Junio 2003 , Nueva época No. 66 Xalapa • Veracruz • México
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Sobre los mitos, realidades
y aciertos de la formación
universitaria virtual

Edgar Onofre Fernández

 
Las universidades virtuales (o universidades reales que trabajan con metodologías virtuales) son centros educativos de reciente creación. Sobre ellas han surgido dudas y escepticismo, particularmente sobre la calidad de los servicios que ofrecen. Sobre este punto y otros de gran interés, es la siguiente charla con Joseph M. Duart i Montoliu, director de Asociación Académica de la Universitat Oberta de Catalunya.

Desde agosto de 2002, la Universidad Veracruzana puso en pie un proyecto educativo de vanguardia basado en las posibilidades de infraestructura y académicas de la institución –el desarrollo tecnológico, verbigracia– y en la búsqueda de la cabal satisfacción de las necesidades de educación de una sociedad que muchas veces avanza más rápido de lo que es posible seguir.

La Universidad Veracruzana Virtual (UV2) es una realidad que se viene forjando desde hace algún tiempo, en un arrojado proceso que, al mismo tiempo, guarda las mesuras necesarias: no es una opción descontrolada de gran cantidad de programas ofrecidos en la red, sino un proceso que se finca en una estrategia gradual, con una importante inversión en infraestructura y en la formación de recursos humanos.

En este contexto de necesidades cambiantes, la UV se incorpora a esta óptica diferente de la educación, haciendo énfasis en los beneficios de contar con programas académicos flexibles y una infraestructura solvente para la suma de las nuevas tecnologías a los procesos educativos.

“Desde hace cinco años han sido capacitados y entrenados más de 100 profesores de la uv en universidades de América del Norte; se han hecho revisiones exhaustivas de instituciones líderes en educación virtual de países como Canadá, Estados Unidos, España, Finlandia, Inglaterra, Argentina y Brasil con el propósito de ofrecer un proyecto educativo sólido, con plena certidumbre en su calidad”, aseguró el rector Víctor Arredondo en septiembre de 2002, al inaugurar el primer programa de la uv2, la especialización en Educación Virtual (UniVerso, año 2, núm. 73, septiembre 9 de 2002).

Dedicada a la tarea de nutrirse con las experiencias de quienes encabezan el panorama de la universidad virtual en el mundo, recientemente la Universidad Veracruzana creó un nexo de colaboración con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), líder mundial –como ellos mismos lo definen– en las metodologías virtuales de universidades reales.

La visita del director de la Asociación Académica de la uoc, Joseph M. Duart i Montoliu, marcó el inicio de la marcha sobre un territorio que ambas instituciones han decidido acometer juntas y que considera la inserción de una comunidad en los programas de la otra y viceversa, la posibilidad de compartir cursos de posgrado y maestrías, la participación en doctorados y la construcción de titulaciones conjuntas de posgrado y de grado, que sean válidas tanto en España y el resto de Europa, como aquí en México.

Durante la visita que el directivo catalán de la uoc hizo a la uv con los propósitos de afinar detalles y discutir pormenores del trabajo bipartita que inician ambas instituciones, Duart i Montoliu expuso algunos puntos clave para entender la educación virtual.

¿Cuáles son, en general, las bases sobre las que se finca la Universidad Virtual?
Hay muchos matices sobre lo que se puede entender por una universidad virtual pero, de entrada, a nuestro rector le gusta decir que las universidades virtuales no existen, sino lo que existe son universidades reales que trabajan con metodologías virtuales, con nuevas tecnologías. Por lo tanto, la base es poder hacer llegar al máximo de personas la educación y, en este caso, la formación universitaria de calidad. Por fortuna, actualmente podemos disponer de las tecnologías que nos ofrece la sociedad de la información, la cual nos permite ir mucho más lejos, más allá de los lugares a los que puede llegar la universidad tradicional.

Otra de las grandes ventajas que ha introducido el concepto de universidad virtual es que la instauración de las nuevas tecnologías en las instituciones de educación superior está propiciando realmente un cambio en la transformación de las universidades tradicionales (que vienen, no hay que olvidarlo, de la Edad Media) a la universidad de la sociedad del conocimiento. Podemos decir que este momento (el de la implantación de las tecnologías); por primera vez en la historia universitaria está afectando tanto que no únicamente está cambiando la forma de enseñar, sino que está transformando la manera de organizar las instituciones educativas. Esto influye en la forma en como nos dirigimos al estudiante, como nos organizamos, en las bibliotecas que pasan a ser bibliotecas de documentación digital, en los servicios que se dan a los estudiantes, en los sistema de comunicación internos, etcétera.

Estamos, entonces, ante un cambio que nos obliga –y pensamos que esto es muy positivo– a repensar nuestras instituciones: en definitiva, nos obliga una vez más a adaptarnos a la sociedad del conocimiento. Esto es lo que entenderíamos por universidad virtual, que –insisto– son universidades reales.

Romper el esquema de la universidad cuyas instalaciones están a la vista es difícil y, por tanto, lleva su cuota de escepticismo. ¿Cómo se puede garantizar al aspirante a ingresar a la universidad virtual que la calidad de la educación es la misma?
El tema de la calidad es fundamental no solamente en las instituciones virtuales sino también en las presenciales. Es cierto que hay que cuidar mucho los estándares de calidad, que no pasan únicamente por el nivel de los contenidos que se imparten sino por todo lo que llamaríamos la atención al estudiante, atención que empieza desde el primer momento en que se pone en contacto con la institución hasta todo el proceso que el estudiante vive dentro de la misma.

Entonces, ahí sí que hay que trabajar con estándares de calidad que algunos son propios de la universidad, suyos de toda la vida, pero que hay que adaptar a esta nueva forma de trabajar con las nuevas tecnologías.

Pero... si hay algo que diferencia a las universidades digamos buenas y a las que no lo son tanto es la preocupación cara por los sistemas de calidad con que trabajan.

Hemos visto muchos sistemas de universidades que lo único que hacen es colgar cosas en Internet. Todos hemos visto que ponen sus papers y sus documentos en Internet y dicen: “ya está, ya tengo mi clase virtualizada”. Esto es un mal ejemplo, y de mala calidad, de lo que es una docencia virtual. Lo que hay que hacer es repensar la forma, trabajar con diseño instruccional, con las tecnologías adecuadas y, sobre todo, trabajar pensando en cómo es el estudiante al que nos dirigimos. Siempre insisto en que la calidad tiene que estar centrada en darle respuesta al perfil de la persona a la cual nos vamos a dirigir.

Esto se contrapone con los abaratamientos que últimamente aparecen en las licenciaturas y posgrados...
Totalmente. Puedo explicar algo sobre la experiencia de nuestra institución: muchas veces nos encontramos con estudiantes que creen que, cuando van a estudiar con nosotros, va a ser más fácil y más rápido... y la sorpresa que se llevan es mayor. Incluso, hay quienes han afirmado que es más difícil que estudiar en la universidad presencial, además de que los periodos son similares, porque el tiempo es real, no es virtual: 60 minutos son una hora tanto en la virtualidad como en la presencialidad. Lo importante es ser riguroso en el planteamiento.

Precisamente la atención al estudiante es uno de los objetivos más identificables de la UOC. ¿Cómo personalizar la educación en estos modelos virtuales? ¿Cómo es el proceso?
Nosotros tenemos unos pilares básicos que llamamos nuestro sistema educativo y uno de ellos es la personalización de nuestro trabajo. Debemos pensar en que nos dirigimos básicamente a estudiantes adultos, de los cuales casi la mayoría ya tiene experiencia; por lo tanto, no podemos ir a ellos pensando en que no tienen ningún tipo de conocimientos, sino lo primero que tenemos que hacer es captar cuáles son sus necesidades de formación y nuestra obligación es dar respuesta a esas necesidades.

El planteamiento de una universidad virtual, y yo creo que de todas las universidades, está en que no debe ser únicamente transmisora de conocimiento, sino que debe ser capaz de captar las necesidades y darles respuesta. El flujo es, en primer lugar, del estudiante hacia la universidad y, luego, de la universidad, que es la que tiene el conocimiento, hacia el estudiante. ¿Cómo lo hacemos? Elaborando materiales muy flexibles que nos permitan adaptarnos siempre a la diversidad del estudiante. Nada riguroso, porque otro de los principios es la flexibilidad, a la cual debemos sumar otro principio muy interesante: la cooperación que permite el trabajo de equipo entre los estudiantes. Mucha gente se piensa que esto es frío, es distante, a pesar de que todos sabemos que el correo electrónico nos acerca más que separarnos. Por ello, el tema de la cooperación también es muy importante.

Además, constantemente estamos evaluando la percepción que el estudiante tiene de la institución y del sistema educativo. Preguntamos qué le parecen los materiales, si se adecuan a sus expectativas, qué opina sobre los profesores, y esto lo hacemos porque es un sistema abierto que se va retroalimentando a partir de las experiencias de nuestros estudiantes.

¿Cómo se da esta promoción de valores como el trabajo en equipo dentro de un sistema en el que no existe la interacción física, presencial, de las
personas? Es un poco difícil de entender...

A todos nos cuesta trabajo entender porque siempre pensamos que estamos entrando en un espacio distinto, pero lo que olvidamos es que los que entramos en el espacio distinto somos nosotros mismos. Los pensadores de la sociedad de la información y del conocimiento hablan de que las personas somos las mismas tanto en la cotidianidad como en la virtualidad, porque en este último ámbito no dejamos de ser sujetos.

De la misma manera en que los sujetos tenemos actitudes, valores y formas de actuar en la cotidianidad, los tenemos y transmitimos en el entorno virtual, que no tiene nada de irreal. Por lo tanto, las personas tímidas, y de esto hay investigaciones, continúan siendo tímidas en la virtualidad.

Hay quien decía hace tiempo que la virtualidad hacía a la gente aislada, tímida, poco comunicativa, pero no es cierto: ya existen investigaciones que justamente demuestran lo contrario. La virtualidad no cambia a las personas, al contrario, les da, en todo caso, un nuevo entorno para manifestarse de la misma manera en que son. Y esto es lo que a veces olvidamos: pensamos que todo es distinto, pero los que estamos ahí somos los mismos que estamos aquí, y esto es lo que hay que entender.

Y el trabajo con la Universidad Veracruzana, ¿cómo va a funcionar?
Nosotros hemos hecho un plan estratégico de la internacionalización de nuestra universidad y hemos visto, obviamente, que México es un país con el que nos interesa mantener relaciones de cooperación, relaciones con sus universidades. A través de nuestro estudio hemos observado que la Universidad Veracruzana es una de las importantes de este país, y ha hecho un trabajo valioso de análisis estratégico por medio del cual se ha dado cuenta de la necesidad de transformar la universidad a partir de las nuevas tecnologías. Además, ha dado un paso muy importante con la creación de la uv2, la universidad virtual de esta casa de estudios. Esto para nosotros es fundamental porque la visión de esta institución se acerca a la nuestra, por lo tanto, nos podemos entender con facilidad. A partir de ahí, hemos entrado en contacto, los rectores, las personas responsables de esto, y estamos ya avanzando en una sintonía que nos permite detectar proyectos muy concretos y algunos muy ambiciosos que vamos a llevar a cabo en breve tiempo.

Sin embargo, nuestra intención no es hacer mucho en poco tiempo, sino construir las bases para una alianza estratégica de futuro que nos permita edificar entre las dos instituciones.

¿Existe alguna fortaleza, amén de las que menciona, que resulte fundamental para trabajar con la Universidad Veracruzana?
Que es una universidad pública, con vocación social demostrada, con una gran capacidad de diálogo con el Estado y esto para nosotros es muy importante. La uoc es una institución privada pero con vocación pública: puede sonar extraño esto, pero es real. Nosotros pensamos que la universidad tiene un servicio público y, en este caso, vemos que la uv realiza clara-mente esto, tanto por la composición de sus estudiantes, como por su visión estratégica y su misión dentro del estado de Veracruz.

¿Cómo están construyendo ambas universidades el camino que los llevará al punto al que quieren llegar?
Lo estamos construyendo con base, primero, en el conocimiento: las instituciones las formamos personas y lo importante es que las personas nos conozcamos. Así lo estamos haciendo y, con ello, estamos describiendo más posibilidades y muchas sintonías. Después debemos trazar un camino común hacia el futuro –uno que pase por nuestras fortalezas, mismas que intentamos compartir–, y tener la visión de identificar cuáles pueden ser nuestras alianzas estratégicas con terceras, cuartas, quintas universidades, sean de México o de Estados Unidos, de otra parte del continente americano o también europeas.

Nosotros somos una institución europea, no únicamente española, con un claro ámbito de relaciones en Europa desde nuestro inicio. Estamos poniendo esto sobre la mesa para analizar la cooperación entre estas universidades, dando la oportunidad para que la uv ponga pie en Europa, de la misma manera en que la uv nos da la oportunidad de tener presencia aquí y en las universidades con las que tiene relación en Estados Unidos y otros países latinoamericanos.

La construcción de esta sólida base para un camino conjunto entre ambas instituciones es el fin, ¿cuáles serían algunas metas a corto plazo?
Estamos hablando de, por ejemplo, el intercambio virtual de estudiantes, que permitiría que alumnos de la Universidad Veracruzana pudieran seguir cursos en la Universitat Oberta de Catalunya y viceversa, desgraciadamente sin salir de su casa, y digo desgraciadamente por-que también viajar es una gran experiencia, pero es una oportunidad que da un valor añadido a los cursos.

Estamos anlizando compartir cursos de posgrado, maestrías, la participación en doctorados y la homologación de los procesos de titulación de grado y posgrado que sean válidos tanto en España y el resto de Europa como aquí en México.

También estamos analizando la posibilidad de poder trabajar conjuntamente en las bibliotecas, en los planes estratégicos mutuos, en todo lo que pueden hacer dos grandes instituciones como éstas.

En este panorama de colaboraciones, no solamente entre uoc y uv, instituciones ambas que apuestan por el trabajo conjunto con otras universidades, ¿estamos tratando de construir la Universidad Mundial?
Si la universidad mundial se tiene que construir no será La Universidad Mundial, sino que será, en todo caso, una alianza de todas las universidades. El mundo tiende a ser global, pero las personas... tú eres mexicano, yo soy catalán, español, y a pesar de que hablamos el mismo idioma tenemos acentos distintos y contextos diferentes.

Una Universidad Mundial que no entendiese esto no funcionaría, por lo tanto, la universidad global tiene que ser fruto de la cooperación, de la estrategia
y del avance común de las universidades que ya existen. Si avanzamos tiene que ser de manera paralela, entre todos, no creando algo irreal.