Enero-Marzo 2004, Nueva época No. 73-75 Xalapa • Veracruz • México
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Ciencia y técnica, éticamente
neutrales: Ruy Pérez Tamayo

Dunia Salas Rivera


No tiene sentido hablar de que la ciencia sea buena o mala desde el punto de vista moral, pero sí de las acciones y decisiones que toman los científicos, expuso Ruy Pérez Tamayo, presidente del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos que, por primera vez, después de 50 años de tener como sede a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se decidió realizar en la Universidad Veracruzana.
León Olivé, Ruy Pérez Tamayo y Víctor Manuel Alcaraz, durante la apertura del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos. (Foto: César Pisil).
 

Pérez Tamayo centró la discusión en torno a la ética en la ciencia y a su postura desarrollada en el libro Ciencia, ética y sociedad, donde considera a la ciencia y a la tecnología éticamente neutrales, es decir, no tiene sentido afirmar que la ciencia y la tecnología son buenas o malas.

Para demostrar que ni la ciencia ni la tecnología son indiferentes, en sentido moral, al bien y al mal, León Olivé ejemplificó con un dilema que enfrentó Mario Molina (Premio Nobel de Química 1995 por sus trabajos sobre química de la atmósfera) tras haber realizado su investigación sobre el origen del adelgazamiento de la capa de ozono, de la cual surgió como hipótesis que los clorofluorocarbonos (Cfcs) eran los principales agentes responsables del fenómeno.

A pesar de que Molina tenía bases razonables a partir de sus estudios de laboratorio, no había evidencia contundente para la comunidad científica de aquel momento. De haber sido cierta su hipótesis y si no se hubiera tomado la serie de medidas necesarias, las consecuencias habrían sido dramáticas y se habrían perdido 10 ó 20 años valiosísimos.

Aunque las posturas presentadas son contrarias, convergen en considerar que las decisiones de los científicos están sujetas a juicios morales, ya que ellos son seres humanos y, por lo tanto, son responsables de sus actos. “Un dilema ético se presenta cuando nos enfrentamos a dos cursos de acción, respaldados por normas, valores y principios, pero son incompatibles entre sí”.

El investigador de la UNAM concluyó que para el análisis de la ciencia y la tecnología conviene tomar en cuenta a los agentes que hacen la ciencia –o sea, los científicos–, pero no de manera aislada. “No se debe separar a la ciencia de los científicos, pues la primera es los científicos, sus conocimientos, las instituciones en las cuales se realizan las prácticas y los sistemas de normas y valores episte-mológicos, metodológicos, pero también éticos, bajo los cuales los científicos toman sus decisiones”.

La discusión fue enriquecida con la participación de los integrantes del seminario, entre ellos Víctor Alcaraz, Ambrosio Velasco, Asdrúbal Flores, Arturo Gómez Pompa, Alberto Olvera, Sara Ladrón de Guevara y Eugenio Friscione, quienes abordaron el tema desde distintas perspectivas.