Junio 2003, Nueva época No. 66 Xalapa • Veracruz • México
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El encuentro estuvo dedicado a la madera
Fusionan música, teatro y artes plásticas para celebrar el Festival Junio Musical

Gina Sotelo y Jorge Vázquez Pacheco

Más de 30 000 personas asistieron a 106 eventos en los que participaron artistas de Argentina, Estados Unidos, Japón, México, Perú, Portugal, Polonia y países africanos.
Del seno de la Orquesta Sinfónica de Xalapa surgió el Festival Junio Musical, en 1996. Desde entonces, la capital de Veracruz se erige como punto de convergencia y anfitrión principal de este magno encuentro, cuyos objetivos son ubicarlo entre los eventos artísticos más importantes del país, convertir la cultura en un atractivo para el turismo y consolidar a Xalapa como el centro musical de máxima importancia en el sureste mexicano.
La edición 2003 estuvo dedicada a la madera y a la naturaleza, por lo que fue numerosa la participación de músicos que tocan instrumentos creados con dicha
Orquestas, coros, solistas y directores se unieron en una sola sinfonía para celebrar el festival musical más importante del sureste mexicano. (Foto: Antonio Alarcón)
materia, entre ellos el violín, el chelo, el contrabajo, la guitarra, la marimba y el arpa. Además, el encuentro de lauderos, la muestra colectiva Toco madera y las exposiciones Tierra de diosas, de Roberto Rodríguez, y Murmullo de árboles, de Masaru Goji, fueron una forma de rendirle tributo a tan noble material.
Variadas fueron las actividades que integraron el programa de Junio Musical, de las cuales destacaron los conciertos que ofrecieron la Orquesta Sinfónica de Xalapa y los ensambles de música de cámara (conformados por músicos de la osx), bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto, Enrique Patrón de Rueda, Howard Shelley y William Love. A ellos debemos sumar el concierto dirigido por Francisco Savín en el que interpretaron la versión para orquesta de cámara de La canción de la Tierra, de Gustav Mahler, y los numerosos recitales presididos por el grupo Polonia, el cuarteto
Intensa fue la labor de la osx, ya que no sólo se presentó la agrupación completa, sino que además se dividió en ensambles. (Foto: Eduardo Zappa)
de cuerdas Magellan, los ensambles Clásico de Guitarras de Xalapa y Contemporáneo de Cámara, así como por numerosos solistas.
Otros géneros musicales también fueron escuchados en los 24 foros que en conjunto recibieron a artistas de seis países y a más de 30 000 personas, por lo que el festival se convirtió en una compleja sinfonía al unir obras clásicas con el fado portugués, el jazz, el blues, el tango, el danzón, la zarzuela, los ritmos africanos y brasileños, las notas del koto japonés y la música popular. Asimismo, hubo otras actividades que diversificaron el programa de este encuentro con las artes, entre ellas las obras de teatro Los negros, Bellas atroces, El que dijo sí y el que dijo no y De acá de este
Con la participación de la compañía Cuatro por cuatro de Alejandro Aguirre dio inicio el encuentro organizado por la uv. (Foto: Eduardo Zappa)
lado; los espectáculos Molito rojo, Cabaret à trois y ¡Reviva la carpa!; una presentación de danza contemporánea a cargo del ballet de Nicky Blanco; conferencias con la madera como tema y una muestra gastro-nómica.
Para consolidar el Festival Junio Musical, la Universidad Veracruzana, institución que a través de la Dirección de Divulgación Artística y de la osx organiza este evento, ha recibido el apoyo de los gobiernos estatal y municipal, organismos culturales, embajadas, medios de comunicación, pero sobre todo de la iniciativa privada, sector que comparte con la uv el interés por impulsar el desarrollo cultural y turístico de nuestro estado y, especialmente, de Xalapa.
Este año se sumó la colaboración de la Secretaría de Educación y Cultura, la Subsecretaría de Turismo, el Consejo Nacional para la
Por el apoyo que su gobierno le ha brindado a la osx y a la uv, el gobernador Miguel Alemán recibió un reconocimiento, durante uno de los conciertos que ofreció dicha agrupación. (Foto: Antonio Alarcón)
Cultura y las Artes, la Cámara de la Industria Restaurantera-Veracruz, la Asociación de Hoteles y Moteles de Xalapa, la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo, el dif Estatal, además de la Casa Osborne, Pepsi, Autobuses de Oriente y Farmacias Plus.
En suma, se encadenaron múltiples esfuerzos, entusiasmos y propósitos de organizadores, coordinadores, promotores, productores, artistas, comuni-cadores, técnicos y patrocinadores, gracias a los cuales la octava edición de Junio Musical resultó todo un éxito.
Con tango argentino fue inaugurado el festival
“El tango es un sentimiento triste que se baila”, “es la expresión vertical de un sentimiento horizontal”. Tales han sido las definiciones más concisas de una danza popular plena en voluptuosidad y sugerencia. Y con esas características como cartas de presentación, el género argentino no sólo ha recuperado los terrenos perdidos ante los embates de la música de origen estadounidense sino también ha ganado escenarios que le estaban vedados.
El tango cambia vidas, modifica comportamientos, altera derroteros vitales, y esto
Enrique Patrón de Rueda fue invitado para dirigir la gala de ópera en la que participaron la osx y las sopranos Bertha Granados y Encarnación Vázquez. (Foto: Eduardo Zappa)

bien lo sabe Alejandro Aguirre, coreógrafo y bailarín, cuya compañía de danza Cuatro por cuatro inauguró el Festival Internacional Junio Musical 2003, en la Sala Grande del Teatro del Estado.
Cientos de personas presenciaron el espectáculo que pareciera haber sido arrancado de los fuelles porteños para hacer sonar lo mejor del repertorio de la música bonaerense. Los aplausos fueron repetidos, pues la gente disfrutó de esta expresión que combina el tango arrabalero y compadrito con los requiebros que han convertido a la danza en una de las favoritas de los públicos europeos y norteamericanos.

El ballet integrado por 10 parejas y el grupo de músicos Ricardo y los pibes, más las composiciones de Carlos Gardel, trajeron a Xalapa las notas de un género que nació en la ribera del Riachuelo, en los boliches de carreros y cuarteadores, y en los conventillos del barrio Sur.

Intensa labor de la Orquesta Sin-fónica de Xalapa
Con la interpretación de obras de Bellini, Delibes, Offenbach, Rossini, Verdi y Chapí, la Orquesta Sinfónica de Xalapa inició su participación en el festival. En la gala de ópera que fue dirigida por Enrique Patrón de

Numerosos grupos y solistas dieron muestra de su talento en el escenario del Instituto Superior de Música. (Foto: Eduardo Zappa)

Rueda, quien se ha especializado en el arte lírico, cantaron la soprano Bertha Granados y Encarnación Vázquez, artista cuyas dotes impiden encajonarla en cualquier tesitura definida.
Antes del inicio de la segunda parte del programa se realizó una ceremonia en la que cedieron los derechos al Patronato Pro osx de la publicación del libro Orquesta Sinfónica de Xalapa, 73 años de historia, ceremonia en la que el presidente de este organismo, Héctor Salmerón Roiz, y Humberto Vicuña Beaumont entregaron a Miguel Alemán Velazco un reconocimiento por el apoyo que su gobierno le ha brindado a la osx.

La cesión de derechos permitirá al patronato, mediante la distribución del libro, obtener recursos para adquirir los instrumentos musicales necesarios en aras de un mejor desempeño del conjunto sinfónico, como son una celesta –cuyo costo supera los 30 000 dólares–, un clavecín y un órgano de gran concierto.
Otras actividades que la osx realizó durante Junio Musical fueron los conciertos que presentaron los ensambles de cámara, los cuales fueron dirigidos por Carlos Miguel Prieto y realizados en el Teatro del Estado.

En el primero se ofreció un repertorio integrado exclusivamente
De todas las actividades la que más público reunió fue el concierto del legendario grupo Real de Catorce, pues más de 1300 personas asistieron. (Foto: Eduardo Zappa)
por obras destinadas a los instrumentos de aliento. De esta forma, se interpretaron la Serenata, de Richard Strauss; la suite de la Ópera de los tres centavos, de Kurt Weill, y la Gran partita, como se conoce también a la Serenata número 10 de Mozart. Como un respiro para los instrumentistas, el joven guitarrista de Coatzacoalcos David Fernández Moreno ofreció la Sonatina meridional, de Manuel M. Ponce.
Al día siguiente, el público escuchó un concierto de percusiones, cuyo programa estuvo conformado por todas las composiciones para percusiones de Carlos Chávez: Xochipilli, Tambuco y Toccata. Cada una de estas obras supone un universo sonoro distinto. Mientras en Xochipilli el maestro se propuso hacer música “al estilo prehispánico”, en Tambuco la rítmica repetitiva se muestra mucho más elaborada, y en la Toccata la repetición simplemente no existe, ninguna frase sonora se parece a la anterior o a la siguiente.
El programa se complementó con Ionización, obra para 13 percusionistas del compositor franco-norteamericano Edgar Varèse, todo un verdadero revolucionario que desde la segunda década del siglo xx estaba convencido de los valores intrínsecos del ruido como elemento musical y que utilizó en muchas de sus obras. Ionización incluye, entre otros instrumentos, dos sirenas cuyo sonido encaja perfectamente en la atmósfera sorprendente de esta partitura. También se tocaron dos obras del cubano Amadeo Roldán.
La tercera jornada estuvo dedicada a Mozart, por lo que se interpretaron la Sinfonía concertante K. 364 y
Kairaba presentó un espectáculo que da cuenta de la riqueza musical y dancística que tienen los pueblos africanos. (Foto: Eduardo Zappa)
la Trigésima sexta sinfonía, denominada Linz por el hecho de haber sido escrita durante una visita realizada a la ciudad del mismo nombre. En la primera obra dos instrumentistas de la osx fungieron como solistas: Alicja Jastrzebska (viola) y Míjail Medvid (violín).
En tanto, el jueves 12 se ofreció una audición de música de cámara de distintas épocas. El programa inició con el Primer concierto para violín y cuerdas, de Bach, y el Concierto para viola y orquesta, de Carl Stamitz, con Alexander Cantaría y Andrei Katzarava como solistas, respectivamente. Más tarde, Aquiles Casana y Tonatiuh Bazán tocaron el Concierto para dos violines, de Gustav Holst, y Antonio Méndez presentó el Segundo concierto para violín y cuerdas, de Bach. La Sinfonía concertante opus 84, de Haydn, con Míjail Medvid en el violín, David Nassidze en el violonchelo, Donald Callahan en el oboe y Jerzy Lemiszka en el fagot, marcó el final de esta jornada.
Esta semana se cerró con la presentación de dos obras de Igor Stravinski: la suite de La historia del soldado y Las bodas. Ambas son partituras que datan de aproximadamente la misma época, hacia el final de la Primera Guerra Mundial.
La participación del público en estas actividades rebasó las expectativas, por lo que se puede deducir que la música clásica se ha metido en el ánimo del melómano xalapeño y que Junio Musical se ha anclado en el gusto de los que radican en esta ciudad.
Música tradicional y contemporánea japonesa, pero también piezas uruguayas para arpa fueron interpretadas durante el concierto Fantasía oriental. (Foto: Eduardo Zappa)
También la música sacra se sumó al programa general de Junio Musical. (Foto: Eduardo Zappa)

Interpretaron obras clásicas y contemporáneas en el ism
Por segunda vez, el Instituto Superior de Música (ism) sirvió de foro para presentar a numerosos grupos y solistas que se sumaron al encuentro musical más importante del sureste mexicano.
El 10 de junio se presentó el cuarteto de cuerdas Magellan, fundado en 1990, que tiene residencia en la Universidad en Statesboro, Georgia (eu), y cuyos integrantes también fungen como cuerdas principales de la Sinfónica de Augusta. Su repertorio incluye los ciclos completos de Haydn, Mozart, Beethoven y Brahms, entre otros, y programas estilísticamente diversos como “La evolución del cuarteto de cuerdas”, con obras de Schubert, Dvorak, Debussy, Bartok y Marsalis.
Esta agrupación ha estrenado composiciones de Michael Braz, de la Georgia Southern University, así como “By George!” y “Diamonds from the Duke” –que conmemoran las celebraciones por los 100 años de George Gershwin y de Duke Ellington–; “Bluescape”, un retrato de los artistas de blues famosos; “Statesboro blues”, de Blind Willie McTell, y “A spiritual fantasy”, de Michael Braz, compuesto en honor al 200 aniversario de la fundación de la Iglesia Bautista de Springfield, una de las primeras establecidas por los esclavos liberados.
Por otra parte, con un programa conformado por obras que van del barroco alemán hasta la música de Agustín Lara, pasando por las melodías folclóricas de Europa y un fragmento de la ópera Nabucco, de Verdi, el grupo musical Polonia ofreció una audición el 7 de junio. La presentación dio inicio con la Badinerie de la suite para flauta y cuerdas de Bach, continuó con dos piezas para oboe y cuerdas, dos obras con contrabajo solista, una más con trompeta barroca solista y dos fragmentos corales de Vivaldi y Verdi. En la segunda parte se escucharon Granada de Agustín Lara, cuatro piezas folclóricas europeas –entre ellas dos danzas húngaras de Johannes Brahms–, un fragmento de El carnaval de los animales, de Saint Saëns, y dos temas suramericanos de Juan Vicente Torrealba y Digno García. En el concierto participaron el flautista Rubén Flores –director de la Banda Sinfónica del Gobierno del Estado–, la oboísta Laura Baker, el contrabajista Andrzej Kalarus, el trompetista James Snapp, el violinista Míkhail Medvid, así como Jerzy Lemiszka en el fagot, Anna Maklakie-wicz en el violonchello y Alberto de la Rosa en el arpa.
De los eventos que se llevaron a cabo en el Instituto Superior de Música, comentario aparte merece la primera presentación en México de la versión para orquesta de cámara de Das Lied von der Erde, “La canción de la Tierra”, de Gustav Mahler, dirigida por Francisco Savín. Arnold Schoenberg realizó la versión para conjunto de cámara de esta obra. Aunque Mahler exige una orquesta de grandes proporciones para su interpretación, la subdivide en pequeños grupos y la partitura contiene una enorme cantidad de solos para diversos instrumentos. Son escasos los momentos de tutti, esto es, con la orquesta en pleno, de modo que la instrumentación de Schoenberg fue una importante aportación que nunca antes se había ejecutado en México.
Antes del concierto –en el que participaron el tenor Leonardo Villena y la soprano Encarnación Vázquez–, Guillermo Cuevas y Jorge Vázquez Pacheco presentaron el disco compacto que contiene la grabación de la Octava Sinfonía de Mahler, ejecutada por la OSX durante la sexta edición de Junio Musical. Esta producción, cuyo ingeniero de sonido fue Juan Echevarría, fue realizada con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Otras agrupaciones también encontraron un espacio en este foro, como el Ensamble Contemporáneo de Cámara, el cual, junto con Jesús Reyes López como músico invitado, interpretó obras de Gustavo Paleta, Igor Stravinsky, Claude Debussy, Jorge Arteaga, Sebastian Bach, Gordon Stout, Salvador Brotons, Francis Poulenc, Max Rairigh, Daniel Morín y Rodolfo Sánchez. Debido a que la octava edición del festival estuvo dedicada a la madera, este grupo también le rindió un homenaje bajo el título Xilosofía por siempre. El Ensamble Contemporáneo, que conforman Hugo Espinoza Proa, Daniel Morín, Leopoldo Monzón y Jorge Arteaga, surgió de la necesidad de buscar nuevos caminos en las inagotables posibilidades musicales del género que ejecutan.
A esta lista de grupos debemos sumar varios solistas que dieron muestra de su talento en el escenario del ism y que diversificaron con la ejecución de piezas para piano, violín, guitarra, chelo y fagot el evento musical. Ellos son Oscar Tarragó, Leopoldo Monzón, Alejandro Corona, José Arias, Adriana Díaz de León, Armando Merino, Jerzy Lemiszka, Isabel Ladrón de Guevara, Manuel Lozano, Nonna Nassidze, Inese Salacs, Farrista Tchibirova, Juan Manuel Solís y Tania Chávez, entre otros.

Notas de la guitarra en los foros de Junio Musical
A pesar del artificio, la madera seguirá siendo materia esencial de los instrumentos musicales, por ello fue el tema central del encuentro que reunió en Xalapa a miles de melómanos y a varios virtuosos que encuentran en la guitarra un medio para expresarse.
Paco Rentería, acompañado por su grupo Viento y arena, presentó su espectáculo Pasión, gracia y fuego, en el que con entrega y habilidad interpretó con su guitarra no sólo piezas escritas por él, sino también algunas composiciones de otros autores, que en conjunto trajeron un poco de España al escenario del Teatro del Estado: Aranjuez, Estocada, Tauromaquia, Malagueña, Eternidad, Piel de mujer y Mariachi, entre otras. Un reconocimiento especial merece el joven violinista Emmanuel Macías, ya que mostró un gran dominio de su instrumento y estableció hábilmente un diálogo con los demás músicos. Originario de Guadalajara, Paco Rentería ha combinado de manera original las bases del flamenco con elementos clásicos, árabes y latinoamericanos, con los cuales ha creado una variación que ha sido llamada rumba flamenca mundial. Su música ha sido escuchada en los escenarios más importantes del país y en otras partes del mundo, como Austria, Egipto, Japón, Canadá, Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Gracias al apoyo de la cancillería de Argentina en México, otro virtuoso guitarrista participó en el festival: Néstor Benito, quien fue alumno del célebre Narciso Yépez, integrante del grupo Los solistas de Buenos Aires, y para quienes han escrito obras autores como José Franchini y Eduardo Falú .
Néstor Benito mostró su técnica al interpretar la guitarra decacorde, que hizo parecer todo engañosamente sencillo, pese a la complejidad de las obras que tocó, representativas de la música argentina contemporánea. Inició con tres piezas que le dedicó Franchini: suite Las pampas, Danzas de la Tierra Roja y Melodía. Continuó con su correspondencia hacia este compositor Nocturno, Interiores y Danza, y con otras partituras de Antonio Luzzi, Fernando Bustamante y Saúl Consentido. Al final, el argentino que por primera vez se presentó en Xalapa ejecutó el Concierto en la luna, del pianista Osmar Maderna, destacado representante del tango “de la vieja guardia”.
El día 21 se presentó el Ensamble Clásico de Guitarras de Xalapa, cuyo director artístico es Rafael Jiménez. El programa estuvo integrado por composiciones y arreglos de Adei Berea, duetos de violoncello y guitarra originales (a cargo de Karla Jiménez y Rafael Ji-ménez) y arreglos de música francesa de piano a cuatro manos, con obras de Georges Bizet, Claude Debussy y Maurice Ravel. La mayor parte del repertorio incluyó piezas hechas ex profeso para esta agrupación creada en 1979 e integrada por Alfredo Sánchez, Juan Sebastián Miralda, José Luis Rosendo, Alfredo Macías y Manuel Hernández, quienes se formaron en la Facultad de Música de la uv y en el Estudio de Arte Guitarrístico de Manuel López Ramos. La violonchelista Karla Jiménez estudió en dicha facultad y posteriormente se incorporó a la Orquesta de la Facultad de Música.
En el Casino Xalapeño, otro ensamble de guitarras –que dirige Mauricio Hernández Monterrubio– interpretó una suite, de Henry Purcell; Gaviota y Preludio, de Manuel M. Ponce; Sonatango, de Julio César Oliva, y Paisaje cubano con rumba, de Leo Brower, así como Tres movimientos dinámicos, de Oliver Bensa, y México mágico, un conjunto de piezas tradicionales mexicanas con arreglos de Oliva. El Ensamble de Guitarras, cuyos integrantes son Mauricio Hernández, Ernesto Hernández Lunagómez, Isaac Cristal, Lakshmi Flores Chong y Enrique Celis Sánchez, fue fundado en 1997 bajo el auspicio de la sec. Sus programas incluyen composiciones originales para trío, cuarteto, quinteto y sexteto de guitarras, además de transcripciones de obras de cámara y arreglos de música popular escritos especialmente para este tipo de conjuntos.

Noches de jazz y blues en Xalapa
Sin duda, entre las actividades más concurridas destacan aquellas en las que se presentaron grupos y solistas que llevan el jazz y el blues en la sangre. Tal es el caso de Guillermo Cuevas, quien junto con Tlen Huicani ofreció una audición sui generis. Arpas, percusiones, bajo, guitarra, teclado y voz se fusionaron en la que no fue una presentación más, sino el resultado de las ganas de proponer algo diferente. El repertorio incluyó piezas escritas por Cuevas y Alberto de la Rosa, mismas que fueron interpretadas además por David Melgarejo, Jorge Colorado y Raúl Monge. Para Cuevas era importante que cada quien aportara lo que pudiera, quisiera y supiera en esta mezcla, convivencia y trabajo de cooperación. La idea es que se siga trabajando sobre tal línea, madurar el concepto y dar a conocer el resultado con músicos invitados.
En el Ágora del Ciudad se presentó el espectáculo Viva Brasil: Jazz entre Tres e invitados. La banda que dirige Adolfo Álvarez preparó un programa compuesto por obras de los precursores del jazz moderno, quienes se vieron influidos por la música brasileña, espe-cíficamente el bosanova, género que se gestó desde los cincuenta y en el que resaltan nombres como Tom Jobim, Vinicius de Moraes, Toquinho, Elis Regina, Joao y Astrud Gilberto. Junto con ellos, los jazzistas de Estados Unidos Stan Getz, Ron Carter y Klaus Ögerman, entre otros, produjeron un enorme impacto mundial que asentó sus reales desde entonces, cautivando a todos los públicos con sus ritmos afrolatinos y las audacias armónicas del jazz moderno. Los músicos invitados fueron Jacub Dedina (trombón), Rodrigo Álvarez (marimba y percusión), Claudia Rojas (percusión), Alci Rebolledo (guitarra eléctrica), Alicia Pacheco (voz) y Paulo Piña (voz y efectos).
El jazz también se escuchó a través del Cuarteto de Jorge Mabarak –quien ofreció un espectáculo que mezcla el jazz latino y la danza moderna flamenca con ritmos actuales, de fuerte influencia africana– y del grupo Astillero, el cual presentó las canciones incluidas en su más reciente disco Tequio (trabajo, en náhuatl). A lo largo de los años, esta banda, que mezcla la música tradicional mexicana con el jazz, ha tenido diferentes miembros, pero actualmente el grupo está formado por Remi Álvarez (saxofones, flauta y percusiones), Santiago Derbez (piano y percusiones), Alejandro Pérez-Sáez (bajo y percusiones) y Pablo Anguiano (batería y percusiones).
En la bitácora de Junio Musical, además quedaron registradas las noches de blues que regalaron al público la cantante y compositora Silvina Tabbush –originaria de Rosario, Argentina, quien también interpretó tangos– y la ya legendaria banda Real de Catorce, que trajo a cerca de 1 300 asistentes los ecos de su más reciente álbum Voy a morir, pero también de algunas canciones ya clásicas como Azul. Así pues, José Cruz, Julio Zea, Salvador Arceo y Fernando Ábrego, músicos curtidos por la vida y el tiempo, que a lo largo de tres lustros han ido cosechando el alma de nuevas generaciones, sedujeron a hombres y mujeres por igual al ritmo de blues.
Real de Catorce es uno de los mejores grupos de nuestro país y Latinoa-mérica. Fue creado en 1985, y desde entonces ha ofrecido conciertos en importantes foros, entre ellos el Buddy Guy’s Legends de Chicago, donde han tocado músicos de la talla de Eric Clapton, Otis Rush y Son Seals, y festivales como el Cervantino. En 1987, hizo una gira por Moscú, Leningrado, Vilnius y Riga.

Encuentro con la expresión musical de otras culturas
A lo largo de ocho ediciones, Junio Musical ha logrado reunir a numerosos grupos y artistas de diferentes lugares del mundo, quienes lo han convertido en un encuentro internacional. Este año, participantes de Japón, Portugal, Argentina, Estados Unidos, Polonia y países africanos, entre otros, trajeron a Xalapa una parte de su cultura, como Helena Pata, cantante lusitana que, acompañada por los guitarristas José Juan Viveros, Manuel Guarneros y Ernesto González, presentó dos recitales de fado, canto popular portugués que se caracteriza por su sentimiento expresivo de melancolía. Helena Pata realizó sus estudios en la Academia Amadores de Música, en Lisboa. Se ha dedicado principalmente al canto clásico y ha formado parte de diversos grupos artísticos. Asimismo, como solista ha colaborado con varias orquestas sinfónicas. Desde 1997 se dedica a la divulgación del fado y en 2001 presentó su disco Canto de Portugal.
Kairaba también dio una muestra de la riqueza musical y dancística que tienen los pueblos africanos. Percusionistas y bailarinas festejaron la buena cosecha con Banyala; las fiestas de Guinea con Nillo; la fuerza del hombre con Dun-Dun-Ba y Mansaal y bodjan; el paso de la adolescencia a la edad adulta con Ngansunden y los bautizos y bodas con Nguloo y Buguerebu: música, danza y rito en una sola celebración. El grupo, que surgió en 1996, está actualmente conformado por artistas originarios de Senegal, Guinea, Mali y Costa de Marfil que radican en México –Amadou Gueye, Ibrahima Ndiaye, Hubert Diedhiou, Sountou Conte y Jonathan Kano– y por las bailarinas María Aparecida, Nadia Salazar y Araceli Romero.
Vale destacar también el concierto Fantasía oriental que presentaron los artistas japoneses Tamiko Asai y Rieko Tsuji (koto), Jotaro Yoshimura (percusiones), Masako Masunaga (arpa) y Mariko Hoashi (voz). En el repertorio se incluyó música tradicional y contemporánea japonesa, pero también piezas uruguayas para arpa e, incluso, el Cielito lindo.
En la audición, Asai fusionó armó-nicamente las notas del koto –instrumento tradicional de 13 cuerdas creado hace más de 600 años– con las del arpa, interpretadas por Masunaga, joven virtuosa que también ha tomado clases con Alberto de la Rosa, director de Tlen Huicani.
Con mayor madurez interpretativa, la Orquesta Sinfónica Juvenil, dirigida por Antonio Tornero, acompañó a un quinteto encabezado por Gonzalo Romeu, que ejecutó una serie de danzones, cuya orquestación es de este músico cubano de completa formación y larga trayectoria, ya que no sólo ha realizado estudios en importantes conservatorios como el Amadeo Roldán de La Habana o el Chaikovski de Moscú, sino que además ha sido director de orquesta en su país y en Europa. Danzón número 2, Mojito criollo, La flauta mágica, Palmeras cubanas, Teléfono a larga distancia, Rigolettito, Fefita, La Gioconda, Linda cubana, Perla marina, Almendra, Cuba mía, Nereidas y El clarín de la selva fueron las piezas que conformaron el programa de este concierto dedicado al danzón, cuyos orígenes se ubican en la country dance inglesa.
Por su parte, el peruano Douglas Tarnawiecki, más su grupo Itinerantes, ofreció ante 500 espectadores el espectáculo Mundos, fusión de ritmos y resultado de un trabajo de investigación y creatividad musicales, que lo mismo emplea escalas del Medio Oriente y la tabla hindú, que son cubano y flamenco con estilo de jazz. En esta mezcla combina las notas de instrumentos ancestrales, como el berimbau, la ka-limba y las ocarinas, con saxofones y piano, o ritmos del Senegal y el festejo peruano con la música contemporánea, con lo cual demuestra que lenguajes aparentemente diferentes pueden comunicarse y entenderse entre sí. Tarnawiecki radica en México desde 1988. Es compositor, toca piano, sinte-tizadores y algunas percusiones, y es director fundador del grupo Itinerantes, conformado por Marco Miranda, Mariano Andrade y Francisco Bringas.

En el marco del festival presentaron cuatro obras de teatro
Junio Musical no sólo es un encuentro de música, sino también un festival que integra otras manifestaciones artísticas como el teatro, la plástica, el cine y la danza. Durante esta edición, el programa general incluyó cuatro puestas en escena: Los negros, Bellas atroces, El que dijo sí y el que dijo no, y Acá de este lado, dirigidas por José Luis Cruz, Anna Francis Mor, Abraham Oceransky y Ramiro Sorcia, respectivamente.
En Los negros (1955), una de las obras más controvertidas de Jean Genet, se representa a manera de ceremonia la violación de una mujer blanca a manos de un negro y es una muestra del “teatro del odio” con el que Genet buscó escandalizar e involucrar a un público que no tiene más remedio que reconocer su complicidad e hipocresía. Para su director, la obra está pensada como un concierto de jazz, donde los negros están improvisando y creando atmósferas que son reflejo de realidades ocultas. “Es atemporal, pero se inscribe en las grandes ciudades posmodernas, donde los negros y minorías étnicas son relegadas”.
La puesta, en la que participaron destacados actores como Ernesto Yáñez, Sergio Acosta, Javier Escobar, Muriel Fouilland, Guillermo Henry y Julia Marichal, tiene una estructura compleja; no obstante, son claras las intenciones del autor de reivindicar la cultura negra y denunciar el racismo.
La segunda obra, escrita por Elena Guiochíns, estuvo protagonizada por Vanessa Ciangherotti, María Renée Prudencio, Cecilia Sotres y Marisa Rubio, quienes por espacio de dos horas hicieron reír y reflexionar al público que abarrotó la Sala Grande del Teatro del Estado. Tal situación era de esperarse, ya que Bellas atroces ha despertado el interés, la curiosidad y seguramente el morbo, quizá porque se centra en el tema lésbico. La historia es un viaje por el tiempo durante el cual la homosexualidad femenina ha sido objeto de análisis, repudio, comprensión, definición y autoaceptación, pero de todos estos, el rechazo es el que se ha impuesto. De hecho, desde la época victoriana hasta los tiempos modernos, la mujer que ama a otra ha sido vista como un ser extraño, diferente e incluso enfermo. Además de la exclusión y del desprecio que enfrentan las les-bianas, en Bellas atroces se habla de la mujer que no siente culpa de ser quien es, de aquella que explora en su interior para alcanzar la dicha a la que tiene derecho, de aquella que está en busca de su libertad.
“¡Paren esa masacre, por favor!”, demandaron los personajes de El que dijo sí y el que dijo no, adaptación libre de Bertolt Brecht que, a pesar de las situaciones chuscas del inicio, es una denuncia sobre las más de 300 mujeres asesinadas impunemente en Ciudad Juárez.
Gritos y sollozos, ahogados por la indiferencia, la intolerancia, la corrupción y la injusticia, fueron la tónica de la puesta en escena interpretada por la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana (Orteuv). Los ecos llegan poco a poco, rumores y voces lejanas se escuchan en las calles, se habla en corridos de mujeres que desaparecen de las plantas maquiladoras, todas con características similares: pelo largo, tez morena, jóvenes y de escasos recursos, que son encontradas muertas en el desierto, mancilladas. Nadie sabe quién las mató ni por qué, a pesar de las múltiples líneas de investigación que llevan a ningún lado. Además son representados los últimos momentos de vida de una joven, quien, tras ser drogada, golpeada, violada y estrangulada, es arrojada a las arenas del desierto. Después reaparece para clamar justicia: “¡Búscame!”, demanda suplicante al público la mujer desnuda. Para cerrar el círculo, un padre que no encuentra a su hija se inmola frente a un sordo gobernador que no respondió a su petición.

A través de la plástica rinden homenaje a la madera
Aunque el magno evento organizado por la uv esté dedicado en gran parte a la música, no se puede hacer a un lado la aportación de los artistas plásticos, quienes también aceptaron rendirle un homenaje a la madera.
Instalación, escultura, fotografía, collage, cerámica, pintura y grabado de 30 artistas radicados en Xalapa compartieron espacio en la muestra Toco madera, que se inauguró en la Galería de Arte Contemporáneo y se sumó al cúmulo de actividades del Festival Junio Musical. Para el fotógrafo Miguel Fematt, la exposición, cuyo curador fue Javier Puchetta, director del Instituto de Artes Plásticas, fue la expresión de una actitud desinteresada y de colaboración con la comunidad musical, y es que ante la convocatoria los participantes respondieron de manera inmediata. Gracias a ello se concretó la colectiva, variada en disciplinas, técnicas, estilos, formatos y contenidos, pero con un denominador común: la madera.
Aparte de las personas mencionadas, en la muestra participaron Roberto Rodríguez, Manuel Velásquez, Riuchi Yahagi, Miguel Ángel Acosta, Leonor Anaya, Per Anderson, Alfredo Ayala, así como Rosalinda Band, Adalberto Bonilla, Salvador Cruzado, Jesús Chan, Manuel González, Marconi Landa y Robin Matus. A esta lista se sumaron Pepe Maya, Adrián Mendieta, Félix Mennier, Milena Milosevic, José Manuel Morelos, Elsa Navega e Iliana Pamanes; además de Miguel Ángel Quijada, Vinicio Reyes, Leticia Tarragó, Carlos Torralba, Uros Uscebrka, Fernando Vilchis y Kaito Yasoshima.
Bajo el nombre Tierra de diosas, el escultor Roberto Rodríguez mostró una colección de obras talladas en madera, en la galería del Museo de Antropología de Xalapa. Para su elaboración, el autor retomó elementos de las civilizaciones prehispánicas fundadas en el estado de Veracruz, por lo que la exposición –que incluyó nueve diosas ataviadas con piezas ornamentales e, incluso, con instrumentos musicales– fue una especie de homenaje a las culturas olmeca, totonaca y huasteca.
Murmullo de los árboles en silencio es el título de la exposición escultórica que presentaron Masaru Goji y sus alumnos de los Talleres Libres de Artes Plásticas de la uv en Papantla. La colectiva incluyó esculturas de Adán Parra, Jesús Morgado, Benjamín García, Eusebio Hernández, Javier Mendoza, Víctor Velásquez, Guillermo Quesada, Rubén Solís, José Luis Moncayo, Roberto Sánchez, José González, Elías Her-nández, Carlos Espejo y del propio Goji. La idea de montar Murmullo de los árboles en silencio surgió hace dos años, cuando Goji presentó en Japón una exposición de sus alumnos papantecos. En la muestra colaboraron 11 de sus alumnos –ocho de ellos son sordomudos y sus edades fluctúan entre los 10 y los 50 años–, quienes asisten al taller fundado por Goji desde hace dos décadas.
Otra de las actividades que es necesario resaltar es el encuentro Música, madera y laudería, que reunió, gracias a la iniciativa de Arael Landa, a 20 participantes, entre ellos Octavio Aranda (arquetero fundador del Taller de Laudería de nuestra casa de estudios), Nahum Landa, Lourdes Ochoa, Anastasio Utrera, Antonio Delgado, Ricardo Herrera, Martha Cobos y Jorge Vázquez.
Esta exposición interactiva fue una oportunidad para conocer parte del proceso de la laudería, a sus creadores y los tipos de instrumentos que elaboran, como el urucúngolo, creado por Gibrán Cervantes con seis arcos musicales que se suspenden de una estructura de bambú y que tienen una cuerda con afinación diferente.
Durante esta actividad, los lauderos que trabajan en Xalapa –muchos egresados de la escuela de Cremona, Italia– y algunos aprendices mostraron la nobleza de su oficio, que se ubica justo detrás del telón y de los músicos. En ella también participaron Jorge Vázquez, Claudia Cao, Antonio Carrera, Camilo Abrines y Jonatan Flores, Lorena Beverido, además de Mario Jácome Virginia Scorza, Daniel Estrada, Iván Rísquez y Ricardo Pérez.

Con el espectáculo de Astrid Haddad culminó el Festival Junio Musical
Tras casi un mes de recitales, conciertos, exposiciones y puestas en escena, Junio Musical 2003 concluyó con un espectáculo no menos intenso presentado por la cantante Astrid Hadad, quien sedujo al público que abarrotó la Sala Grande del Teatro del Estado.
Tras ser anunciada como la “Madre Teresa” de la canción ranchera, la Edith Piaff de Chetumal, “La Sucia” o “La Jamona”, Hadad inició su presentación con El último trago y La mesera. Entre canción y canción dio testimonio de su sentido crítico acompañado por una picardía inteligente, así como de su creatividad para presentar vestuario y elementos escenográficos ingeniosos y extravagantes.
Con la intención de exponer la realidad sociopolítica del mundo actual, interpretó La cuchilla y La mensa; para esta última pieza, la autodenominada monja azteca se caracterizó de china poblana lether con un estilo chic violento. De Sergio Magaña, y montada en un caballo de madera rojo con crines lilas, cantó El charro morado, tema que relata el amor que encontró una mujer en su viril caballo, pero la historia termina en tragedia. Asimismo, ataviada con zapatos de brillantina roja y espuelas, más su falda guadalupana interpretó “La tequilera”, pues no podía faltar un toque del peculiar estilo creado por la cantante: el Heavy nopal.
El espectáculo La cuchilla también incluyó temas como La muerte chiquita de Café Tacuba, canción dedicado a las mujeres de Juchitán y a los libertinos franceses del siglo xix ; Mujer ladina, cuadro campirano inspirado en el lago de Xochimilco y sus chinanpas, además de No quiero que me olvides, La mala y El calcetín.