Enero-Marzo 2006, Nueva época No. 97 Xalapa • Veracruz • México
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Identidad, comunidad y multiculturalidad,
temas centrales de la filosofía mexicana
Alma Espinosa, Fernanda Melchor y Juan Carlos Plata

“La universidad pública es el factor fundamental del proceso de crecimiento y desarrollo económico de México”, dijo
Identidad, comunidad y multiculturalidad son tres de los temas fundamentales que se han tratado en la filosofía mexicana moderna, aunque la disciplina en el México actual es, sin duda, más amplia y más compleja, señaló Luis Villoro durante el Encuentro Nacional de Filosofía, llevado a cabo del 23 de febrero al 3 de marzo, en la Unidad de Humanidades, en el marco del 50 aniversario de la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV).

La filosofía mexicana moderna goza de muy buena salud y es ya parte de las corrientes filosóficas mundiales, afirmó Luis Villoro.
Explicó que “la filosofía mexicana moderna goza de muy buena salud y es ya parte de las corrientes filosóficas mundiales, entre ellas la filosofía analítica, la fenomenología, el neokantismo, el marxismo y la hermenéutica. En todas estas corrientes se tratan problemas universales de la filosofía, pero es importante tener una visión particular, de acuerdo con nuestra circunstancia propia”.

Sin dejar de tratar temas universales, dijo, la filosofía mexicana del siglo XX se presenta como una perspectiva específica, con un enfoque particular, en la que los temas se tratan desde una perspectiva propia y, al estar vinculados a la circunstancia nacional, se ven como una faceta específica de la filosofía en nuestro país “Samuel Ramos –que puede ser considerado el iniciador en México de dicha disciplina en el siglo XX–, Emilio Uranga, Jorge Portilla y Leopoldo Zea, con sus conceptos sobre la identidad, la dependencia, la minimización de los valores y la rebeldía, forjaron el estudio del concepto filosófico de la identidad con una visión totalmente mexicana”, comentó Villoro.

El concepto de comunidad, fundamentado en los pueblos indígenas, agregó, es lo que nos opone a la filosofía occidental moderna; por tanto, ha tenido una fuerte presencia en los estudios realizados por el propio Villoro, el marxista Adolfo Sánchez Vásquez y Enrique Dussel. “Sánchez Vásquez se orienta por una conjunción entre el deber ser y la realidad social, la ética y una concepción social de la historia; por su parte, la filosofía latinoamericana de la liberación de Enrique Dussel pretende expresar válidamente la razón del otro, del indio asesinado, del esclavo africano reducido a mercancía, de la mujer objeto sexual y del niño dominado pedagógicamente”.

Y una ética social, continuó, alcanza mayor altura en el ejercicio de la comunidad y ésta es el valor primordial de los pueblos indígenas de los que también descendemos. En cambio, la sociedad individualista es la sociedad universal del capitalismo moderno, la que hemos heredado, la que omite toda consideración de la comunidad.

El Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía, en 1986, comentó que México se da en la confluencia de varias culturas, entonces, nuestra filosofía no puede ser ajena a este hecho y en ella el reconocimiento de la multiculturalidad tiene un espacio preponderante. Sin embargo, en el siglo XIX, la filosofía mexicana pretendió prescindir de esa realidad por la influencia del liberalismo imperante. De hecho, actualmente, mientras en Canadá y España la multiculturalidad es un hecho, en México se ha encontrado frente a grandes obstáculos.

Por otra parte, el conferencista expresó que el pensamiento filosófico suele acotarse a una época –la modernidad– y a una región –el Occidente–. Por ello, la filosofía prehispánica y las profundas reflexiones filosóficas del hinduismo, entre otras, han quedado ignoradas totalmente en el Occidente moderno. “Con la instauración de la República prevaleció el liberalismo y el positivismo; la actual filosofía se presentó ligada al existencialismo de Antonio Caso, al hispanismo de Vasconcelos e, incluso, al anarquismo de los hermanos Flores Magón. Todas ellas, por diversas que fueran, eran expresiones de una filosofía occidental moderna”.

La filosofía actual occidental es, sin duda, la que se cultiva con frutos en facultades e institutos. “En la filosofía mexicana estamos lejos ya de la época en la que, después de la Revolución, los problemas filosóficos podían expresarse a través de un lenguaje emotivo y sin suficiente justificación crítica como sucedía con Antonio Caso y Vasconcelos”, reconoció al final de su intervención Luis Villoro.

UV encabeza didáctica de la Lógica en el ámbito mundial
A través de los talleres de su Modelo Educativo Integral Flexible (MEIF), la Universidad Veracruzana es pionera mundial en la didáctica de la Lógica, aseguró Raymundo Morado, miembro fundador de la Academia Mexicana de la Lógica (AML) y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

En el Auditorio de Humanidades, afirmó que “la UV tiene una larga tradición en la enseñanza del pensamiento lógico. Incluso, podríamos decir que encabeza, en el ámbito mundial, toda una serie de proyectos de investigación que giran alrededor de la didáctica de la Lógica, a través de los talleres de pensamiento crítico y creativo del MEIF que esta institución ha adoptado en gran parte de sus facultades. Por ello, tenemos mucho que agradecerle a la Facultad”.

En un análisis sobre el panorama de esta rama de la filosofía aplicada, del siglo XVI a la fecha, Morado comentó que la disciplina fue considerada en México como una actividad “reaccionaria y oscurantista” hasta finales de los años treinta, cuando este campo fue alimentado por expertos que llegaron al país huyendo de varias guerras en Europa, época en la que aparece la filosofía profesional.

“Sin embargo, estos filósofos no trajeron la Lógica ni su didáctica, las cuales fueron rechazadas durante siglos en este país hasta los años sesenta”, dijo, sino que el interés por esta disciplina surgió gracias al desarrollo de las ciencias, sobre todo de las matemáticas.

Ahora, el interés por la Lógica está “resucitando”, agregó; no obstante, los esfuerzos disciplinarios y académicos que se interesan en la enseñanza de esta rama de la filosofía son “pocos, aislados e insuficientes”. A la fecha, lo que ha predominado en el panorama mundial son los manuales tradicionales de Lógica (“muy aburridos y rígidos para los jóvenes”) y los estudios, con poca claridad en sus objetivos, dedicados principalmente a su aplicación en las matemáticas y la informática.

Por último, Raymundo Morado describió las acciones realizadas por la Universidad Veracruzana relacionadas con la didáctica de la Lógica, entre ellas los cursos de Habilidades del Pensamiento y Redacción para filósofos que, en 1999, se convirtieron en el Taller de Habilidades del Pensamiento Crítico y Creativo del MEIF, lo que constituyó el primer curso formal, en el ámbito internacional, de la didáctica de dicha disciplina.

Analiza Beuchot el papel de la ontología en México
Por otra parte, Mauricio Beuchot Puentes, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, ofreció la conferencia titulada “Hermenéutica y ontología para México”, donde habló del regreso de la ontología en las universidades mexicanas.

La ontología es el estudio del ente en cuanto a tal. Por ello, es llamada la teoría del ser, es decir, el estudio de las cosas: qué es, cómo es y cómo es posible. La ontología también se ocupa de establecer las categorías fundamentales o modos generales de ser de las cosas.

Desde la Edad Moderna y después de la muerte de Hegel, la ontología se ha planteado qué posibilidades tiene el conocimiento humano para conocer lo que son las cosas. Posteriormente, la afirmación de la imposibilidad del hombre para conocer lo que las cosas son en sí mismas supuso el fin de la evolución de la ontología como ciencia de las ciencias, y se impuso una dura crítica a la abstracción vacía y metafísica, calificativo que muchos filósofos le dieron.

Entre otros temas, Beuchot Puentes describió el desarrollo de esta rama de la filosofía a través de sus principales exponentes y críticos: Friedrich Nietzsche, Arthur Schopenhauer, Martin Heidegger, Gottfried Leibniz, Charles Sanders Peirce y Paul Ricoeur. También repasó a los diversos autores mexicanos que se han ocupado recientemente del estudio de los seres, como Luis Santiago Hervóz, Jesús Conil, Juliana González y María Rosa Mayoral, quienes, inspirados en la filosofía, han intentado reconstruir sus objetos de reflexión o de analizarlos a la luz de este siglo.

Urge llevar la filosofía fuera de universidades
En la ponencia “Retos de las Facultades de Filosofía en un mundo globalizado”, Griselda Gutiérrez Castañeda, profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que “la academización de la filosofía ha provocado que ésta sea un tema de especialistas, que se cultiva únicamente dentro de los muros universitarios y, por ende, que tenga poca proyección”.

Señaló que, a pesar de que esta disciplina no siempre estuvo dentro de las instituciones educativas, la historia moderna y contemporánea la ha ubicado en este contexto. Y es que una de las tendencias que se ha dejado transcurrir y que ha hecho mucho daño es, precisamente, la academización, misma que no permite que la filosofía tenga trascendencia en espacios extra universitarios: “Hay muchos temas que nos inquietan y nos importan en los ámbitos social, político y cultural, pero quienes hablan frecuentemente acerca de ellos son los opinadores”.

El problema, explicó, es que estas personas, en la mayoría de los casos, no tienen formación, respaldo reflexivo ni producción investigativa para imponer sus opiniones. Precisamente, los espacios que ellos ocupan, “son los que hemos dejado vacíos, pues muchos de nosotros estaríamos en posibilidades de darle presencia a nuestra disciplina y, en determinado momento, construir liderazgos, incidir a nivel de la discusión y, por qué no, contribuir a la formulación de políticas públicas”.

La autora del libro Democracia y luchas de género: la construcción de un nuevo campo teórico y político afirmó que los filósofos tienen múltiples maneras, sin dejar de ser académicos, de vincularse no sólo con los medios de comunicación, sino también con el sector público u otras instancias de organización civil. “Necesitamos hacer presencia y mostrar cuán relevantes siguen siendo las reflexiones filosóficas.
Además, mediante nuevas estrategias de conocimiento, como el diálogo con otras disciplinas, podemos atacar problemas que son muy importantes y en los que una perspectiva filosófica puede ser muy prudente y oportuna para redimensionar el significado, la gravedad del problema y su solución”, reconoció la especialista en filosofía clásica y contemporánea.

Cabe señalar que el Encuentro Nacional de Filosofía reunió, además de a los ponentes mencionados, a filósofos, académicos y estudiantes de todo el país, quienes presidieron o asistieron como público a la serie de conferencias en torno a la historia de la filosofía, la hermenéutica, la lógica y la argumentación. Asimismo, docentes y alumnos de la Facultad de Filosofía de la UV tuvieron la oportunidad de tener una visión mucho más objetiva de esta dependencia, ya que uno de los propósitos fue dialogar con filósofos externos para que éstos manifestaran su opinión sobre la actividad filosófica en la Facultad.