En todas las culturas el nacimiento de un niño sano es un acontecimiento que tradicionalmente se celebra en todas las sociedades del mundo, cuando la parturienta conserva su salud representa la culminación exitosa del proceso reproductivo con resultados positivos en términos de sobrevivencia y bienestar para la madre, el niño y la familia. Sin embargo este proceso puede ser afectado por el resultado de factores previsibles o no que conllevan a la muerte materna o perinatal.
De acuerdo al plan nacional de salud 2006 – 2012, cada año en México se embarazan 2.5 millones de mujeres y nacen 2.1 millones de niñas y niños.
En el año 2000, 370 mil mujeres embarazadas fueron atendidas por personal no calificado y de ellas 1,569 murieron por complicaciones del embarazo, parto o puerperio, 1,242 en el año 2005 y 1,166 en el 2006.
Dentro de las entidades con mayor incidencia de muerte materna; el Estado de Veracruz ocupo en año 2007 el tercer lugar y a la fecha se mantiene en los primeros 6 lugares.
La muerte materna además de ser considerada como un problema de salud pública, es por sí misma una tragedia social. Toda vez que es un Indicador de desigualdades; muertes prevenibles y evitables; deficiencias de calidad técnica en la aplicación de los servicios de salud e inequidad de género en la aplicación de políticas públicas y de salud.
En el estado de Veracruz, trabajar por la salud materna es importante toda vez que las mujeres se siguen muriendo, tan solo en el año 2009, fallecieron 90, en el 2010, 66 y para el año 2011 se llevan al mes de febrero 11 muertes. Porque 60% de las mujeres que fallecieron por esta causa son de 20 a 34 años, mujeres jóvenes, en edad productiva y reproductiva, y aunque más del 90% de las mujeres llevaron control prenatal, este no fue adecuado, pues en un gran porcentaje, estas muertes pudieron ser evitadas, si se les hubiera otorgado una atención especializada por personal actualizado en este ramo.
Es importante mencionar que las regiones con mayor incidencia de muerte materna son Orizaba, Poza Rica, Veracruz, Coatzacoalcos y Xalapa con un total de 120 muertes del año 2009 a febrero 2011.
Por otro lado La mortalidad fetal se asocia al estado de salud de las mujeres en edades reproductivas. La mayor proporción de defunciones fetales según la edad de la mujer se presenta en aquellas de 20 a 34 años de edad, con 61.7% del total de las mujeres de este grupo de edad, las cuales se encuentran en la etapa más fecunda de su periodo reproductivo. Destaca también una importante proporción de defunciones fetales que le suceden a las mujeres menores de 20 años, la cual representa 16.7% del total. Anualmente, a nivel mundial nacen aproximadamente 130 millones de niños; casi 3.3 millones nacen muertos y más de 4 millones fallecen en los primeros 28 días de vida.
Hoy más de 60% de las muertes en menores de 1 año se concentran en los primeros 28 días de vida y se deben a problemas respiratorios del recién nacido (síndrome de dificultad respiratoria, hipoxia intrauterina, aspiración neonatal) (más de 40%), sepsis bacteriana del recién nacido (15%), anencefalia y anomalías congénitas del corazón y las grandes arterias (20%), y prematurez (7%). La mayoría de las muertes neonatales (75%) ocurren en la primera semana y la mayor parte de éstas en las primeras 24 horas de vida. Este parámetro indica las condiciones de embarazo y parto de una población que a su vez está relacionado con su estado socioeconómico y con la oportunidad y calidad de atención de los servicios de salud. Se calcula que 79% de las muertes en menores de 1 año que se producen en el país son muertes evitables y podríamos afirmar que el éxito en el combate a las infecciones comunes en la infancia nos generó el reto de atender problemas neonatales que requieren de una atención del embarazo y el parto por personal mejor calificado con conocimientos, habilidades y actitudes para intervenir de manera oportuna en la prevención, identificación e intervención de estos problemas de salud. Esta problemática social existente conlleva la necesidad de formar recursos humanos especializados por lo que es preciso contar con una especialización en el área salud materna y perinatal que fortalezca la participación de este profesionista en los procesos de atención hospitalaria y comunitaria en acciones diagnósticas, y terapéuticas apoyadas en la enfermería basada en la evidencia, sin dejar de considerar su objetivo y el desarrollo de los valores históricos que han dado lugar a la profesión. Con la finalidad de coadyuvar en la disminución de estos problemas tanto de salud pública como de recursos humanos especializados en este ramo.
Para identificar la pertinencia de la especialización en salud materna y perinatal se realizo un estudio de factibilidad y conveniencia durante el periodo del 3 de Febrero al 10 de Marzo del dos mil once en las regiones de Xalapa; Poza rica; Orizaba y Veracruz con la finalidad de identificar las necesidades de formación en el personal de enfermería en el área materna y perinatal. Con este objetivo se diseño un instrumento que fue aplicado al personal de enfermería con grado de licenciatura que labora en hospitales públicos, privados y en centros de salud. El 10% tuvo un posgrado entre los que sobresalen salud pública y administración en los servicios de salud. Las especialidades con mayor demanda fueron: Salud Materna y Perinatal (20%); Administración de los servicios de Enfermería (12%); Salud Publica (12% 4) Enfermería médico quirúrgica (10%); Cuidados intensivos (12%); Oncología (12%) Geriatría (12%); Medicina de la Familia (6%;) y Docencia (4%) Pudiéndose observar que estas necesidades están acorde al área de trabajo en la que actualmente se desempeñan.
Los encuestados manifestaron que en caso de cursar un posgrado el 78% si tendrían apoyo institucional y un 22% no contara con algún tipo de apoyo institucional.
En el estudio de opinión se identificaron los beneficios institucionales que el personal de enfermería pudiera tener una vez cursado un posgrado tales como: mejorar el desempeño en la atención de enfermería en los sistemas de salud, cambio de categoría con mayor remuneración, ampliar las expectativas en el campo laboral; contribuir a la profesionalización del personal de enfermería; mediante aplicación de conocimientos actuales y especializados en el desarrollo de habilidades y destrezas.
Los beneficios personales también fueron identificados, entre los que sobresalieron: la satisfacción personal; adquisición de conocimientos; mejorar la calidad de vida; acervo cultural mediante la actualización y adquisición de nuevos conocimientos.
Por lo que se concluye que existe la factibilidad y conveniencia para la oferta de la especialización en salud materna y perinatal en el Estado de Veracruz.