Gustavo
Montiel, quien impartió el curso El cine como discurso
narrativo, en la Facultad de Letras Españolas, confesó
no sorprenderse de la inexistencia de un cine xalapeño,
michoacano o poblano, pues se sabe que el movimiento cinematográfico
en nuestro país está centralizado e impone ante
los demás la mirada de unos cuantos. Por eso reconoció
que es necesario que existan escuelas y producciones regionales
que reflejen las diversas y ricas realidades de cada lugar, pero
para ello se requiere apoyo, decisión y ganas de creerse
las cosas.
El cine en México está pasando por el peor
momento de su historia, a pesar de que se están haciendo
buenas películas, de que éstas tienen éxito
y de que algunos mexicanos han destacado en el extranjero. Esta
crisis, expresó Montiel, es producto de la indiferencia
del Estado mexicano frente al arte y a la cultura.
Ciertamente, organismos como el Instituto Mexicano de Cinematografía,
el Conaculta y la estructura de apoyo a la creación artística
están atravesando periodos difíciles, pues la libertad
y la iniciativa han sido sustituidas por la rigidez y la apatía.
Además, la iniciativa privada que promovió los recientes
éxitos cinematográficos está agotada, porque
no hay un esquema que proteja al cine nacional.
En 2002 se produjeron menos películas que nunca antes en
los últimos 20 años. Ahora se empieza a sentir un
vacío y, de seguir así, en 2004 no habrá
estrenos de cine mexicano. La solución concluyó
el productor está en las nuevas generaciones, que
tienen que luchar y ser capaces de presionar para enriquecer el
arte cinematográfico de nuestro país.
Montiel, quien ha dedicado su vida entera al cine, estudió
la carrera de Comunicación en la unam y cursó un
diplomado como realizador cinematográfico en el Centro
de Capacitación Cinematográfica (ccc). Ha escrito,
dirigido y producido películas de largo y cortometraje
desde 1975. Fue director del ccc (1989 a 1998), presidente del
Centro Internacional de Escuelas de Cine (1995-2000) y presidente
fundador de la Federación de Escuelas de la Imagen y Sonido
de América Latina. Entre sus producciones o coproducciones
se encuentran Entre paréntesis (1981), La mujer de Benjamín
(1991), Lolo (1992), El abuelo Cheno y otras historias (1995),
Zurdo (2002), Volverás (2002), Aro Tolbukhin y En la mente
del asesino (2002).