Julio-Septiembre 2004, Nueva época No. 78-81 Xalapa • Veracruz • México
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José Luis Cuevas recibió de la UV
el grado de doctor Honoris Causa
Edgar Onofre Fernández

Este doctorado es un tónico para la salud, con el que espero llegar a los 100 años, pues los reconocimientos estimulan: Cuevas / En la actitud de Cuevas encontramos un paralelismo con los esfuerzos de la UV por construir un paradigma orientado a la distribución social del conocimiento, la cultura y el arte: Arredondo

La actitud de búsqueda, renovación y cuestionamiento a las formas establecidas, presente en la vida y obra de José Luis Cuevas, debe ser asumida por la universidad contemporánea como elemento crucial para generar conocimiento socialmente útil, dijo el rector Víctor A. Arredondo, al otorgar el doctorado Honoris Causa al imprescindible autor de la plástica mexicana moderna, en una ceremonia realizada el 11 de septiembre.

Ante el gobernador Miguel Alemán Velazco, Arredondo aseguró que el deseo manifiesto de Cuevas de que el arte nacional circule por anchas avenidas que nos

Luego de declararse orgulloso por la distinción otorgada por la Universidad Veracruzana, José Luis Cuevas repasó algunos pasajes que consideró fundamentales en su vida y obra. (Foto: Luis Fernando Fernández)
lleven al resto del mundo y no pequeños caminos vecinales que conecten sólo aldeas, evidencia la necesidad vital de oxigenar tanto las tendencias artísticas como los procesos educativos para un propósito común: difundir los saberes, el arte y la cultura.

En la actitud de Cuevas frente al arte nacional, comentó, encontramos un marcado paralelismo con los esfuerzos que realiza la UV para construir un paradigma universitario alternativo orientado a la distribución social del conocimiento, que también conlleva la cultura y el arte universales, así como la valoración de la identidad propia.

“Sólo con una actitud inconforme, de búsqueda, con imaginación creativa y trabajo podremos alcanzar los altos fines culturales y educativos que nos hemos propuesto”, afirmó Arredondo, quien fue portavoz del reconocimiento que la comunidad universitaria hizo, justamente el día en que se conmemora el LX aniversario de la casa de estudios, a las refinadas cualidades del artista plástico mexicano más importante desde la segunda mitad del siglo XX.

Cuevas, orgulloso por la distinción
Este doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana “es un tónico para la salud, con el que espero llegar a los 100 años, pues los reconocimientos estimulan”, manifestó José Luis Cuevas al aceptar la máxima distinción universitaria, mediante un discurso que se caracterizó por contener frases coloquiales que delataron su fino humor e ironía.

“Mi trayectoria y mis años se han ido rápido, el paso del tiempo entristece porque uno quisiera que la vida se prolongue. He dejado de ser enfant (niño) pero no terrible y he dejado de ser un golden boy (niño de oro)”, comentó, recordando los motes con que fue recibido en París y Nueva York, con que describían al artista provocador, flamígero y consentido de la crítica y el público.

Cuevas reconoció la influencia que el cine mudo tuvo en su obra, durante la época en que se reunía con jóvenes estudiantes de Ciencias y Filosofía en lo que se bautizó como el Seminario Axiológico de la calle de Donceles: “mientras todos se reían viendo a Buster Keaton (el actor y director de cine norteamericano) correteado por cientos de mujeres, a mí me invadía la angustia al ver la situación en que se encontraba”.

Luego de declararse orgulloso por la distinción otorgada por la Universidad Veracruzana, el artista repasó algunos pasajes que consideró fundamentales en su vida y obra, como el vaticinio cumplido de un quiromántico acerca del matrimonio con su actual esposa y sobre su longevidad. Respecto a esta obsesión por una vida larga, dijo: “lo único que pido es llegar a edad avanzada manteniéndome activo en mi trabajo, en mi creatividad y, por qué no decirlo, activo en mi sexualidad”.
Destacan influencia del pintor en el arte mundial

Víctor A. Arredondo recordó que, al lado de un grupo de jóvenes pintores, Cuevas se rebeló y negó a seguir la ruta del arte nacional que el tiempo había desgastado, sustentada en los principios de los grandes muralistas, y promovió –como lo escribió Raquel Tibol– la apertura del arte mexicano a campos diferentes a los del realismo con historicidad simbólico-social y nacionalista. “Los méritos de Cuevas como pintor, escultor, grabador, dibujante y escritor están más allá de cualquier discusión. Reconocemos su importancia, trascendencia y su influencia en las tendencias actuales de la plástica mexicana y éstos son los atributos que le hicieron merecedor de las más alta distinción académica que otorga la máxima casa de estudios de Veracruz”.

Por su parte, la periodista Ángeles González Gamio reconoció que la obra de Cuevas y el desempeño de la Universidad Veracruzana en los últimos años deben presumirse en todo el país. Al leer la semblanza del galardonado, aseguró que Cuevas también se ha convertido en el gran cronista de la Ciudad de México a través de sus artículos publicados bajo el título de Cuevario, donde demuestra una notable percepción de la psicología de las personas que poblaron su mundo en las décadas de los cuarenta y cincuenta.

Luego de recordar las palabras del filósofo Ramón Xirau, para quien Cuevas es “un artista en estado constante de crecimiento”, González Gamio aseguró: “Cuevas se ha enfrentado con arrojo a sus ideas sin importarle el precio a pagar, ha expresado sin temor sus opiniones, así afecten a personajes importantes. La finura de su sentido del humor, matizado por la ironía y agudeza, ha llevado a pensar a quienes no poseen ese talento que es arrogante. Este doctorado es una merecida distinción a su gloriosa trayectoria como artista, pero también a estas otras facetas que han enriquecido la vida cultural de nuestro país”
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