Google con Google Assistant, Apple con Siri, Amazon con Alexa y Microsoft con Cortana son paradigmas de las nuevas soluciones digitales para que los usuarios puedan dictar órdenes o recibir ayuda de sus dispositivos inteligentes, mejorando su comodidad y ahorrando tiempo y esfuerzo a los consumidores. No obstante, detrás de esta tecnología CUI tras los asistentes de voz también se encuentran problemas relativos a la privacidad de los datos personales de los usuarios, tal y como señalan desde Trend Micro.

Teniendo en cuenta el aumento imparable de los asistentes por voz -más de 24 millones enviados para este 2017- ligados al auge del Internet de las Cosas y a los hogares conectados, y el desplazamiento del teclado como dispositivo de entrada principal de información por este tipo de soluciones digitales, es fundamental seguir una serie de buenas prácticas sobre privacidad y tener en cuenta el peligro potencial que encarnan estos asistentes.

Estos dispositivos inteligentes manejan determinadas funciones del hogar y tienen capacidad para escuchar y grabar conversaciones. Desde Trend Micro destacan que recientemente ha habido “incidentes en los que estos servicios grabaron información o siguieron determinados comandos de manera involuntaria”. Además de los accidentes, los fabricantes pueden almacenar datos personales de los usuarios y compartirlos con terceros, mientras que los ciberatacantes pueden explotar nuevas vías para hacerse con información sensible.

La organización denuncia que empresas totalmente legítimas, están hallando vías para explotar la sensibilidad de los dispositivos al sonido, como una popular cadena china de comida rápida, que elaboró un anuncio publicitario en el queexplotaba deliberadamente los asistentes por voz para activar una búsqueda de la definición de su producto.“Una descarada y exitosa explotación de las capacidades de estos servicios que, por cierto, no es ilegal”, apuntaban.

En la siguiente infografía podrás encontrar algunas de las principales formas en que tus dispositivos pueden verse comprometidos, y anotar algunas buenas prácticas recomendadas tanto para los usuarios como para los fabricantes, como cuidar la complejidad de la contraseña del WiFi y renombrar el asistente de voz en el caso de los consumidores o añadir herramientas de autenticación para los asistentes por voz en el caso de las empresas.