxa.286.4.8) describe a la nueva especie Eugenia naraveana, sólo conocida en las colinas de barlovento del volcán Cofre de Perote, creciendo en el bosque mesófilo superior.

Sus congéneres más estrechamente relacionados son Eugenia sotoesparzae y Eugenia mexicana, pero difieren de la nueva especie porque crecen en el bosque tropical perennifolio y en dunas costeras, además de las diferencias en sus estructuras morfológicas.

Esta nueva especie “rompe el rango altitudinal típico de Eugenia en Veracruz, México, siendo registrada por encima de los dos mil 100 hasta los dos mil 600 metros sobre el nivel del mar”, resaltó.

Una de las características particulares de esta nueva especie es su estructura del hipanto, que es cuadrado, mientras que en el resto de las especies es circular; otra de sus características es el número de flores agrupadas, que es mucho más grande que el resto de las especies registradas en Veracruz, detalló.

La importancia de las colectas en el Cofre de Perote es que sirven de base para analizar los grupos taxonómicos del este lugar, ese material es utilizado por los estudiantes, que en esa medida permite incrementar los estudios para preservar los recursos.

Asimismo reconoció el tipo de formación que impulsa Cházaro Basáñez entre sus alumnos, porque durante algunos años hubo un declive en la taxonomía, que a nivel mundial no es reconocida como se debe, pero es fundamental para otras ciencias, enfatizó.

“Hacer taxonomía implica un poco de arte, pero sobre todo conocimiento y dominio de ciertos grupos, lo que lleva a identificar las nuevas especies.”

Con 25 años de edad, es la primera especie que se le atribuye oficialmente a Juan Antonio, no obstante tiene otras dos especies encontradas cuando tenía 23 años y cuyos artículos ya están sometidos a arbitraje para ser publicados en espera de dictamen.

Un regalo de la naturaleza

Detrás del descubrimiento de la especie hay muchas horas de investigación y especialización en todos los componentes del grupo taxonómico, añadió el joven; “es un privilegio porque no todos los días se encuentran nuevas especies, es realmente un regalo de la naturaleza poder encontrar y describir una nueva forma de vida, es muy satisfactorio poder hacer este tipo de trabajo, es como tener un hijo”.

Explicó que para reunir la información suficiente se hacen comparaciones con los ejemplares en herbarios, que están preservados en alcohol para posteriormente medirse con microscopio y se cortan cada una de sus partes para describirse en cuanto a sus medidas, colores y texturas.

Una vez que se tiene la descripción se compara con las de todas las especies existentes, enfocándose en sus características y destacando sus diferencias; luego, para escribir el artículo se revisa toda la literatura relacionada y posteriormente se describe a la especie, con énfasis en las estructuras y sus características que la tipifican como una nueva especie.

El proceso de dictamen para publicar el artículo duró un año, dado que el especialista brasileño estuvo en contacto con Francisco Gutiérrez aportando ideas y observaciones con la intención de mejorar el documento.

Marcos Sobral, dijo Cházaro, “revisó y hacía observaciones, es un hombre que conoce muchísimo y fue de gran ayuda, además tenía toda la disponibilidad de ayudarnos. Phytotaxa es la revista de botánica más grande del mundo, por eso su comité editorial decide enviar los artículos a los expertos más renombrados”.

Después de haber revisado toda la literatura existente, incluyendo la de Veracruz, que es la entidad con mayor número de especies registradas, hubo la primera certeza de contar con un descubrimiento y después, al revisar la literatura internacional y no encontrar registros, la satisfacción fue enorme.

Desde su tesis de licenciatura, “El género Castilleja Mutis ex. L.f. (Orobancheae) en el estado de Veracruz”, con la cual “le tomó amor al Cofre de Perote”, logró hallar una especie nueva al coincidir con el estudio que realizaba en ese momento Cházaro Basáñez.

“Me dio la planta y detecté que no se había reportado antes en el estado, también existe la ventaja de que el especialista más reconocido a nivel mundial, Marc Egger, trabaja este grupo de plantas y sube todas sus imágenes a un sitio de Internet para consultas, facilitando así el trabajo. Recuerdo haber entrado varias veces al sitio para consultar las plantas y no había aparecido, me pasé revisando durante dos noches las 200 especies que hay en este grupo para descartar que se hubiera colectado.”

Se comunicó con el especialista, quien le aseguró que era una nueva especie, con esta acción se convirtió en otro filtro de seguridad que avala el descubrimiento.

Actualmente en su tesis de maestría estudia la familia completa para el estado de Veracruz, y sus trabajos de investigación lo han llevado a descubrir otra especie endémica llamada orobanque, la cual piensa dedicar a Gonzalo Castillo, quien, como Héctor Narave, ha explorado intensamente la región de Jalcomulco.

“Entonces, en proceso de descripción son tres especies, un grupo de pequeñas plantas y esperamos que a mediados de año se tenga su registro oficial”, puntualizó el egresado.

Finalmente, Cházaro Basáñez recordó que en 2018 se celebrará el 50 aniversario de la Facultad de Biología, que en un principio fue un semillero de botánicos que al día de hoy está experimentando un resurgimiento.

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