Julio-Agosto 2002, Nueva época No. 55-56 Xalapa • Veracruz • México
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A través de talleres de artes
Alumnos apoyan la creatividad
de niños de escasos recursos

Gina Sotelo

No sólo en las grandes ciudades hay niños a quienes una vida de trabajo y carencias los ha convertido en pequeños adultos. Benito, Mauricio, Agustín, Diego, Leticia, Maximiliano y Félix son algunos pequeños que viven en la comunidad de Coyopolan, municipio de Ixhuacán de los Reyes. Ellos y otros infantes representan una fuente de ingresos para sus familias. Se dedican a la agricultura, a cuidar a sus hermanos menores y a las labores domésticas. Pocas veces les queda tiempo para divertirse, menos aún para desarrollar sus habilidades y creatividad.
Al conocer tales carencias, desde octubre de 2001, Rosa Evit Zamora, Iván Jácome y Rosario Guzmán, egresados de la Facultad de Artes Plásticas (FAP) de la Universidad Veracruzana, han convivido con los niños de Coyopolan. Gracias a su trabajo, en este último periodo, entre 40 y 70 niños pudieron cursar talleres de teatro, dibujo, pintura y escultura que formaron parte del proyecto "Expresión de las artes plásticas en la cultura popular".
Durante ese lapso, además de sensibilizarlos en la creación artística, pudieron entablar una relación de amistad y crecimiento mutuo que ha rendido frutos. Uno de los resultados de la labor que se ha realizado con los niños fue la expoventa de sus trabajos, en la que se incluyeron autorretratos, paisajes y collages, entre otros. El dinero recaudado fue utilizado para comprar a los niños artículos personales, como zapatos y ropa.
Para Rosario Guzmán, el trabajo efectuado en Coyopolan constituyó una forma de hacer valer algunos derechos de los niños, quienes deben ser educados y apoyados para desplegar su talento e imaginación a través de diversas actividades como las artísticas.
Además, este tipo de prácticas divertidas, entretenidas y formativas ayudan a los infantes a relajarse y dejar a un lado sus precoces obligaciones. Su relación con ellos, expresó, fue muy gratificante: "Trabajamos con alumnos de tres hasta 13 años. Aprendimos mucho y la mejor remuneración fue recibir su afecto y ver expuestos sus trabajos".
A pesar de las carencias, opinó Iván Jácome, los pequeños habitantes de las zonas rurales pueden comunicarse a través del arte de una manera más sencilla que los de la ciudad, porque están menos deformados visualmente. Dijo que la experiencia en general fue muy enriquecedora y los resultados fueron fabulosos, por lo que espera que la comunidad universitaria tome en cuenta esta labor para emprender nuevos proyector a favor de los que más necesitan.
Rosa Evit Zamora nunca había trabajado con niños de comunidades rurales, por ello sus vivencias en Coyopolan estuvieron llenas sorpresas. En principio encontró mucha voluntad y entusiasmo que contrastan con las carencias de la gente, al tiempo que descubrió una gran sinceridad que ayuda a establecer buenas relaciones tanto de trabajo como de amistad.
"En esos lugares, cualquier material que le proporciones al niño -como crayolas o pinturas rotas- les funciona, no les importa si es nuevo o no porque están más bien ávidos de aprender, de divertirse, de conocer cosas nuevas, incluso de recibir un poco de atención"
A la expoventa acudieron funcionarios de la UV y otros universitarios, quienes adquirieron algún trabajo de los menores. Posteriormente, se ofreció en la explanada de rectoría una fiesta para los niños expositores que se trasladaron desde su comunidad con el fin de participar en un evento tan importante para ellos.