Las
primeras máquinas creadas por el hombre eran meros sustitutos
de determinadas funciones engorrosas o poco productivas; sin embargo,
poco a poco fueron alcanzando capacidades mucho mayores. Ahora
las máquinas mueven, empujan, soportan, cavan, limpian,
comunican, enfrían, escriben
y muchas cosas más.
Conscientes del alcance que se puede tener con las máquinas,
los ingenieros mecánicos de la uv se han dedicado año
tras año a diseñar y montar prototipos con aplicaciones
específicas que no sólo son muestra de sus conocimientos,
sino también de sus habilidades para crear herramientas
económicas y funcionales.
Este año no fue la excepción. Cinco fueron los prototipos
que alumnos y pasantes de la carrera presentaron en el concurso
de Ciencia y Tecnología, en el marco del XI Congreso Na-cional
de Ingeniería Mecánica Eléctrica.
El primer lugar fue para Jorge Coronel, Alejandro Martínez
y Alberto Camerino, quienes diseñaron una máquina
tribológica para análisis de desgaste abrasivo que,
además de cumplir con la norma internacional para este
tipo de instrumentos (actmg65), tuvo un costo mucho menor que
uno de tipo comercial.
En la industria hay muchas piezas grandes que están
en constante fricción y por lo tanto los materiales tienen
cierto desgaste. Con esta máquina podemos evaluarlo,
aseguraron los jóvenes, quienes dijeron estar interesados
en proyectar la creación de un laboratorio de tribología
para su Facultad, para enfatizar las materias que se imparten
en la carrera, como diseño mecánico, resistencia
de materiales y otras.
Dijeron que los resultados pueden ser útiles para fabricar
aleaciones más resistentes o metales que no hagan rebaba,
sobre todo en procesos de elaboración de alimentos, a fin
de que el desgaste de los materiales no afecte al producto final,
además de que el presupuesto utilizado para el prototipo
fue de cerca de 10 000 pesos que, comparado con los 121 000 que
cuesta uno similar en el mercado, es prácticamente nada.
Aunque no todo el costo del prototipo fue recuperado, pues el
premio correspondiente al primer lugar del concurso estuvo dotado
con 6 000 pesos, los estudiantes están seguros de que resultó
una buena inversión, pues les permitió demostrarse
a sí mismos lo que son capaces de hacer.
Jorge Hernández, un egresado de la Facultad de Ingeniería
Mecánica Eléctrica (ime), ganó el segundo
lugar por el diseño y la construcción de un brazo
o manipulador mecánico, y el quinto por un sistema de potencia
para arar. El primer prototipo busca apoyar la docencia, y el
segundo resolver un problema de costos en el campo mexicano. El
brazo robot es un prototipo puramente electromecánico,
pero lo diseñé para que sea manipulado con software;
de hecho me interesa promoverlo entre otros estudiantes que pueden
diseñar un sistema para manipular electrónicamente,
a fin de que funcione realmente como un robot, explicó.
Una de las aplicaciones más importantes de este brazo mecánico,
apuntó, podría ser la didáctica, pues el
prototipo muestra la aplicación de cuestiones básicas
de mecánica que los estudiantes ya conocen aún en
niveles medios de estudio. Además, se trata de una máquina
de alta precisión con un margen de error de .1 por ciento
porque la precisión está dada a partir de la regulación
de velocidad, según dijo Jorge Hernández, quien
recibió un premio de 4 000 pesos.
El tercer lugar fue para Edgar Sánchez, del grupo 802 de
ime, que se encargó de construir un destilador solar tipo
escalera, que genera ocho litros de agua potable perfectamente
purificada cada 24 horas. Se trata de un sistema tipo invernadero
que simula el ciclo hidrológico del agua. El proceso dura
de 10 a 12 horas diarias para captar un 50 por ciento del agua
que suministramos, dependiendo de la cantidad de sol.
Aseguró que el destilador puede cumplir varias funciones,
como desalar el agua de mar, quitarle microorga-nismos dañinos
o eliminar minerales indeseables. Por la construcción de
este destilador obtuvo 2 000 pesos.
Para Edgar, este prototipo podría ser útil en zonas
rurales donde el acceso al agua potable es limitado, e incluso
cuesta mucho menos que otros de aprovechamiento de energía
solar para potabilizar el agua. Este instrumento muestra también
el compromiso social que los estudiantes de la uv demuestran desde
que son estudiantes.
El cuarto lugar lo obtuvo el Go-cart diseñado y construido
por Reynaldo Márquez y Francisco Aguilar, alumnos del décimo
semestre, quienes dijeron que el carro tuvo un costo aproximado
de 9 000 pesos, 11 000 menos que uno comercial. Los estudiantes
ganadores recibieron su premio durante la clausura del XI Congreso
Nacional de Ingeniería Mecánica Eléctrica,
que tuvo lugar en la Universidad Veracruzana.