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de la UV del 1 al 5 de marzo, en Xalapa, Pablo Arredondo, de la
Universidad de Guadalajara, destacó la importancia de eventos
cuyo objetivo principal sea reflexionar sobre la prensa, dado que
ésta constituye una fuente de información importante
para el quehacer de investigación, a pesar de que los historiadores
han desdeñado la labor periodística; sin embargo,
han tenido que recurrir a ella para realizar sus trabajos de investigación.
Por ello propuso historiar a la prensa, ya que es muy importante
y tendrá que ser reconocida en el ámbito social.
Miguel Ángel Sánchez de Armas, director de Radio Televisión
de Veracruz (RTV), habló sobre el valor que tiene el trabajo
del periodista, pues constituye un insumo principal para la historia;
al mismo tiempo lamentó el hecho de que no exista una historia
de la televisión ni de la prensa, no obstante el impulso
que éstas han dado a los movimientos que han cambiado al
país.
También invitó a trabajar para diseñar programas
de estudio y líneas de investigación que hagan la
historiografía de los medios.
Usó
la Iglesia católica el poder de periódicos
Después de haber criticado duramente a los medios impresos
de comunicación en Chile, la Iglesia católica de ese
país usó el poder de los periódicos, señaló
Patricio Bernedo, investigador de la Pontificia Universidad Católica
de Chile, quien presentó un documento escrito en los años
sesenta del siglo XIX por los obispos diocesanos, donde se observa
la visión que la Iglesia católica chilena tenía
sobre los efectos de la prensa liberal en la conciencia de los católicos.
En él se plantea una especie de diagnóstico acerca
de los efectos negativos que las malas lecturas provocarían
en los católicos, por lo que se apela a no leer, financiar
ni apoyar los periódicos y otras publicaciones.
Sin embargo, al paso del tiempo, la Iglesia chilena decidió
usar esta nueva arma de la modernidad y entrar de lleno
en una especie de guerra periodística, pues fundó
en 1874 un diario, El estandarte católico, donde se plantea
que los periodistas (sacerdotes de Santiago) serían verdaderos
guerrilleros en defensa de la causa católica.
Variados,
los temas que difundió la prensa del siglo XIX
En el encuentro, donde rindieron homenaje a María del Carmen
Ruiz Castañeda, una de las más sobresalientes expertas
en prensa decimonónica, participaron también Elizabeth
Jaime Espinosa, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, y
Celia del Palacio Montiel, de la Universidad de Guadalajara.
La primera dio cuenta del importante trabajo que realizó
en el ámbito periodístico Hermila Galindo Acosta,
quien editó la revista La mujer moderna, cuyo contenido hacía
referencia al feminismo de la época, al tiempo que apoyaba
el movimiento constitucionalista. En el periodo de la Revolución
Mexicana, dijo, surgieron mujeres que expresaban sus conocimientos
a través de la prensa, y su labor cobró relevancia
a partir de 1915, cuando Venustiano Carranza les brindó más
espacios para que participaran en los movimientos políticos.
Así como Venustiano Carranza promovió la incursión
de las mujeres en la política, también se benefició
con la sapiencia de intelectuales como Salvador Alvarado y Pablo
González, quienes dieron espacio a otras mujeres periodistas
y a las que realizaban actividades de proselitismo mediante la oratoria.
Celia del Palacio explicó los orígenes de la prensa
especializada en Veracruz, la cual surgió durante el siglo
xix debido a que el interés en esa época y en ese
lugar era netamente comercial, por lo que se produjo una serie de
publicaciones elaboradas y dirigidas por y para comerciantes porteños.
Se refirió a de los principios de la prensa de información
general en Veracruz, que nació en 1830 con la creación
de El Faro. Esta publicación abarcaba, entre otras
temáticas, aspectos políticos, información
meteorológica, precios de los productos que arribaban en
los buques y sesiones del Congreso. Más tarde, en 1849, aparecieron
las primeras revistas literarias, seguidas por las infantiles, educativas,
agrarias, espiritistas y las realizadas por abogados.
Adriana Naveda habló de la escasa información que
difundió la prensa del siglo xix sobre la venta de los esclavos;
los datos sobre esclavos introducidos en México sólo
están consignados en los registros de los puertos de donde
zarparon principalmente de Cádiz o Sevilla, pero
no en los del Puerto de Veracruz, que carece de registros navieros.
Ante las pocas referencias, resulta difícil elaborar un estudio
sobre la parte social de este grupo (costumbres, formas de vida,
quehacer cotidiano), de ahí que no existan investigaciones
sistemáticos acerca del tema. No obstante, los historiadores
pueden consultar algunas publicaciones, como la Gaceta de México,
donde existen noticias sobre la situación de los esclavos
que regía en la época colonial.
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