Octubre-Diciembre 2003, Nueva época No. 70-72 Xalapa • Veracruz • México
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Celebran en la uv el Congreso
Internacional de Americanística

Edith Escalón, Alma Espinosa, Ricardo Luna y Gina Sotelo

Con la asistencia de decenas de especialistas en estudios de las culturas americanas, inició el encuentro organizado por el Circolo Amerindiano y la Universidad Veracruzana / En el evento Tullio Sepilli recibió de la UV el doctorado Honoris Causa
Con la presencia de destacados especialistas en las culturas de nuestro continente, la Universidad Veracruzana fue sede, del 21 al 24 de octubre, del XXV Congreso Internacional de Americanística, organizado por el Centro de Estudios en Americanística Circolo Amerindiano, en cuyo marco se hizo entrega del doctorado Honoris Causa a Tullio Seppilli, creador de la antropología médica en Italia y reconocido investigador de los aportes de nuestras cuturas ancestrales.
Por cuestiones de salud, el presidente del Circolo Amerindiano, Romolo Santoni, no asistió al evento, pero envió un texto en el que agradeció al rector Víctor A.
Tullio Sepilli recibe de manos del rector Víctor A. Arredondo el doctorado Honoris Causa de la UV, al inicio de las jornadas del XXV Congreso Internacional de Americanística. (Foto: Luis Fernando Fernández)
Arredondo, al director del Instituto de Investigaciones Histórico-Soiales (IIH-S), Alberto Olvera, y a los demás organizadores el haber hecho posible la reunión en tierras olmecas. Tras agradecer los apoyos recibidos y la entrega del Honoris Causa a Sepilli, Rosa María Grillo, académica de la Universidad de Salerno, comentó que ha sido el primer congreso al que no asiste Romolo Santoni, pero el inicio de los trabajos confirmó la labor que él ha realizado durante varios años para el estudio de las culturas americanas y para reunir a todos los especialistas en el tema.
Pedro Jiménez Lara, del IIH-S de la UV, destacó la participación tanto de Gerardo Bamonte, representante de la Fundación Italiana “Lelio Basso” por los derechos y liberación de los pueblos, como de Galina Ershova, antropóloga rusa que ha trabajado en el desciframiento de la escritura maya, quienes impartieron un curso sobre derechos indígenas y un seminario de iconografía maya, respectivamente.
Cabe destacar que con la visita de Ershova a Xalapa surgió la posibilidad de que el Centro de Estudios Mesoamericanos “Yuri Knorosov” de la Universidad Estatal de Rusia
y la Universidad Veracruzana trabajen conjuntamente en sitios arqueológicos que conservan la riqueza de la cultura olmeca. “Creo que definitivamente vamos a encontrar la forma de elaborar un proyecto que se pueda realizar y con ello hacer algo útil, porque tiene mucha importancia el estudio de esta cultura, incluso para entender la cultura maya”, comentó la antropóloga, quien agregó que ya se dieron los primeros pasos para
La antropóloga rusa Galina Ershova impartió un seminario de iconografía maya. (Foto: Luis Fernando Fernández)
desarrollar el proyecto.

Rescatan códices mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia
El rescate de códices mexicanos mediante el uso de tecnologías de punta y la posibilidad de facilitar su consulta son dos de los objetivos del proyecto “Amoxcalli, un acercamiento infor-mático a los códices mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia”, presentado por Luz María Mohar Be-tancourt, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), durante la mesa redonda “Escrituras amerindias: iconografía, lectura e interpretación”.

Según Mohar Betancourt, este proyecto tiene como finalidad la digitalización del fondo mexicano, un acervo muy importante de documentación tanto de códices como de manuscritos que se encuentran fuera de México y que por vez primera estarán a disposición de los investigadores de nuestro país y el extranjero en discos compactos que contendrán la imagen de los originales y acceder a la investigación que cada uno de los 48 miembros del proyecto está realizando. “Hemos avanzado mucho, tenemos comprados 315 manuscritos y hemos digitalizado la totalidad de los mismos. Tenemos ya vaciada la información de gran parte de éstos y estamos por iniciar su reproducción para ponerla a disposición de los interesados”, resumió la investigadora.

Papel, mensajero entre el hombre y los dioses
Marie Vander Meeren, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dio a conocer un análisis de la iconografía del papel en Mesoamérica, apoyado por las más recientes investigaciones que ha desarrollado el inah. La especialista aseguró que en las civilizaciones mesoamericanas, el papel era como un tipo de mensajero o intermediario que proporcionaba un medio de comunicación entre el ser humano y el mundo de los dioses, y que la permanencia de su uso a través de las diversas culturas nos sugiere una tradición muy antigua relacionada con profundas creencias y prácticas religiosas.

La periodicidad misma de los rituales, explicó, sigue dependiendo de las fases de desarrollo de las plantas, “pero en el mundo vegetal no todas las plantas están dotadas de la misma propiedad, existen elementos fuertes y débiles; esta variabilidad demuestra el grado energético de las plantas”.

Según sus investigaciones, la corteza cumple con la función de transportar la savia, “el líquido vital”, a todo el árbol, y actúa como una zona de concentración máxima de energía dotada de propiedades casi mágicas. Por consiguiente, el papel manufacturado con la corteza se convierte en el soporte de esta fuerza vital.

Apoyó mapa náhuatl legitimación territorial en Zongolica
Durante el congreso, también fue presentado el mapa de Tequila-Zongolica, un manuscrito que contiene topónimos y glosas de un enorme valor histórico y geográfico y cuyo origen se remonta al siglo XVI. Rubén Morante, director del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), señaló que el manuscrito fue celosamente guardado en la sierra durante casi dos siglos y que aún se desconoce la manera en que llegó a las manos de su actual poseedor, quien mantiene total hermetismo al respecto.

El mapa muestra dos temas, principalmente conectados con la historia y la geografía de la región, que se relacionan a tal grado que parece difícil separarlos; no obstante, Morante habló sólo de la parte geográfica, aunque ambas han sido estudiadas por él y su equipo de investigación.

Comentó que el mapa “presenta elementos que nos ayudan a suponer que el copista fue bastante fiel al documento original”, pues los materiales, las fechas en el calendario náhuatl y cristiano, los nombres y vestimentas de los personajes ahí representados, al igual que la técnica de registro de topónimos y datos históricos ayudan a llegar a esta conclusión. Sin embargo, entre copia y copia se ha ido transformando ligeramente el estilo, tanto en la pintura como en la caligrafía, de manera que los dibujos aparecen fuertemente mestizados.

El director del MAX dijo que el mapa probablemente fue pintado con el fin de mantener la unidad que a lo largo de muchos siglos ha permanecido en esta región, gracias al lenguaje, territorio y tradición comunes, además del prestigio y el poder que la caracterizan.

Escritura indígena del altiplano central mexicano
Laura Elena Sotelo Santos, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, habló sobre escritura indígena en códices de ese estado del país y puso ejemplos de la manera en que los tlacuilos (encargados de hacer códices) del siglo XVI adaptaron el tlacuilloli o los glifos a la nueva realidad. Mostró cómo este sistema se empleó de manera generalizada por nahuas y otomíes en diversas regiones del altiplano central, específicamente en una zona que corresponde con aquella conocida como la Teotlalpan, que comprende prácticamente el actual estado de Hidalgo.

Los códices de Hidalgo, dijo Sotelo, evidencian una poderosa tradición escrituraria, cuyas características y convenciones eran bien conocidas por los escribas indígenas que, de una manera admirable, adaptaron esto a la nueva realidad: así crearon otros signos para referirse a diferentes manifestaciones. El número de glifos empleados antes de la llegada de los españoles no está cabalmente identificado, pero se sabe que superan los mil signos que los nahuas llamaban tlacuilloli.

A partir del momento del contacto con la otra cultura, indicó, hubo necesidad de trasladar la información de una lengua a otra y de un sistema a otro, por lo que, en el altiplano central mexicano, se hizo frecuente anotar en caracteres latinos la información contenida en glifos. “A partir de 1521 trabajaron de manera conjunta el tlacuilo y el escriba, y es entonces cuando surgen los manuscritos que hoy llamamos códices mixtos, en los que se conjugan, no siempre de manera equilibrada, ambos sistemas”.