El caso de Unroll.me ejemplifica los problemas de privacidad que sufren los usuarios
Unroll.me era y es un servicio gratuito que analizaba los correos electrónicos de una cuenta para que el paso de dar de baja de las listas de correo y suscripciones fuese más cómodo para el usuario, ya que lo corriente es tener que ir mail por mail eligiendo de qué desuscribirse, y generalmente es un proceso tedioso en el que incluso hay que rellenar formularios.
El problema de Unroll.me es que excedió todos los límites en la búsqueda de los ingresos, inexistentes con el servicio que estaban prestando, pues las características ni siquiera permitían insertar publicidad en ninguna parte. Aprovechando el acceso a las cuentas, y el hecho de que muchas de ellas contuvieran información sensible para empresas que basan sus servicios en conocimiento de perfiles de usuaios, Unroll.me empaquetó los datos y los vendió a Uber, la popular compañía que quiere acabar con el taxi.
Según The New York Times, Uber compraba esos datos para conocer cómo los usuarios utilizaban el servicio de su principal competidor en Estados Unidos, Lyft. En concreto, revisaban los recibos que se generan cuando se paga tras acabar un viaje en coche, y que llegan por mail de manera instantánea. Así Uber podía conocer si, más allá de estimaciones y cifras públicas, el negocio de Lyft podría realmente ser una amenaza para la empresa presididad por Travis Kalanick.
El problema es que, aunque normalmente las empresas que incurren en estas prácticas venden los datos de manera anonimizada, no está nada claro que estén aplicando la seguridad suficiente a la hora de almacenar los datos. Los usuarios tomamos decisiones en las que cedemos de manera constante nuestra privacidad a otras compañías, pero es muy distinto que estos datos estén a salvo y se analicen para realizar perfiles publicitarios a que se vendan sin seguridad y con datos personales de por medio.
Unroll.me no ha sido el primer servicio en vender datos de sus usuarios ni será el último, pero lo importante es que el usuario sepa hasta dónde pueden llegar y qué datos está cediendo en cada momento. En Internet se da permiso a todo y es hora de comenzar a tomar precauciones en este sentido, en un momento en que toda nuestra vida está online.
Fuente: http://blogthinkbig.com/
Fecha de consulta: 28 abril 2017