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Nuestro
artista invitado
Las maquinaciones de lo
ilusorio, obra de István Orosz
Vinicio
Reyes
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Nacido
en la ciudad de Kecskemét, Hungría, este autor, que
goza de total reconocimiento en el ámbito mundial gracias a
su talento y calidad artística, es conocido por la singular
habilidad que posee en el tratamiento de sus temáticas, cargadas
de intensidad surrealista, a las que es imposible sustraerse y evitar
la sensación de quedarnos sin un soporte, hundiéndonos
ante lo que intentamos interpretar.
Y es que, dada su capacidad de dibujante que nos remite de manera
inmediata al virtuosismo de los grandes clásicos, basada
en un profundo conocimiento de la perspectiva y en sus posibilidades
para desarrollar ilusiones ópticas o trampas visuales
al ojo y al cerebro, sus imágenes nos enfrentan a una serie
de entredichos, al modo habitual de concebir el mundo a nuestro alrededor,
a los modelos que nos hemos formado de las cosas. Maestro en el juego
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de
las ambivalencias percep-tivas, Orosz cuestiona las posibilidades
de nuestros juicios.
Es por ello que el cartel, considerado como un documento que basa
su efectividad en la objetivación de sus contenidos para asegurar
que el mensaje llegue de manera directa al registro del espectador,
en las manos de este creador se trueca en una especie de espejos y
laberintos que exige de toda nuestra atención analítica
y sensitiva.
Esta inclinación por el uso de las metáforas mediante
el lenguaje plástico llevó a Orosz a desarrollar, tal
vez como ningún otro artista, las imágenes anamórficas,
consideradas como aquellas que se basan en la distorsión de
la perspectiva y requieren para lograr ser apreciadas que el observador
se ubique en un determinado punto. Otro aspecto evidente en sus trabajos
se emparenta con el término francés Trompe-loeil,
relacionado con las falacias espaciales o engaños de nuestra
visión, fenómenos que caracterizan gran parte de la
obra del holandés Escher, cuya influencia reconoce Orosz
ha sido determinante en su formación.
Ejemplo del primer caso son algunos dibujos del autor húngaro
manipulados de tal manera que, aparentemente inteligibles, se reconocen
al ser proyectados sobre una superficie curva.
En tanto, el segundo es ejem-plificado con imágenes constituidas
con una superficie bidimensional que nos dan una sensación
de relieves o esculturas, o la creación de fotografías
a partir de objetos estructurados ingeniosamente y que ante nuestros
ojos parecen imposibles.
Ya algunos estudiosos han comentado sobre la característica
de dualidad que aparece en la obra y la personalidad de este artista,
que parece manejar con finísimos grados de ironía planteamientos
de agudo sentido en sus imágenes, como el haberse representado
en uno de sus carteles partiéndose en dos. En lo que parece
el otro extremo, o acaso el fondo en el que se develan estos desplantes
visuales, emerge un artista con serios intereses por indagar en las
condiciones de su naturaleza y la multiplicidad de interpretaciones,
de significados, de apariencias, que caracterizan un mundo que pareciera
ilusorio, indiferente.
En medio de estos contrastes, permea un ambiente de lirismo poético,
contemplativo, de una imaginación desbordada que trastoca cada
objeto que observa cuidadosamente, estableciendo relaciones poco usuales
entre los elementos que aparecen en sus cuadros. Mundo que en principio
se nos hace inasequible, pero frente al que inexorablemente terminamos
cautivos, como ante la visión de un sueño. Viene al
caso mencionar a Bruno Ernst, quien en su libro El Espejo Mágico,
dedicado a Escher, se pregunta sobre el cuadro La Voz de la
Sangre, de Magritte: ¿Qué hacer con un cuadro
así? O mejor dicho: ¿Qué hace un cuadro semejante
con nosotros? No puede ser más absurdo, y sin embargo resulta
encantador.
István es también realizador de películas de
animación, pintor y diseñador de escenografías
para teatro. Sus cortometrajes son preocupados planteamientos, reflexiones
filosóficas en sorprendentes imágenes sobre el drama
de la soledad en la que se ve inmerso el hombre y la incertidumbre
de su existir ante las continuas guerras y la violencia. |
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