Octubre-Diciembre 2003, Nueva época No. 70-72 Xalapa • Veracruz • México
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La conservación del bosque de niebla debe sustentarse en investigación científica
Edith Escalón

El 10 por ciento de las especies de orquídeas que crecen en México está en el bosque mesófilo de montaña, mejor conocido como bosque de niebla; de ahí que conservar los pocos manchones de este ecosistema sea fundamental para la sobrevivencia de muchas especies, aseguró Rebeca Menchaca, investigadora de la UV, durante el foro Jade y Neblina, diálogos en torno a nuestro patrimonio natural, organizado por egresadas de la Facultad de Biología.

La académica, responsable del proyecto de propagación de orquídeas en la Facultad de Ciencias Agrícolas, señaló que un proyecto como el que propone el gobierno para llevar a cabo un libramiento carretero que atraviese este ecosistema pondría en grave peligro la sobrevivencia de muchas especies endémicas. “Toda actividad que impacte sobre el Bosque de Niebla, aunque sea sólo una franja, es una barrera que incomunica el paso de especies, sobre todo en esta zona donde los mantos acuícolas que descienden del Cofre de Perote son tan importantes como vulnerables”.

Menchaca se refirió a la importancia que poseen las orquídeas no sólo como plantas ornamentales sino como elementos de enorme valor biológico. Las orquídeas son parte de una cadena importante de reproducción. Además de que sirven para dar néctar, casa y aroma a insectos polinizadores, algunas de ellas son comestibles, sirven para elaborar aglutinantes para guitarras, tienen valor médico inestimable o actúan como narcotizantes.

Además de vivir en un ecosistema amenazado y vulnerable, las orquídeas deben enfrentar el problema de la comercialización, pues el tráfico ilegal ha provocado un verdadero saqueo que representa la pérdida de millones de plantas al año: “tan sólo en México, cada año se venden ilegalmente de nueve a 12 millones”.

Por esa razón, se ha tratado de desarrollar Unidades de Manejo Ambiental (UMA) que permitan certificar que las orquídeas que se ponen a la venta se están reproduciendo. Sin embargo, los largos y costosos trámites para establecer estas unidades han frenado la legalización de esta actividad. “Actualmente sólo existe una UMA registrada en la zona, El patio de la orquídea en Coatepec, y toda la venta que no sea de ahí es ilegal; hay un decreto presidencial que prohíbe la comercialización de las 200 especies que según la nom 059-ECOL-2001 están en alguna categoría de riesgo y que comúnmente encontramos en mercados sobre ruedas o expendios informales”.

Hay muchos otros interesados en propagar orquídeas que no han conseguido los permisos correspondientes, a pesar de ser ciudadanos conscientes de la importancia de la conservación de estas especies. Por ello, exhortó a las autoridades responsables a promover una verdadera cultura de la propagación y venta legal de orquídeas, “porque a veces, con tantas trabas, parece más un freno, y no un impulso a la legalidad”.

Por su parte, Rafael Sánchez Velázquez, investigador del Instituto de Genética Forestal de la UV, habló de los incendios forestales y sus beneficios. Manifestó que si bien es cierto que el fuego no controlado puede causar estragos en el bosque, también es cierto que es un factor determinante para su regeneración si se utiliza de manera controlada. Existen ecosistemas que dependen del fuego y muestran cierta adaptación, como las coníferas que existen en el mundo gracias a los incendios. “El problema no es en realidad el fuego y sus efectos, sino la frecuencia con la que ocurren los incendios en la mayor parte de los bosques, incluyendo el mesófilo de montaña”.

En algunas zonas serranas, explicó, hemos realizado estudios con bosques de pino donde los incendios, que ocurren cada 12 o 16 años, han resultado benéficos; sin embargo, en los bosques veracruzanos los siniestros ocurren cada año, por lo que no existe tiempo para la regeneración.

Rosa Amelia Pedraza Pérez, del mismo centro de investigación, dijo que aunque México cuenta con un enorme potencial forestal no existe investigación suficiente que nos ayude a aprovecharlo. Aseguró que, pese a que en nuestro país crecen 69 especies de pinos que significan el 39 por ciento de las que existen en el mundo, sólo se conoce el ciclo biológico y las características de manejo de siete, lo que afecta directamente la restauración ecológica del bosque. La estrategia de conservación de un ecosistema tan vulnerable como el bosque de niebla debe estar sustentada en la investigación científica.

Señaló que la restauración implica buscar mecanismos para acelerar el proceso de regeneración natural de un ecosistema, que es indispensable en sitios tan vulnerables como éste, los cuales no sólo son importantes por su potencial económico y por los servicios que prestan, sino también para obtener germoplasma para la investigación científica. Para comprender la vulnerabilidad de este hábitat basta saber que cerca de la región de Xalapa (que está en la zona de concentración de bosque de niebla más abundante y continua del país) existen sólo 10 remanentes, ninguno de los cuales mide más de dos hectáreas. Esta será una labor titánica, pues el potencial es enorme. De hecho, de las 2 500 especies de árboles de importancia forestal de México, 450 están en el bosque de niebla.

El foro Jade y Neblina, realizado a finales de octubre, fue organizado por Alejandra Sepúlveda y Paola Rodríguez y contó con la participación de especialistas de la UV, del Instituto de Ecología y de pobladores de comunidades como Chiltoyac, La Orduña y El Grande (municipio de Coatepec), Otilpan, Cañada Larga, Potrero del Bordo, San Antonio Hidalgo y Mesa Chica (municipio de San Andrés Tlalnehuayocan).