permanente. Museografía para la Sala Higueras del Museo de Antropología de Xalapa”.
La mención fue entregada en el Museo Nacional de Antropología e Historia, en la ciudad de México, el 19 de diciembre de 2002, por la presidenta del Conaculta, Sari Bermúdez, y por el director del inah, Sergio Raúl Arroyo.
El proyecto de la Sala Higueras, que ahora puede ser apreciado en el max, fue escrito por Rubén Morante con información de Juan Bonilla. Por su parte, Karina Huerta realizó el catálogo que muestra los fragmentos de los murales encontrados en la zona de Higueras, cerca de la desembocadura del río Nautla. Lo que ahora queda como zona arqueológica fue construido entre las postrimerías del periodo Clásico y el inicio del Posclásico, esto es, entre 700 y 1000 años de nuestra era.
De 1968 a 1973, arqueólogos de la Universidad Veracruzana iniciaron trabajos de investigación, rescate y restauración en la misma zona arqueológica. En aquellos años recuperaron más de 180 fragmentos de pintura que, una vez estudiados por el inah, quedaron bajo la custodia del max.
En 1999 comenzó el proyecto de Higueras, que consistió en seleccionar los mejores fragmentos para colocarlos en la sala. La elección estuvo basada en el buen estado de las piezas y en la aportación que pudieran hacer en la reconstrucción de los murales que resguardan la historia de civilizaciones muy antiguas.
De acuerdo con Rubén Morante, todavía no se puede identificar con exactitud la cultura que dejó su huella en Higueras, ya que –según estudios– la lengua que en ese entonces se utilizaba no correspondía al totonaco. Sin embargo, debido a la observación y comparación de los gráficos, se puede suponer que pertenece a la cultura maya.
El proyecto que se hizo acreedor a un reconocimiento nacional se expuso en el museo, por lo que fue visto por más de 6 000 visitantes de 30 países, a quienes se les pidió que opinaran acerca de la sala y sobre la pertinencia de presentar exposiciones de este tipo de manera permanente.
El resultado, comentó el director del museo, fue halagador porque en las 500 opiniones vertidas no hubo muestras de desagrado, y sí de felicitación. En aquella ocasión se reconstruyó sólo una esquina del templo que en sus paredes contiene los murales; ahora ya podemos ver la reconstrucción de la base del templo con todas las piezas originales.