Un grupo multidisciplinario de académicos e investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) trabaja, actualmente, en el desarrollo de un suplemento alimenticio destinado a aliviar los incómodos síntomas que sufren las mujeres durante el proceso natural de la menopausia o climaterio, cuando los niveles hormonales tienen un descenso considerable debido a la pérdida de la capacidad reproductiva.

Aunque este proceso es natural, algunas de sus manifestaciones pueden llegar a ser molestas o interferir en el desempeño cotidiano de la mujer: aumento de peso, sofocos, bochornos, insomnio, sudoración nocturna, fatiga, leve pérdida de la memoria y cambios de humor, entre otras. Los síntomas varían de persona a persona, y pueden ser atenuados gracias a diversas terapias, de las cuales la más común es la de reemplazo hormonal.

“Desgraciadamente, muchas mujeres en Veracruz deben sufrir estos síntomas porque no tienen acceso a la atención médica”, afirmó José Luis Castillo, director de la Facultad de Nutrición de la UV. “Por ello, varios académicos y compañeros desarrollan un suplemento alimenticio que pueda ayudar a las mujeres durante esta etapa natural de sus vidas”.

Una de las participantes de esta investigación, Magdalena Álvarez Ramírez, aseguró que el objetivo de estos trabajos es ofrecer una alternativa a la terapia de reemplazo hormonal, de bajo costo y de alto impacto, en la forma de un suplemento alimenticio.

Comentó que el perfil demográfico de México ha sufrido modificaciones, por lo tanto, un mayor número de mujeres alcanzan la menopausia cada año.

El papel de las fitohormonas
Además del alto costo que tiene este tipo de medicamentos especiales, las terapias médicas de reemplazo hormonal no son bien aceptadas por gran parte de las mujeres, por cuestiones socio-culturales, agregó Álvarez Ramírez. “En el área rural, pero también en las ciudades, la menopausia guarda muchos mitos y quienes los sufren desconfían de los medicamentos”.

Ante tales circunstancias, un grupo multidisciplinario de académicos de la UV está trabajando en la creación de un suplemento alimenticio a base de unos componentes naturales llamados fitoestrógenos. Éstos son compuestos similares a las hormonas femeninas, que aparecen de manera natural en algunos alimentos, como la soya y el camote, cuyo precio es muy accesible.

El suplemento se encuentra aún en fase de investigación: “Esperamos, en unos meses, poder ofrecer resultados más concretos, pues ahora nos encontramos realizando prebas que determinen cuáles alimentos pueden ser la mejor fuente de fitoestrógenos y estudiano qué presentación deben tene y cuál es la dosis exacta, todo con el fin de obtener un producto efectivo y seguro”, finalizó la nutrióloga.