Enero-Marzo 2006, Nueva época No. 97 Xalapa • Veracruz • México
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Sociedades modernas privilegian
competencia sobre cooperación

Juan Carlos Plata

Globalización, migración y los mensajes de medios de comunicación han generado un cambio en el enfoque de la educación
Mediante la uso de un sencillo instrumento de medición –conocido como marble, pull– estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV) han descubierto que los niños, tanto de zonas rurales como urbanas del estado, han ido perdiendo la conducta de cooperación y la han sustituido por la de competencia.

El cambio, según Camilo García, asesor de los estudiantes e investigador, se debe a que el proceso de socialización en las familias ha cambiado radicalmente en los últimos años, como producto del proceso de globalización, de las crisis económicas que ha vivido el país y de la emigración masiva.

El profesor de Psicología de la UV, Camilo García, aseguró los niños han llegado a desarrollar un sentido de superioridad y otras conductas irracionales.
 

Los resultados de este experimento, realizado en 2005, han sido comparados con estudios similares hechos por Camilo García en 1985 y por el investigador estadounidense Millard Madsen, en 1967 y 1972, y se evidencia una notable disminución en los niveles de cooperación en los niños, quienes tienden más hacia la competencia.

“Las diferencias de los resultados que se observan comparando los estudios de 1985 y los de 2005 parecen relacionarse con el proceso de globalización, ya que es precisamente en 1985 cuando el país entra en crisis por cuestiones económicas, mientras que en los años noventa es cuando entra en vigor el Tratado de Libre Comercio, y masivamente se llega a la dependencia de México con respecto a las potencias industriales. También en ese lapso de 20 años se ha acelerado el fenómeno de la emigración –en la actualidad Veracruz ocupa el tercer lugar nacional en emigración– y parece ser que la conducta de los niños está reflejando todos esos cambios sociales que se han dado en el país, especialmente en las últimas dos décadas”, aseguró García.

La importancia del tema, comentó, radica en que la cooperación es vital en toda relación humana: en las relaciones de pareja, empleado-patrón, paciente-médico, maestro-alumno, etcétera.

El marble pull
Es una mesa de madera de 65 centímetros de largo, 35 de ancho y tres de espesor. En el centro de la mesa hay una herradura con imanes en los extremos, de tal forma que la herradura se puede mantener unida pero también se puede separar; las dos partes de la herradura están amarradas a dos cordones que se pueden jalar desde los extremos de la mesa.

Se coloca la mesa y se selecciona a dos niños para interactuar. Cada uno se ubica en el extremo de la mesa, y se les especifica que la tarea consiste en colocar un dulce dentro de la herradura. Si ellos llevan la herradura hacia una línea negra pintada de cada lado de la mesa, ganan el dulce y se lo quedan, pero si antes de llevarlo a estas líneas rompen la herradura, lo pierden.

Un movimiento de cooperación es cuando, para evitar que la herradura se rompa, sólo una de las personas jala la cuerda; sin embargo, si las dos personas la jalan al mismo tiempo, la herradura se rompe.

El experimento 2005 y sus resultados
Los resultados de Madsen en los años sesenta y setenta fueron que los niños mexicanos lograban quedarse con siete de cada 10 canicas –en lugar de dulces–, que se ponían en la mesa, en contraste con los niños blancos de Estados Unidos, que sólo podían conservar un promedio de tres de cada 10.

La investigación realizada por Natanael Rivera Vásquez, Anet Amanda Olivera Ventura, Natalia López García y León Escobar Molina, coordinados y asesorados por Camilo García, con pequeños de entre seis y siete años de 15 escuelas –tres rurales y 12 urbanas–, en la zona de Naolinco y Xalapa, ha arrojado resultados muy diferentes: Los niños han conseguido, en promedio, sólo un dulce por cada 10 oportunidades, lo que evidencia que tienen un alto sentido de la competencia y han dejado de lado la cooperación.

“¿Por qué resulta alarmante esto? Porque la cooperación es la base necesaria de la coexistencia de todos los individuos, y la falta de ésta se ilustra de manera muy sencilla en el experimento: por muy bueno y cooperativo que sea un niño, si el otro jala con insistencia el cordón de la herradura hacia su lado, no hay cooperación y se pierde el dulce”, aseguró García.

Si uno piensa un poco, el experimento es muy sencillo: que los dos niños repartan el número de dulces; si se hiciera así, los niños se llevarían los 10 dulces, pero no pasa eso. “Lo que vemos es que los infantes ahora tienen un sentido de superioridad cuando jalan del cordón. Madsen se asustaba de la conducta de los niños norteamericanos en los años 60, al ver su bajo nivel de cooperación, y se preguntaba: ‘¿hasta dónde hemos llegado?’. A un nivel tan irracional. Y es que, si verdaderamente se quiere el dulce, lo que se tiene que hacer es por lo menos ceder una vez; pero los niños han llegado a desarrollar conductas tan irracionales que llegan a pensar que o ellos obtienen el dulce o nadie obtiene nada”, expuso el investigador.