Es muy probable que durante los últimos años hayas leído muchos artículos sobre el supuesto fin de los antivirus, que ya no son necesarios porque los sistemas operativos son más seguros e incluso los llevan integrados o que navegando con cierto sentido común no tienes por qué preocuparte.

Como literatura está entretenida, pero las cifras reales de ataques informáticos revelan que estos textos no son más que ciencia ficción y que la realidad es que ningún dispositivo está exento del riesgo de sufrir una infección por ransomware. Ya no importa ni el sistema operativo, ni si es un smartphone, un ordenador, una Smart TV o el sistema de videovigilancia domótico de tu casa.

Según el informe ESET Trends 2017: Security held ransom, que la empresa de seguridad europea ESET elaboró en diciembre del año pasado y que resume el estado de las amenazas informáticas y sus devastadores efectos, durante 2016 los ataques informáticos han provocado unas pérdidas a la economía global de 450 mil millones de dólares, lo cual indica que se ha incrementado en un 200% el coste de los daños durante los últimos 5 años, y nada indica que la tendencia vaya a ir a la baja.

La mayor parte de estos daños cuantificables se han producido en empresas, pero esta cifra también incluye a usuarios que durante el pasado 2016 han presenciado absortos cómo su equipo quedaba cifrado mientras los cibercriminales le pedían un rescate para recuperar sus datos.

Contar con un sistema operativo actualizado y navegar con sentido común obviamente ayuda, pero los métodos de infección del malware y ransomware son tan rebuscados y taimados, que contar con una solución de seguridad con sistema antiransomware instalada en tu ordenador se hace casi imprescindible.

El ransomware es una de las amenazas más importantes a las que empresas y particulares deben hacer frente a diario por su especial expansión y virulencia de sus efectos.

Es por eso que se hace especialmente necesario instalar un sistema de protección con arquitecturas multicapa que monitorizan el estado de los equipos y detectar comportamientos en los procesos que hagan posible prevenir infecciones incluso antes de que se inicie la infección.

A pesar de contar con rasgos de comportamiento similares, los expertos en seguridad informática han clasificado al ransomware como una nueva categoría malware con dificultad extrema para detectarlo con los métodos tradicionales, por lo que es necesario implementar nuevas herramientas específicas con las que protegerse contra el ransomware.

Durante los últimos dos años, muchas empresas de software de seguridad han hecho grandes esfuerzos desarrollando sistemas de protección eficaces. Muchos de esos sistemas de protección especializados en la detección del ransomware se lanzaron en forma de herramientas aisladas como medida de urgencia para frenar la avalancha de infecciones por ransomware.

Estas herramientas antiransomware específicas, solo contaban con una sola capa de detección y se instalaban en los ordenadores para complementar la protección que ya ofrecía el antivirus, pero estaba totalmente desconectado de él.

Ahora, con un desarrollo más maduro, estas herramientas antiransomware se han integrado en los sistemas antivirus para optimizar los sistemas de detección multicapa basados en el heurística avanzada, inteligencia conectiva, como ESET Live Grid, y en la monitorización patrones y comportamientos de los equipos para neutralizar las infecciones por ransomware. Algo que no es posible cuando la herramienta antiransomware no cuenta con el apoyo del resto de módulos que forma la aplicación de seguridad.

Algo tan sencillo como instalar un antivirus con función antiransomware en tu ordenador, puede evitarte problemas muy serios que, en el mejor de los casos, pueden causar la pérdida de todos los datos que guardabas en el disco duro de tu ordenador o derivar en un desastre con graves consecuencias económicas para tu empresa.