La hipnosis no es un espectáculo,
ni un estado de inconciencia, ni un método para extraer verdades;
es más bien un estado de concentración enfocada, con
cuyo auxilio es posible tratar fobias, temores y enfermedades psicosomáticas,
entre otros padecimientos. Armando Manuel Scharovsky, psicólogo
argentino, explica los antecedentes y la aplicación de la
hipnosis clínica, al tiempo que habla acerca de la terapia
de vidas pasadas, así como de la regresión y la reparación
hipnóticas.
Alrededor de
la hipnosis se han tejido multitud de fantasías y leyendas.
Todos hemos visto esos espectáculos en los que algunas
personas son puestas en ridículo, forzadas a realizar pruebas
vergonzosas y despertadas bruscamente en estado de confusión.
Eso no es hipnosis. Eso es solamente un fenómeno hipnótico
posible de inducir, a partir de trucos y artilugios, a un pequeño
porcentaje de personas.
Lamentablemente esas exhibiciones han hecho mucho daño
a la difusión, el uso y la aceptación de los recursos
que la hipnosis pone al alcance de los profesionales habilitados.
Por ello, hay que destacar que este procedimiento tiene una aplicación
realmente más brillante y práctica: la vertiente
clínica. Es, pues, la hipnosis clínica la encargada
de mejorar y curar las enfermedades de las personas, ya sean psicógenas
o psicosomáticas; incluso, se le utiliza para la extracción
de piezas dentales.
Con la ayuda de este método el cual debido a su enorme
potencial tiene que ser practicado por una persona que posea tanto
los conocimientos suficientes como las técnicas adecuadas
para su efectividad y que tenga la ética suficiente para
no someter al paciente a ninguna experiencia que en su estado
de vigilia no permitiría se trata todo tipo de trastornos,
como fobias, miedos, traumas, depresión, angustia, nerviosismo,
estrés y timidez, entre otros. En el caso de las adicciones
ha sido utilizada como una terapia exitosa.
A través de la hipnosis también es posible hacer
que una persona regrese en el tiempo para que reviva o recuerde
hechos de su pasado y puedan ser tratados. A este proceso se le
denomina terapia de vidas pasadas con hipnosis, recurso desarrollado
en la última década. Debido a los efectos de esta
terapia ha vuelto la polémica de la existencia del fenómeno
de la reencarnación.
Para hablar al respecto entrevistamos al psicólogo Armando
Manuel Scharovsky. De nacionalidad argentina, el psicoterapeuta
que se apoya en la hipnosis; ha impartido cursos en nuestra ciudad
para la enseñanza de la utilización de la hipnosis,
también ha visitado a la comunidad de la Facultad de Psicología
de la uv para compartir sus experiencias.
Las
sesiones de hipnosis que se realizan ante una gran audiencia y
se presentan a través de la televisión, ¿afectan
el concepto y el objetivo que tiene la hipnosis?
Lo primero que debemos aclarar es lo que la hipnosis no es. Ésta
no es eso que nos han mostrado en los medios. Y quizá una
de las cosas más difíciles que tenemos que manejar
los profesionales que la aplicamos es romper esa imagen creada
por los espectáculos públicos. La hipnosis es presentada
generalmente como un estado de inconciencia y sumisión,
donde una persona generalmente con un traje muy brillante y una
voz altisonante somete a otras personas debiluchas y las obliga
a hacer cosas ridículas y a confesar lo inconfesable.
Nada es así.
La hipnosis que se ve en los teatros y en la televisión
es un espectáculo y por ende tiene las reglas de cualquier
espectáculo. Para ello, utilizan algunos fenómenos
hipnóticos y algunos trucos que hacen ver a las personas
muy diferentes; sin embargo, nada de eso tiene que ver con la
hipnosis, especialmente con la que utilizamos los psicólogos
o que utilizan nuestros colegas los dentistas para extraer dientes.
Entonces,
¿qué es la hipnosis realmente?
Más que un estado de inconciencia, la hipnosis es un estado
de hiperconciencia, de conciencia expandida pero focalizada en
un punto. En sí, la hipnosis es un estado de disociación.
Los estados de disociación existen en forma natural; por
ejemplo, cuando estás absorta leyendo algo y no escuchas
lo que sucede a tu alrededor significa que estás disociada.
Otro caso es cuando estás conduciendo un carro muy preocupada
por algo que te sucede y de pronto te preguntas: ¿cómo
llegué hasta acá? Lo que pasa es que muchas veces
el estado de disociación hace que una parte conduzca y
la otra se preocupe por los problemas.
Cuando estás en un cine y lloras porque la protagonista
se muere, hay una parte de tu cerebro que sabe que estás
sentada en una butaca, que has pagado una localidad, que ahí
solamente hay luces y sombras y que no se está muriendo
nadie porque son actores y actrices interpretando un parlamento.
Pero otra parte de tu cerebro está metido en la historia
y estás llorando porque la protagonista se muere. Esos
son estados de disociación naturales.
¿Cómo
se utiliza la disociación en la hipnosis?
En el caso de la hipnosis lo que nosotros disociamos es la mente
del cuerpo. Colocamos el cuerpo en un estado muy relajado, cómodo,
tranquilo y hacemos que la mente se desentienda de él.
Es justo aquí cuando la mente gana recursos porque no está
inconsciente, casi podría decirte que está más
que conciente, pues se escuchan ruidos más lejanos, se
perciben más cosas de lo normal.
Esos recursos que se ganan están todos focalizados en la
dirección indicada por la persona que guía el proceso.
Por ejemplo, cuando ponemos una lente para leer un documento bajo
los rayos solares no sucede nada extraordinario, pero cuando concentramos
en un punto focal los rayos solares el papel puede arder. Es así
como se ganan recursos que son utilizados en el trabajo psicológico.
¿De
qué forma se utiliza la hipnosis para aliviar diversos
padecimientos, como miedos, fobias, angustias, enfermedades psicosomáticas?
Ésta es precisamente la hipnosis clínica. En la
psicología hay formas de pensar y de tratar que nos permiten
tanto curar las fobias y las crisis de pánico como rápidamente
acceder y hacer desaparecer enfermedades sintomáticas.
Esto no es magia, yo no quiero aparecer como un señor que
viene a vender un jarabe cúralo-todo, esto es trabajo.
Hay una cosa que siempre digo: la hipnosis no es un qué,
sino un cómo. La hipnosis es una forma de la comunicación.
A veces hay gente que dice: yo ya probé con la hipnosis
y no me hizo nada. Y es como si dijera yo ya probé
con una inyección y no me hizo nada, porque una inyección
es un sistema para hacer entrar líquidos dentro de un organismo,
así como hay diferentes técnicas de aplicación
también se han creado diversos componentes. La cura depende
de la técnica y del medicamento que se haya inyectado.
Con la hipnosis es lo mismo, es una forma de comunicarse con la
gente. Es una manera de estar más en contacto con el inconsciente
del paciente, de disminuir las represiones y dar paso a que se
reconfigure la relación entre la parte consciente y la
no consciente. En esta comunicación suceden varias cosas.
Supongamos que estoy dictando una conferencia ante un grupo de
estudiantes. Como sabes, tenemos dos hemisferios cerebrales que
funcionan al unísono, pero de manera distinta. Pues bien,
como mis oyentes están en vigilia, la parte fundamental
de la información recibida digamos un 80 por ciento
la tramitan a través del hemisferio cerebral izquierdo,
que es el encargado de verificar todo lo que yo digo y de analizar
si suena o no lógico. Los datos restantes es decir
el 20 por ciento los están tramitando con el hemisferio
derecho, que es el intuitivo, y pueden decir: no me convenció.
Después pueden comenzar a pensar: no me convenció
porque titubeaba o me pareció que exageraba.
Lo fundamental es la parte intuitiva, el hemisferio derecho es
el holístico, es donde más se manifiesta el inconsciente.
Si estos mismos alumnos estuvieran hipnotizados, probablemente
estarían invertidas las relaciones y un 80 por ciento manejaría
la información a través del hemisferio derecho y
el restante por medio del izquierdo. Si yo les dijera que no pueden
levantar su mano derecha todos podrían hacerlo, pero si
estuvieran bajo hipnosis lo podrían hacer pero con dificultad.
Esto se debe fundamentalmente porque creerían lo que les
digo.
Aquí
surge un tema que se relaciona mucho con la hipnosis, la sugestión.
Si ambos temas se entrelazan, ¿cómo lo hacen?
Hay una vieja discusión sobre cuál es la diferencia
entre sugestión e hipnosis. Toma a la sugestión
y a la hipnosis como variantes del mismo tema. En realidad la
hipnosis es un fenómeno que se logra a partir de sugestiones
y que tiene como objetivo aumentar la sugestión.
Piensa en lo que conoces como realidad virtual, concepto que por
cierto se ha popularizado. Si tienes un problema de realidad virtual
lo solucionas en esa realidad, como se hace en los juegos de computadora
y no rompiendo el monitor.
Piénsalo entonces en términos de la gente que tiene
fobia o de aquella que siente que está falleciendo. Si
las personas se están muriendo porque tienen un problema
cardiaco, probablemente con un remedio o tónico cardiaco
van a conseguir detener el episodio, pero si creen que se están
muriendo sólo van a detener el episodio cuando crean que
se están sanando.
Es ahí cuando decimos que son muy importantes los recursos
que aporta la hipnosis, porque prácticamente todo lo que
nos sucede es en el mundo interior y la única realidad,
decía Freud, es la realidad interior. Así lo es
para la mente y si nosotros encontramos un truco para filtrarnos
dentro de esa realidad y modificar cosas para que el paciente
que creía estar enfermo crea estar sano, vamos a tener
éxito.
Esas son las causas de que tengan mucha demanda los curanderos.
A ellos llegan personas que creen estar enfermas y él les
hace una serie de pases mágicos y de brujería que
corresponden con el imaginario de los propios pacientes. De tal
manera que si se hacen movimientos con las manos y se pasan hierbas
por su cuerpo el paciente se creerá sano. Con esto quiero
decir que se deberá encontrar una coincidencia con el imaginario
del paciente. Basado en este fenómeno, yo siempre les comento
que no se preocupen tanto si las cosas son como
son o son como nosotros creemos que son.
En
las sesiones de hipnosis clínica se utilizan diversas técnicas
y una de éstas es la regresión. ¿Cuál
es la diferencia entre este fenómeno y el simple acto de
recordar?
La memoria es una cosa fría. Cuando nosotros recordamos
es como el titular de un periódico, es una simple enunciación
de hechos.
En este caso decimos: yo recuerdo qué mal la pasé
cuando estuve enfermo de apendicitis porque temí morirme,
pero lo dicen fríamente. ¿Y dónde está
la emoción? Esto se debe a que nuestra memoria nos entrega
los enunciados sin las emociones.
Cuando uno está en regresión lo que aparece es el
recuerdo con la emoción asociada. Entonces uno dice: ¡Tengo
miedo, tengo miedo porque me voy a morir!. Esto se presenta
en casos como el de un señor de 45 años que está
en terapia y que durante la sesión se convierte en un niño
de siete años que está molesto porque su hermano
mayor lo tira. Es justo en ese momento en el que aparece una cosa
casi milagrosa. Al regresar a la edad de siete años el
señor nos permite hacer algo maravilloso llamado reparación.
Digo esto porque mágicamente nos hemos trasladado en el
tiempo y tenemos delante nuestro al niño de siete años
que vive dentro de ese señor de 45 y al cual le quedó
un tema sin resolver.
A través de la capacidad de regresar en el tiempo se recuperan
vívidamente los recuerdos de los registros neuronales,
aun aquellos olvidados o reprimidos. Este rescate del pasado se
alcanza junto con las emociones originales y sirve muchas veces
para la solución de síntomas, inhibiciones y otros
conflictos. Esto es la reparación hipnótica.
¿A
través de estas regresiones es posible viajar en el tiempo
más allá de lo vivido por el paciente, de encontrar
evidencias de reencarnación?
El concepto de regresión a vidas pasadas es una ampliación
del concepto de regresión a la niñez. Yo no sé
si tú crees en la reencarnación, pero yo sí
creo aunque quiero destacar que no soy reencarnacionista. Creo
que si hay reencarnación vamos a reencarnar todos, los
que creemos y los que no. Y si no hay tal pues no va a reencarnar
nadie.
El fenómeno de la reencarnación la observamos en
la hipnosis cuando uno le dice al paciente que vuelva al lugar
donde sus síntomas tuvieron origen y el paciente comienza
a contar cosas de la antigua Grecia. ¿Y qué hacemos
con eso? Lo trabajamos como si fuera cierto, pero no es necesario
que así sea.
Para que la terapia de vidas pasadas con hipnosis y el trabajo
de esos recuerdos le sea útil al paciente, no es imprescindible
que el paciente crea en la reencarnación.
¿Y si no fuera un recuerdo qué podría ser?
Podría tratarse de una formación simbólica
del inconsciente a la manera de los sueños y tú
sabes que eso sí se puede trabajar. O sea que ese es un
recurso terapéutico valioso.
¿Es
correcto decir que la hipnosis es el suero de la verdad y que
esta técnica ayuda a demostrar la existencia de la reencarnación?
Con respecto a la hipnosis me resta aclarar que no es el suero
de la verdad y que si lo fuera toda la policía del mundo
contrataría hipnotizadores para que interroguen a los sospechosos.
Y si el sospechoso dice: yo no hice nada lo dejarían
ir y no lo molestarían más. Eso no es así.
La hipnosis, las regresiones a la infancia, las reparaciones de
traumas de la niñez y las regresiones a vidas anteriores
sirven para la solución de traumas a partir de los recuerdos.
Debo hacer una aclaración: no soy gurú, ni bajé
del Monte Sinaí, ni tengo ningún mensaje especial
en nombre de Dios. Yo no creo en esa especie de explicación
kármica de todos los males de la vida. Por cierto, la teoría
de que nos va mal porque tenemos una deuda kármica que
estamos pagando en realidad proviene de la India.
La India es un país donde la gente muere de hambre en las
calles y donde, a diferencia de México y Argentina, las
clases sociales son herméticas. En México o en mi
país si un señor nace de un hogar obrero bien puede
ser el presidente de la República, diputado o puede ganarse
la grande y convertirse en millonario. En cambio, si en la India
una persona nace en una casta pobre sus hijos, nietos y toda su
descendencia nunca van a poder salir de esa casta.
Que un hombre rico le diga a uno pobre que a este último
le va mal en la vida por las acciones negativas que realizó
en su vida anterior es políticamente conveniente. De igual
forma, que alguien le diga al hombre pobre que el rico que se
aprovecha de su miseria la va a pagar muy caro en una vida futura,
es políticamente conveniente. Estos actos sirven para no
quejarse, para aguantar todo lo que se vive y lo que se padece.
Yo creo distinto, creo que nosotros encarnamos para aprender lecciones,
y reencarnamos en lo que rechazamos, pero no como castigo sino
como una forma de permitirle a mi alma aprender y ampliar los
puntos de mira para poder crecer.
¿Ha
tratado alguna vez de demostrar y convencer a la gente de que
existe la reencarnación?
Yo no quiero probar la reencarnación, pero sí les
puedo contar que en mis sesiones aparecen constantemente cosas,
pruebas de la reencarnación.
Hay un caso particular que me sucedió. Atendí hace
unos años a una paciente que comenzó a hablar en
un idioma que ella no conocía. Fue una experiencia bastante
dramática porque la paciente en esa regresión fue
violada por su padre, y a medida en que yo le hablaba en español,
ella me contestaba en aquella lengua extraña. Minutos después
se calló y me dijo que no quería hablar más
así, pero más adelante dijo que el padre estaba
por violarla y lo maldijo en ese idioma.
Por cierto, este fenómeno de utilizar otros idiomas es
conocido como xenoglosia.
Debido a que este suceso ocurre en las regresiones, grabo la sesión
y posteriormente la muestro a personas conocedoras de otras lenguas,
incluso las que ya no están en uso. Y fue precisamente
lo que hice en aquella ocasión, pero no tuve éxito.
Entonces, llevé la grabación a una estación
de radio muy importante de Buenos Aires donde la pasaron al aire
durante dos días sucesivos. En el segundo día una
señora llamó a la radiodifusora y tradujo los parlamentos
dichos en un idioma hablado por el bisabuelo de esta mujer de
50 años, quien por cierto era invidente, por lo que tiene
una magnífica memoria auditiva y pudo recordar al bisabuelo
que vivía en un poblado alemán de la antigua Rusia.
¿Ha
vivido la experiencia de una regresión para conocer su
vida pasada?
Hasta ahora me lo ha hecho una persona que no trabajaba con mis
técnicas y no me gustó. Hoy, estoy comprometido
con un alumno que tomó un curso conmigo hace dos años
y desde entonces ha tenido un trabajo muy destacado. Él
vive en la ciudad de Monterrey y es de mi entera confianza porque
aprendió de mis técnicas.
Esto es muy importante: la persona que realice la regresión
debe inspirar confianza.
Quiero destacar que me gusta impartir cursos porque si algo me
motiva es enseñar lo que sé, lo que aprendí
y lo que ayudé a desarrollar. Acabo de realizar dos cursos
intensivos en Monterrey y en Xalapa. En el primer nivel de verdad
se aprende a hacer hipnosis y hacer regresiones, al final cada
uno de los asistentes guía por lo menos una regresión
y es hipnotizado. Lo que se ve en segundo nivel es todavía
más interesante porque enseño a curar fobias, crisis
de pánico, enfermedades psicosomáticas y a reparar
traumas de la infancia.
Para contrarrestar la mala imagen que ha causado el hipnotismo
como espectáculo y para que la gente se dé cuenta
de que la hipnosis en realidad es un medio para aliviar enfermedades
sintomáticas, es recomendable recordar las bases y los
antecedentes del hipnotismo.
Los primeros indicios surgieron cuando Franz Anton Mesmer, doctor
en Medicina y Filosofía, formuló la famosa teoría
del magnetismo animal, que estipulaba que todo ser vivo irradia
un tipo de energía similar al magnetismo físico
de otros cuerpos y que puede transmitirse de unos seres a otros.
A ese fenómeno se le conoció como mesmerismo.
En realidad la forma en que Mesmer hacía la hipnosis era
muy impositiva. Él entraba vestido de rojo en una habitación
donde ya estaba preparada una cubeta llena de agua que según
él había magnetizado con sus poderes. En el balde
de agua también se introducían sogas de las que
los enfermos se sujetaban para aliviar sus males. La forma en
como era preparado el acto se asemeja a los espectáculos
de hoy en día y esto ocurría hace 150 años.
Así como Mesmer atendió a cientos de personas de
todas las clases sociales, también se enfrentó a
varios escándalos por la utilización de sus técnicas.
Lo más relevante fueron las determinaciones de una comisión
de científicos que estudió los fenómenos
del mesmerismo y llegó a la conclusión de que era
sólo sugestión. Se dijo esto porque salió
a la luz que no todas las personas que acudían a las sesiones
tomaban sogas que estuvieran sujetas a la cubeta y aun así
se curaban.
En sí, Mesmer fue un hipnotizador genial y todavía
en nuestros tiempos hay quien sigue sus pasos. Yo creo realmente
en el pasaje de energía, en el reiki, en la imposición
de manos. Creo que nosotros de alguna manera somos como antenas
que pasamos energía. Me asombra que las personas crean
que los teléfonos celulares funcionan por ondas invisibles
y que no crean que nosotros mismos podemos emitir ondas y que
éstas pueden influir a otras personas cercanas a nosotros.
Posterior a Mesmer, un cirujano escocés llamado James Braid
acuñó el término de hipnosis, pero antes
de morir descubrió que el nombre era el incorrecto porque
viene de hypnos que significa sueño, y en realidad la persona
que está en hipnosis no está dormida ni mucho menos,
está completamente despierta, inclusive los electroencefalogramas
lo dicen. Hace como 40 años el colombiano Alfonso Caycedo
quiso cambiar el término hipnosis por sofrosis o sofrología,
palabra griega utilizada por Platón, sofroidea, que quiere
decir estar alerta.
Pero fue Milton Erickson quien verdaderamente revolucionó
la hipnosis. Él era un psiquiatra americano que murió
no hace mucho tiempo y fue absolutamente destacado. A partir de
Erickson se habla de hipnosis ericksoniana, considerada como una
forma de comunicación, de transmitir conceptos de una persona
a otra.
Él trabajaba mucho con estados de trance y con hipnosis
formal y no formal.
Por otra parte, después de Mesmer, en Francia se desarrollaron
dos líneas de la hipnosis: una que suponía que la
hipnosis era algo que le sucedía a todo el mundo
que es la que finalmente se impuso; y la otra era
la que describía el doctor Jean-Martin Charcot como un
fenómeno histérico. La hipnosis que se usaba en
aquel momento era semejante a una vencida. Lo que
se hacía era trabajar con niveles muy profundos de hipnosis
que eran muy trabajosos porque no podía ser colocada toda
la población en ese nivel profundo y se jugaba una vencida
contra el síntoma.
Cuando Sigmund Freud comenzó a realizar sus primeros estudios
sobre histeria utiliza la hipnosis, pero él mismo decía
que no era un buen hipnotizador. Debido a esta situación
reemplazó la hipnosis con otro sistema que él no
consideró como hipnosis, aunque actualmente está
definido como tal. El método consistía en presionar
con un dedo la frente del paciente, a quien se le indicaba que
cerrara los ojos; con eso saldrían a la luz las respuestas
correctas de los cuestionamientos.
Esto era un recurso hipnótico, y hoy yo utilizo mi técnica
con recursos semejantes.
Freud después de eso comenzó a aplicar la asociación
libre que ya existía, pero él empezó
a desarrollarla y a partir de ésta desarrolló
una teoría del aparato psíquico
cabe destacar que antes de él no existía una
noción de este aparato, por ende no existía consciente,
inconsciente, preconsciente, etcétera y una forma
de tratamiento que él llamó psicoanálisis,
el cual es muy fecundo.
¿Qué
proyectos o planes piensa realizar a corto plazo?
En mis planes está volver a visitar tu hospitalaria ciudad,
antes de fin de año, cerca de octubre, e impartir unos
cursos para profesionales de la salud y para estudiantes avanzados.
Con ello ampliamos cada vez más el conocimiento que se
tiene sobre dichos métodos, labor que, por medio de esta
entrevista, me están ayudando a realizar, pues divulgar
este tema en el órgano de información de la uv facilitará
la difusión de técnicas modernas y muy efectivas
para
el alivio de muchas dolencias del alma.