Una
sombra que pasa, novela editada por Plaza & Janés en
colaboración con la Universidad Veracruzana, es el resultado
de una labor literaria que su autor, Jaime Turrent, describe, más
que como el principio o el final de un proyecto, como la continuidad
natural y fluida de su trabajo, evolución que consiste precisamente
en hacer siempre algo nuevo y original.
Presentada el 9 de julio en el auditorio de El Ágora de la
Ciudad, la novela de Turrent espera las críticas de quienes
saben de letras, mismas que no han tardado en surgir, ya que muchos,
según el escritor, opinan que su obra anterior, La eterna
noche del desconsuelo, es lo mejor que ha hecho. Sin embargo, las
comparaciones no lo asustan: "Uno no se puede pasar repitiendo
fórmulas que funcionaron".
Con una estructura fragmentada, la novela maneja diferentes tipos
de lenguajes e incluye distintos monólogos, cuyos emisores
no son personajes tradicionales. "Es una especie de novela
confesional, pero actual", dijo su autor.
Sobre su trabajo anterior señaló que existen constantes
que el lector bien puede identificar: persecución policíaca,
presencia de antipersonajes, sexo, violencia, pasión, la
inmediatez de la muerte y la rebeldía, entre otras. "Pienso
que actualmente ya no se pueden escribir novelas temáticas,
no se puede escribir sólo sobre la verdad o la mentira. Hay
que escribir la forma en que la verdadera trama de una novela sea
la tensión que existe entre verdad y mentira".
Jaime Turrent al escribir un texto nunca piensa en que haya un lector
ideal. Su primer impulso es hacer una novela que a él le
gustaría leer, con características especiales, "y
entonces la escribo porque no existe, eso es como darle a la novela
originalidad".
Ahora que ve concluida una etapa de su trabajo literario, Jaime
Turrent quiere entrar en otro periodo durante el cual desea leer,
reflexionar, alimentarse y retroalimentarse por medio de la lectura
y la vida. "En mi camino no existe ni final ni principio: hay
que continuar".
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