Octubre-Diciembre 2003, Nueva época No. 70-72 Xalapa • Veracruz • México
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Se reúnen para evaluar áreas naturales protegidas
Propone UV integrar red de protección a la biodiversidad del sureste mexicano

Edith Escalón, Alma Espinosa, Ricardo Luna y Gina Sotelo

Se calcula en 20 por ciento anual la pérdida de la biodiversidad en las áreas naturales protegidas. / En el encuentro participaron universidades, organizaciones civiles, centros de investigación y dependencias gubernamentales / Arturo Gómez Pompa dio a conocer un anteproyecto para mejorar las actividades conservacionistas de la biodiversidad /
Dentro de los esfuerzos para la conservación y desarrollo sustentable del patrimonio natural del país, es importante buscar una consolidación de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), a través de una valoración que considere aspectos administrativos, científicos, biológicos, ecológicos y sociales. En ese propósito, el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana llevó a cabo la reunión Hacia una evaluación de las Áreas Naturales Protegidas del Trópico, del 3 al 5 de diciembre, en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información.
El foro, que atrajo la atención de especialistas nacionales y extranjeros, tuvo como objetivo establecer una metodología de evaluación para las ANP de esta región, que permita coordinar los esfuerzos tanto de los gobiernos como de los diferentes
sectores de la sociedad. Durante su desarrollo, representantes de instituciones educativas, gubernamentales y civiles debatieron sobre diversos sistemas de evaluación, la situación de las ANP federales y estatales, así como las nuevas tendencias hacia la conservación de este tipo de áreas.
El encuentro, transmitido mediante el sistema de videoconferencias a distintas instituciones de la región Sur-Sureste, permitió reunir las experiencias
Ernesto Enkerlin, presidente de la Conanp, reconoció que se ha logrado avanzar en la protección del ecosistema. (Foto: Luis Fernando Fernández)
de aquellos sectores que participan en la gestión y el manejo de áreas protegidas, tanto en México como en el extranjero, y exponer –desde perspectivas políticas, sociales, económicas y académicas– la manera en que dichas zonas funcionan realmente como medios eficientes para la conservación de ecosistemas y especies, los problemas que impiden la correcta gestión de esos espacios y las posibles medidas que pueden tomarse para solucionarlos.
Anualmente se pierde 20 por ciento de la biodiversidad en ANP
Aunque la protección de áreas naturales ha reducido considerablemente la merma de recursos biológicos, anualmente se pierde 20 por ciento de la biodiversidad por el saqueo y la deforestación, aun en las áreas protegidas legalmente. Ernesto Enkerlin, presidente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), aseguró que si bien no es posible justificar la pérdida de ese 20 por ciento, sí hay que reconocer que se han logrado avances importantes en la protección de los ecosistemas.
Afirmó que la Conanp ha sido de gran apoyo en esta labor, pues a su cargo tiene la custodia de 72 ANP y 31 áreas que están en proceso de transferencia a gobiernos o a organizaciones civiles, además de 17 santuarios para desove de tortugas que están manejados por diferentes instancias. En total, las áreas atendidas son aproximadamente 120, y hay 30 que no tienen ninguna atención, la mayoría por ser áreas pequeñas o de reciente creación, “pero hay otras más importantes que podrían ser atendidas –como es el caso del Cofre de Perote–, por lo que ya estamos negociando más recursos”.
Para Víctor Toledo Manzur, de la unam, debe haber una conservación que produzca y una producción que conserve. (Foto: Luis Fernando Fernández)

Respecto a las afectaciones que sufren las ANP comentó que existen diferentes problemas, como complicaciones por asentamientos irregulares para desarrollos urbanos, tala clandestina y deforestación. No obstante, señaló que la tasa de restauración ha mejorado mucho. Según sus cifras, se reforestan 250 000 hectáreas por año mientras que la tasa real de pérdida es de menos de 200 000 hectáreas.

Encabeza Gómez Pompa nueva propuesta de conservación
Con una larga trayectoria en labores de investigación y ejecución de proyectos nacionales de conservación, Arturo Gómez Pompa, investigador de la Universidad de California Riverside y la UV, dijo que es necesario trabajar con los ejidatarios y con los propietarios para desarrollar unidades experimentales (llamadas mosaicos) de alto valor de diversidad biológica-ecológica, que incluyen zonas maduras, huertos, acahuales, agroforestales y agrícolas tradicionales, lo que requiere del trabajo de muchas personas, universidades, centros de investigación, asociaciones sociales y distintas instancias gubernamentales.

El científico mexicano dio a conocer un anteproyecto para mejorar las actividades conservacionistas de la biodiversidad en todos sus ámbitos, y en el que se consigna la necesidad de realizar un monitoreo con el fin de conocer los procesos de conservación. Llevar a cabo tal proyecto, dijo, requiere del esfuerzo de las universidades Veracruzana, Autónoma de Yucatán y de California Riverside, así como del Instituto de Ecología.

Hasta el momento ya se tiene lista la hipótesis del trabajo, cuya metodología está en proceso: “si integramos áreas sometidas a un manejo agropecuario forestal tradicional, a un plan regional de bioconservación, podremos aumentar notablemente el número de especies protegidas”, explicó Gómez Pompa. Según el científico, quien confió en que próximamente se puedan dar datos precisos de los avances del proyecto, se tiene la idea de “crear una nueva alternativa para ver cómo le entramos a la conservación de la biodiversidad en las zonas no protegidas”.

Para comprobar la hipótesis planteada, se pretende desarrollar una serie de procedimientos con la intención de monitorear la biodi-versidad y evaluar la efectividad de este nuevo enfoque. Para ello, es necesario retomar la idea de mosaicos ecológicos, los cuales deben ser el objetivo de la conservación.

Conservación que produzca y producción que conserve
Víctor Toledo Manzur, académico de la UNAM, presentó la propuesta de crear un modelo mexicano de conservación, que incorpore nuestra cultura, geografía, economía y costumbres a la protección de la biodiversidad. En dicha propuesta se destaca la urgencia de promover un cambio en la visión y el concepto mismo de conservación, una nueva concepción basada en la conjunción de aspectos como desarrollo, producción, economía y sociedad.

Añadió que es primordial hacer “una conservación que produzca y una producción que conserve”, lo cual implica abrir la estrecha visión de la conservación. Comentó que el proyecto presentado por Arturo Gómez Pompa implica comenzar a valorar todos los esfuerzos que se hacen por conservar la biodiversidad fuera de las anp y establecer una forma de pago por servicios ambientales. “Necesitamos que la sociedad pague a quienes cuidan las pequeñas (o grandes) áreas de bosques, las selvas, los cuerpos de agua, el aire… porque quienes vivimos en las ciudades, también usamos esos recursos naturales”.

Aunque reconoció que ya existen esfuerzos para promover el pago por servicios ambientales, señaló que todo es un proceso. Hay ya un avance importante en este sentido. Por ejemplo, ya existen por lo menos 14 millones de hectáreas conservadas bajo el modelo de ANP y se han creado organismos como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza.

Todos somos culpables de la devastación en ANP
Aunque tradicionalmente se ha culpado a los habitantes de las comunidades que viven dentro o cerca de las ANP de la devastación que ha sufrido la biodiversidad, no son ellos los únicos responsables, puesto que la tala, la ganadería, la contaminación y el deterioro de fuentes de agua son producto de la presión que ejerce la población urbana para conseguir satisfactores, señaló Miguel Ángel Vázquez, investigador de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur)

La cadena de comercialización siempre termina en las grandes ciudades y el beneficio siempre es para la sociedad consumista. De hecho, nuestra sociedad (y sus formas de consumo) es la que impide la sustentabilidad, la que disfruta los beneficios de la naturaleza, pero al mismo tiempo condena las prácticas que se realizan para proporcionárselos.

En México, hubo presencia humana durante siglos aun en esas áreas naturales tan preciadas actualmente, “la diferencia es que esas civilizaciones (como la maya) sí podían convivir pacíficamente con la naturaleza”. También hubo en otros lugares del mundo culturas que tuvieron una relación con la naturaleza muy diferente a la que tenemos nosotros. Miguel Ángel Vázquez propuso impulsar una educación que permita modificar los patrones de consumo y aprender de aquellas culturas y pueblos indígenas que cuestionan el modelo predominante de desarrollo y respetan los recursos naturales.

Corredor biológico, alternativa para mitigar la destrucción
Con la instauración del Corredor Biológico Meosoamericano se pretende reducir la destrucción de los recursos de bosques y selvas y mantener la conexión entre áreas protegidas, dijo Gustavo Ramírez Santiago, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y añadió que el corredor enfrenta retos muy difíciles porque es visible que los corredores están más amenazados que hace 20 años y que se están transformando a grandes pasos, lo que pone en riesgo la conexión entre áreas protegidas que están presentes en esos lugares.

Explicó que la labor principal es encontrar la manera de involucrar a los actores locales –sobre todo comunidades, ejidos y organizaciones– para que puedan encontrar buenas alternativas encaminadas a usar y conservar sus recursos. Para ello, se requieren iniciativas de conservación, considerando no sólo los aspectos biológicos, sino también los económicos y sociales.

La conservación de las anp, tarea de todos
Mario Vázquez Torres, investigador de la UV, habló acerca del papel que las universidades deben desempeñar para revertir y apoyar en las tareas de preservación y estudio de las Áreas Naturales Protegidas del estado de Veracruz. Dijo que en la UV existe un gran potencial para llevar a cabo esta labor. Con más de 100 carreras universitarias, 5 700 académicos y una matrícula de más de 40 000 estudiantes en las cinco regiones del estado, la uv es la mejor fuente de influencia universitaria para el conservacionismo.

La UV está realizando estudios en 25 zonas naturales del estado, donde participan distintas instancias universitarias que tienen interacción directa y que representan laboratorios vivientes para la profesionalización de los estudiantes y académicos. En total, más de 500 000 hectáreas de áreas naturales del estado están siendo estudiadas por académicos y estudiantes, de ahí que la participación de la UV represente un catalizador del patrimonio del estado.

Renee González Montagut, del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), explicó el proceso que se llevó a cabo para diseñar y conformar el FMCN, cuyo origen se encuentra en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992), reunión durante la cual el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund) expuso la necesidad de establecer en México una organización permanente y autónoma que garantizara el financiamiento para proyectos de conservación.

Yetlaneci Aguilar Domínguez dio cuenta de la falta de esfuerzos encaminados a conservar y restaurar el patrimonio natural, de la necesidad de conjuntar la labor de los gobiernos, la sociedad civil, las instituciones educativas y el sector privado para cuidar y recuperar la biodiversidad, de los problemas que existen para crear y administrar las ANP y de los agentes que provocan su deterioro.

Rodolfo Dirzo Minjarrez, investigador de la UNAM, resaltó el panorama incierto en que están inmersas las ANP, los factores que deterioran los ecosistemas –como la deforestación, la fragmentación, la contaminación, el calentamiento de la tierra, etcétera–, las consecuencias del desequilibrio ecológico y las acciones que deberán emprenderse para evitar que el problema se extienda.

Necesario, el trabajo coordinado para desarrollar un nuevo conocimiento de las áreas naturales
Luego de la reunión que congregó en Xalapa a instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y representantes de diferentes instancias de gobierno, Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico-Agropecuaria de la UV y organizador del encuentro, planteó la posibilidad de integrar en el mediano plazo una red regional de protección al patrimonio natural del sureste mexicano.

Dijo que un trabajo coordinado entre instituciones educativas, de investigación, organizaciones civiles y gubernamentales permitirá desarrollar un nuevo conocimiento de las ANP la biodiversidad y el patrimonio natural del territorio, y destacó la coincidencia que los estados del sur-sureste presentan en cuanto a los procesos de desarrollo socioeconómico, pues tener contextos más o menos similares posibilitará plantear estrategias que puedan ser replicadas en cualquiera de los estados que integran la región.

En cuanto al objetivo de contribuir a la definición de una estrategia nacional para la evaluación de las ANP, Rodríguez Luna destacó el seguimiento que dieron al encuentro representantes de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable, quienes han asumido la responsabilidad de determinar el estado en que se encuentran dichas áreas. “Por eso este ejercicio de análisis regional es pionero, es la avanzada para una revisión de carácter nacional”.

Aunque sigue en proceso la revisión de las propuestas de análisis de las ANP que fueron presentadas durante la reunión, el investigador aseguró que los resultados serán positivos, pues el método que surja al final será una evaluación participativa que se definirá a partir de la confrontación de visiones particulares y de expectativas regionales alrededor de las áreas protegidas.

De hecho, indicó, ya existe una propuesta que se ha venido gestando en el seno de la Comisión Técnica de ANP, corredores biológicos y biodiversidad, dentro del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable, pero como ha sido sometida a revisión se han encontrado otras propuestas que podrían ser mucho más apropiadas. “Conjuntar todas las experiencias, visiones y capacidades individuales e institucio-nales nos permitirá asumir una nueva responsabilidad frente a las áreas protegidas, reconociéndolas como el medio más importante para conservar nuestro patrimonio natural”, concluyó.