Junio 2003, Nueva época No. 66 Xalapa • Veracruz • México
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A partir del estudio de la conducta sexual masculina en ratas
Surge la hipótesis de que partes del cerebro, no sólo hormonas, controlan erección peneana

Irma Villa

Para entender cómo los sistemas nervioso y endocrino regulan la conducta sexual masculina, Jorge Manzo Denes y un grupo de colaboradores –entre ellos María Elena Hernández, de la UV, y Pablo Pacheco, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM– trabajan arduamente dentro de los laboratorios del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana.
A partir del estudio de la conducta sexual masculina de la rata macho, explicó Manzo Denes, se han obtenido datos importantes que permiten plantear preguntas para
tratar de identificar cómo se
Jorge Manzo trabajó en el laboratorio de Benjamin Sachs, científico que ha estudiado la conducta sexual y el fenómeno de erección peneana. (Foto: Luis Fernando Fernández)
regula esa conducta en el interior del individuo. Los objetivos son explicar el patrón conductual sexual desde el punto de vista funcional, identificar qué áreas del cerebro se activan, qué hormonas se liberan, cómo interaccionan entre ellas y a qué estructuras afectan en el momento en que se están liberando para que el animal pueda tener una interacción sexual adecuada.
Un gran avance para llegar a las causas que dan lugar a la erección, se debe al doctor Benjamin Sachs, profesor emérito de la Universidad de Connecticut en Estados Unidos, quien siempre ha estudiado la conducta sexual y el fenómeno de la erección peneana. Él se dio cuenta de que las ratas macho tienen erecciones sin estar en contacto con la hembra, explicó Jorge Manzo. Esto resume que tales roedores, al igual que la progenie humana, manifiestan dos tipos de erecciones: las psicogénicas y las reflejas. Las primeras se presentan cuando la hembra está cerca y a pesar de que no hay contacto físico entre ésta y el macho –en el humano este tipo de erección se puede dar con el apoyo de material erótico y en las ratas con la ayuda de los olores que desprende la hembra–; las segundas se manifiestan cuando existe un contacto físico con la pareja. Son dos contextos: a uno se le clasifica como el contexto psicogénico (sin contacto físico) y al otro como el contexto somático (con el consecuente apareamiento de la pareja).
Benjamin Sachs, en cuyo laboratorio trabajó Jorge Manzo cuando aún era estudiante del doctorado en Ciencias Fisiológicas, inició tal investigación con un experimento muy sencillo: dividió con una malla de plástico una pecera de 60 por 30 centímetros, en un compartimiento colocó al macho y en el otro a la hembra, los cuales se podían oler y ver, pero no tocar; no obstante, se empezaron a desencadenar actitudes psicogénicas.
Explicó que hay algunos otros resultados surgidos de estudios con humanos con médula espinal lesionada. “La médula espinal es la que está protegida por nuestra columna; es como un hilo (con sus manos dibujó en el aire una línea vertical que dividió en parte alta y parte baja). Si la lesión es por la parte de arriba a niveles torácicos, estos sujetos pueden tener erecciones cuando están con la pareja pero no con material erótico, es decir, tienen erecciones reflejas pero no psicogénicas. En cambio, cuando la lesión es más abajo (de la médula espinal) tienen erecciones psicogé-nicas, mas no reflejas”.
A raíz de tales trabajos y de investigaciones propias, en el Instituto de Neuroetología existe la hipótesis de que distintas partes del cerebro, junto con las hormonas, controlan la erección peneana, hipótesis que aún no se comprueba.
La línea de investigación Neuro-fisiología de la Conducta Sexual Mascu-lina en Ratas se divide en tres grandes bloques: Conducta, Histología y Electro-fisiología. En el primero trabajan, además de Manzo, Hernández y Pacheco, participaron Yolanda Cruz y Margarita Martínez, investigadoras egresadas de Facultad de Biología de la uv que actualmente trabajan para la Universidad Autónoma de Tlaxcala; Horacio Merchant, de la unam, y James Pfaus, profesor de la Universidad de Concordia, en Montreal, Canadá.