de leche en las glándulas mamarias durante la lactancia, es importante destacar que también induce la proliferación celular.
Según explicó la investigadora, quien es egresada de la Facultad de Biología de la uv, la próstata tiene receptores de diversas hormonas, entre ellas la prolactina, por lo que, considerando que ésta provoca la multiplicación de las células, tal fenómeno puede ocurrir en la próstata. Por eso se considera que “los problemas de células cancerígenas podrían estar relacionados con dicha hormona”.
María Elena Hernández aseguró que el estudio que coordina –el cual genera la esperanza de llegar a conocer un poco más sobre el cáncer, primera causa de muerte en la etapa reproductiva de los mexicanos, según datos de la Secretaría de Salud– permitirá conocer la participación de la prolactina en el crecimiento de la próstata y su funcionamiento normal, ya que la intención es investigar después cómo funciona esta hormona en condiciones anormales o patológicas.
“Lo importante es que los resultados que se obtengan sean utilizados por otras personas. Yo quiero ver si la prolactina está participando en la generación del cáncer o no, pero mi trabajo da pie a que otros especialistas que están investigando algo relacionado tengan información confiable, como yo la he tenido de estudios anteriores, y eso es muy importante porque la ciencia se hace a partir de la colaboración”.
Lo que hacen en los laboratorios del Instituto de Neuroetología, ubicado en Xalapa, explicó, es evaluar en los animales las condiciones normales en que opera esta hormona en la próstata, conforme a la edad y la experiencia sexual; más adelante analizarán cómo repercute la prolactina en el crecimiento y el funcionamiento de la próstata en condiciones patológicas, es decir, cuándo los niveles de prolactina se elevan más de lo normal.
El proceso es paulatino, pero prometedor
Para María Elena Hernández, el avance general del trabajo es lento pero seguro. Cualquier investigación básica requiere de tiempo para arrojar resultados, más aún cuando, como en este caso, se necesita trabajar con variables de tiempo: “Para este tipo de estudios se debe tener animales viejos; esto significa que hay que esperar un año para ver qué pasó, qué cambios experimentó el animal a lo largo de su vida”.
Es por eso que los resultados de la investigación universitaria no se difunden inmediatamente porque no son rápidos ni sencillos ni evidentes; tampoco tienen aplicaciones inmediatas, sino que se relacionan con cuestiones muy técnicas y específicas de fisiología. Pese a todo esto, la investigadora advirtió que los resultados serán indiscutiblemente prometedores. “Lo importante no es obtener resultados rápidos, sino que realmente valgan la pena”.
El Instituto de Neuroetología de la uv es uno de los más prolíficos en cuanto a producción científica. Publicaciones como Physiology Behavior y Journal of Comparative Neurology han editado año tras año los resultados del estudio básico que realizan sus investigadores; además, seis de ellos pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (sni) y cuatro más al grupo de especialistas de la Unión Internacional para la Conservación, lo cual habla del reconocimiento que ha alcanzado tanto en el país como en el extranjero este grupo de trabajo, integrado casi en su totalidad por egresados de la uv.