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Graves
problemas de salud,
consecuencia del estrés laboral
Alma Espinosa |
Es
posible determinar que el estrés profesional o laboral es
un padecimiento complejo por las distintas interpretaciones que
se puede tener al respecto. Recientemente, científicos de
diversas áreas emprendieron estudios para determinar sus
repercusiones y los factores que revelen indicios del mismo. Éste
es el caso de un grupo de académicos de la Facultad de Psicología
de la Universidad Nacional Autónoma de México, del
que forma parte Georgina Ortiz Hernández, quien en entrevista
dio a conocer los adelantos de un estudio que realizaron con académicos
de universidades públicas y privadas para construir un instrumento
capaz de alertar sobre la presencia del estrés laboral.
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Mirando
a la luna, 2000. |
Para
acoplarse a la modernidad, los distintos sectores de la población
han tenido la necesidad de transformar aspectos de la vida común.
La llegada de las nuevas tecnologías quizá ha facilitado
las comunicaciones y ha reducido distancias, pero la inmediatez con
la que se mueve el mundo ha provocado que las personas actúen
de manera más acelerada, al tiempo que procuran conservar la
calidad que les caracteriza. |
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Esta
situación ha atrapado a millones de seres en las redes de los
padecimientos físicos y mentales. Uno de ellos y el más
reciente es el estrés laboral o el denominado “síndrome
del quemado” (burnout). Éste puede llevar a la enfermedad,
al ausentismo, a la incapacidad laboral… también originar
un incremento de accidentes e, incluso, crear un ambiente psicosocial
insano en los lugares de trabajo.
De acuerdo con estudios científicos, el estrés tiene
su origen en determinados estímulos físicos y sociales
que someten a la persona a demandas que no puede satisfacer, ya que
no cuenta con los recursos suficientes o necesarios. Las mujeres suelen
ser más propensas a padecerlo porque sufren un mayor agotamiento
emocional y una menor realización personal en comparación
con los hombres. |
Debido
a que actualmente está en boga el estrés laboral,
me interesó conocer las situaciones que pueden dar indicios
de su presencia. Creo que si detectamos los síntomas previos
como el hastío y la pereza de trabajar, nos ahorraríamos
muchísimos problemas como el ausentismo, enfermedades graves
y los infartos. De ahí nació la idea de hacer un instrumento
relacionado con el hastío y su influencia en el campo laboral
y en el del hogar. |
La
personalidad que es más susceptible de padecer estrés
es competitiva, agresiva, impaciente, inquieta y con un grado de responsabilidad
superior al normal. Influye, de igual manera, la visión que
tiene de su persona y mientras más negativa mayor posibilidad
de que padezca estrés.
Entre los factores externos que pueden incidir para que el trabajador
presente síntomas de estrés están: un ambiente
laboral negativo, la fricción constante con las personas a
tratar –ya sean clientes o alumnos–, adicción al
trabajo, falta de libertad en su área laboral, que las exigencias
del trabajo sobrepasen a las razonables, que no tenga participación
alguna en las decisiones de la institución y que no cuente
con las condiciones necesarias para tener seguridad económica.
Los principales síntomas que padecen los trabajadores con estrés
son dolor de espalda y cabeza, presencia de úlcera, mareos,
asma, hipertensión, insomnio, taquicardia, depresión.
De igual manera, sienten ansiedad, furia, culpabilidad, aburrimiento,
hastío emocional, baja tolerancia a la frustración,
incluso recurren a las drogas. En el plano laboral, se registra una
disminución significativa del rendimiento cotidiano, incapacidad
para realizar adecuadamente las actividades, intención de abandonar
o abandono real del trabajo, insatisfacción, agotamiento emocional
y disminución en el compromiso laboral.
Todos esos factores traen como consecuencia que la persona con estrés
desarrolle sentimientos negativos hacia diversos contextos, además
del laboral, como el familiar y el social. Esto deteriora las interacciones
personales e, incluso, disminuye la calidad de vida de la persona.
Sobre este tema habla Georgina Ortiz Hernández, académica
de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma
de México. |
Brote,
2000. |
¿Cómo
surge la idea de crear un instrumento auxiliar en la medición
del estrés laboral?
Debido a que actualmente está en boga, me interesó conocer
las situaciones que pueden dar indicios de la presencia del estrés
laboral o del “síndrome del quemado”. Creo que
si nosotros detectamos los síntomas previos como el hastío
y la pereza de trabajar, nos ahorraríamos muchísimos
problemas que pudieran ser el ausentismo, la presencia de enfermedades
graves e, incluso, los infartos. |
De
ahí nació la idea de hacer un instrumento relacionado
con el hastío y su influencia en el campo laboral y en el del
hogar (éste último porque en reiteradas ocasiones se
tienen las mismas o más presiones que en el trabajo). Antes
se tenía la idea medio idílica de que los señores
llegaban de trabajar y encontraban el hogar perfecto y funcionando,
lo que les permitía descansar. La realidad es que, debido a
su constitución interna y al fenómeno de la globalización,
la familia actual nos exige muchas cosas, como que el varón
cocine o se espere hasta que su pareja llegue. La mujer llega también
de trabajar y los hijos les exigen un ritmo verdaderamente acelerado. |
Entonces
¿cómo es posible sobrevivir o sobrellevar esta situación?
La gente más preparada, con un grado elevado de conocimientos
y que aguanta más la presión, es la que va a poder superarse
en una sociedad como la nuestra, en la que la globalización
tiene una gran presencia. Quiero hacer especial énfasis en
que la globalización no está emergiendo, pues sus inicios
se remontan a la época de la Revolución Industrial.
Actualmente, está en su punto más alto, ya que los avances
tecnológicos facilitan los procesos de internacionalización.
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Guardiana,
2000. |
Estamos
frente a una economía y, en general, ante una sociedad globalizante
que nos han cambiado los valores, la forma de relación y
el tipo de familia; todo reunido provoca un gran impacto. Es por
ello que un grupo de académicos e investigadores de la Facultad
de Psicología de la UNAM –del que formo parte–
decidió enfocarse no sólo al área laboral,
sino también a la familiar.
¿Qué
tipo de estudios han realizado?
El estudio previo que realizamos con el fin de estandarizar el instrumento
en el ámbito nacional lo aplicamos a un centenar de docentes
de universidades privadas y a un número igual de académicos
de universidades públicas, para comparar el impacto del estrés
laboral en ambos sectores. Todavía no podemos decir que está
concluido nuestro trabajo porque requiere de una aplicación
a 3 000 sujetos, mínimo
¿Por
qué se eligió al académico como objeto de estudio?
En general, los docentes universitarios estamos propensos a tener
infartos y a presentar enfermedades psiquiátricas. Esto nos
dio pie a pensar en que sería mucho mejor para nosotros indagar
las causas y elaborar un instrumento capaz de detectar los indicios
del estrés.
Para responder concretamente al porqué, en Europa, específicamente
en España, hay toda una tendencia a estudiar el mal del docente,
cuyos efectos se ha visto que son verdaderamente graves, como el
ausentismo, falta de ganas de trabajar, intolerancia hacia los alumnos,
entre otros.
Con
base en los resultados previos del estudio, ¿cuáles
con las causas por las que son más propensos a sufrir de
estrés?
Una de las razones es que la imagen del maestro está muy
idealizada. Si nosotros vemos, ese estereotipo es el que resuelve
todo en cualquier nivel, ya sea básico, medio o universitario.
El docente es como el segundo padre que guía a los estudiantes,
sin embargo, hoy en día comienza a enfrentar una realidad
diferente, en la que se le ha restado autoridad, entre otras cosas,
al surgir una falta de respeto no sólo de los alumnos sino
también de los padres de familia.
Aunado a lo anterior, los profesores están en un sistema
administrativo que les exige mucho y recompensa poco. Es una situación
verdaderamente desgastante, pues así como son los encargados
de llevar a las generaciones al éxito, se les quita toda
credibilidad. De tal forma que los docentes son los ignorantes y
los de mala fama.
En lo que respecta a la estructura con la que trabaja el maestro,
lo ideal sería que él elaborara los planes y programas
de estudio; sin embargo, están en las manos de una serie
de burócratas que muchas veces no están relacionados
con la docencia. Debido a que son ellos quienes deciden cómo
debe impartir clases el docente, surge la tensión porque
éste no cuenta con la libertad de trabajar con los grupos
asignados.
Además, en el ámbito administrativo se piensa que
los alumnos son dóciles, obedientes y respetan la imagen
tradicional del maestro, pero lo que se ve en la realidad es totalmente
diferente; ahora encontramos una falta de respeto y una conducta
violenta hacia el maestro. A raíz de esto es que debe surgir
un cuestionamiento sistemático, y –repito– no
sólo en el ámbito universitario, sino en cualquier
otro. |
La
gente que tiene un grado elevado de conocimientos y que aguanta
más la presión es la que va a poder superarse en esta
sociedad en que la globalización tiene una gran presencia.
Estamos frente a una economía y una sociedad globalizante
que nos han cambiado los valores, la forma de relación y
el tipo de familia; todo reunido provoca un gran impacto. |
¿Qué
aspectos externos influyen para que los académicos tengan
síntomas de estrés?
Las presiones influyen también; por ejemplo, a veces, al
académico se le dificulta transportarse a su lugar o lugares
de trabajo, y no es que estemos pensando en que todos los maestros
deberían tener coche, pero sí deberíamos tener
un sistema de transporte más generoso con todos los usuarios.
Si a las complicaciones para transportarse le sumamos el sueldo
paupérrimo que reciben, pues las condiciones se tornan propicias
para la aparición del estrés laboral. Una forma en
que todas las universidades –excepto las privadas– intervienen
en el tema de los salarios es mediante los estímulos. Con
los estímulos de productividad, que forman parte de diversos
programas de la Secretaría de Educación Pública,
se ha tratado de compensar la situación, pero en realidad
lo que provoca la aspiración a dichos estímulos es
una tensión permanente y en ocasiones ni siquiera son complementos
decorosos para los ingresos.
Ésta
es una de las razones por las que tienen más de un empleo
y con ello más factores de tensión.
Así es. Los maestros tienen que cubrir dos o tres empleos
diferentes, incluso profesionistas dedicados a la Psicología,
el Derecho o la Medicina tienden a complementar su sueldo de profesores
con la práctica privada. No quiero decir que estoy en contra
de la práctica porque por esta razón las universidades
crearon diferentes empleos para los docentes, como clases por asignatura
y de medio tiempo. Sin embargo, muchas veces esto no se respeta
y no sólo en México, sino también en América
Latina, incluso tampoco en Europa porque los profesores de allá
tienen que ir de país en país para impartir su cátedra. |
Debido
a que al maestro se le ha restado autoridad, a que está inmerso
en un sistema administrativo que le exige mucho y recompensa poco,
a que una serie de burócratas coarta su libertad de trabajar
y a que hay una falta de respeto y una conducta violenta de los
alumnos hacia él, el docente es más propenso a sufrir
de estrés. |
¿Qué
otros resultados arrojó el estudio realizado por psicólogos
de la UNAM?
También analizamos si la institución en la que trabajan
influye en el estrés de los docentes y la respuesta fue positiva.
Una gran coincidencia en académicos de universidades públicas
y privadas es que la estructura administrativa es la que verdaderamente
los agobia. Además, tampoco existen vías para estimular
realmente al maestro, no hay un reconocimiento social y mucho menos
entre compañeros. De hecho, hemos visto que uno de los factores
más importantes es la competencia desleal que existe entre
los propios docentes. Aquí también actúa la
globalización, ya que no permite la cooperación, al
contrario, con la aparición de las nuevas tecnologías
propicia el individualismo.
Lo anterior lo comprobamos con un estudio que aplicamos en la Facultad
de Psicología de la UNAM para medir la soledad de los jóvenes
en el marco de la globalización. Encontramos que con todo
este asunto ha ocurrido un abandono involuntario de los padres hacia
los hijos, ya que el sistema económico actual impide que
solamente un padre de familia trabaje. A propósito, sería
interesante realizar una investigación profunda acerca de
la incorporación masiva de las mujeres al sector laboral.
Sería atrayente, de igual manera, indagar sobre lo erróneo
de afirmar que a través de largas jornadas de trabajo la
mujer es feliz. Lo que sí es cierto es que el sistema económico
actual impide que una persona mantenga un hogar.
Regresando a la idea de la globalización y los alumnos, es
evidente que ellos prefieren el trabajo individual, lo cual impide
el fomento de las relaciones humanas mediante el trabajo en equipo.
Esto se debe a que los jóvenes pasan más tiempo en
el chat, navegando en Internet o, simplemente, viendo la televisión;
incluso, a los adultos también les afecta, pues ya pueden
hacer compras en línea.
¿Cómo
afecta este individualismo a los académicos?
Inicialmente, nos afecta como personas porque formamos parte de
un sistema social. Luego, como trabajadores porque no recibimos
los estímulos adecuados para continuar con nuestra labor,
incluso constantemente se nos cuestiona, pero yo quisiera saber
qué pasaría si no existiera la figura del profesor.
Lamentablemente, en muchas universidades, el aparato burocrático
administrativo pesa más que la planta académica y
cada día vemos cómo crece el número de personas
que no están relacionadas con la docencia. Este aparato aumenta
más rápido que el académico y que la matrícula
estudiantil; de hecho, podríamos decir que por cada 10 alumnos
hay un maestro y tres trabajadores administrativos. Es necesaria
una reestructuración porque esto no puede continuar así. |
Para solucionar el estrés, es necesario bajar el nivel tan
rígido de exigencia a los docentes, procurar la convivencia
social para realizar un trabajo colegiado y no permitir que los
maestros trabajen de manera independiente, enviar a los académicos
a congresos o a otras instituciones nacionales y extranjeras para
que transmitan sus conocimientos en otros espacios, y promover el
apoyo y el respeto entre compañeros. |
Aunado
a ello, se detecta la ausencia de relaciones académicas debido
a la competencia entre compañeros. Muchas veces hemos escuchado
que prefieren trabajar de manera individual porque no quieren que
otros se lleven el crédito y se beneficien con el trabajo
conjunto. Si llegan a trabajar en equipo, se presentan disputas
para determinar quién será el titular y el orden de
los nombres, esto a raíz de las exigencias de los programas
de estímulos.
El trabajo aislado también provoca que no se tenga conocimiento
de la salud de los otros docentes. De repente, uno se entera de
que el compañero tiene problemas a causa del estrés
laboral, como gastrointestinales, circulatorios y psicológicos,
que son los que más nos preocupan porque por ellos los profesores
de repente sufren alucinaciones o se psicotizan frente a grupo.
Desafortunadamente, éste es un problema común no sólo
en universidades de México, sino de todo el mundo.
Un
tema que en las últimas décadas ha cobrado relevancia
es la evaluación, ¿ésta se considera también
como factor de estrés?
Los maestros universitarios están en perpetua evaluación,
por lo que la preocupación ya ni siquiera es la docencia,
sino cómo le van a hacer para obtener buenos resultados que
repercutan en su informe de trabajo y en la entrega de estímulos
económicos. Éste es un conflicto sumamente grave.
Otra de las causas por las cuales aparece el mal del docente es
que se le exige una alta calidad. Para ser evaluados satisfactoriamente,
los profesores universitarios deben tener los grados de maestría
y doctorado; sin embargo, en muchas instituciones de educación
superior no dan permiso para cursar estudios de posgrado y mucho
menos se puede pensar en un apoyo. Además, exigen investigaciones
de alto nivel, pero a los maestros no se les asigna ni una computadora,
por lo que cada uno tiene que comprarse sus propios insumos para
trabajar.
Este problema no viene necesariamente de las autoridades universitarias,
yo no podría culpar a los rectores. La raíz del problema
está en la concepción de la educación que tiene
el Gobierno. Si nosotros no vemos al sistema educativo –sobre
todo a las universidades estatales y federales– como proveedor
de recursos humanos para beneficio de los estados o del país,
nunca vamos a avanzar.
Lamentablemente, gobiernos como el nuestro no piensan en el desarrollo
de México, sino en el beneficio personal, y cuando necesitan
hacer un recorte presupuestal, las áreas que lo resienten
son la educativa y de salud.
Debería haber un giro para que el Gobierno apoye a las universidades,
con el fin de contar con mejores profesionistas. Actualmente, las
universidades buscan sus propios recursos e, incluso, ven la posibilidad
de trabajar para la iniciativa privada, emprenden investigaciones
y demás trabajos remunerativos para autofinanciarse. |
A
pesar de todo, 2000. |
Después
de conocer las características del estrés en docentes,
¿cuál es la solución más adecuada para
este padecimiento?
Yo creo que existen muchas formas, una de ellas es bajar el nivel
tan rígido de exigencia a los docentes. Afirmo esto porque
en la UNAM he podido presenciar el proceso del programa de estímulos.
Se creó con base en estándares muy altos porque pensaban
que nadie los alcanzaría; no obstante, las autoridades se llevaron
la sorpresa de que casi todos los aspirantes cubrieron los requisitos,
lo cual denotó que las autoridades ni siquiera conocían
el nivel de productividad de los profesores. |
A
pesar de la experiencia vivida, las autoridades decidieron elevar
los criterios para la siguiente convocatoria del programa de estímulos
y nuevamente un buen número de académicos se insertó
e, incluso, mantuvo su nivel. ¿Cuál fue la siguiente
acción? Continuar elevando estándares y los maestros
siguen haciendo hasta lo imposible por alcanzarlos, lo que representa
un desgaste muy grande.
Aunado
a ello, los responsables de elaborar los criterios de los programas
de estímulos estipulan determinadas actividades de los docentes
sin saber en realidad en qué consisten; por ejemplo, se les
exige un número determinado de horas frente a grupo y muchas
veces los realizadores no saben lo desgastante que es dar clases.
Creo que sí hay que darles un respiro a los maestros en ese
sentido.
Otro aspecto en el que se debe trabajar es la convivencia social
para realizar un trabajo colegiado y no permitir que los maestros
trabajen de manera independiente. Las instituciones educativas deben
tener metas específicas en las diferentes áreas y
todos tenemos que alcanzarlas de manera colegiada. También
tienen la obligación de informar el tipo y número
de congresos que se organizarán en determinado tiempo para
enviar a los académicos a que transmitan sus conocimientos
en otros lugares, incluso, en países ajenos al de origen.
No se trata de dejarlos solos para ver qué hacen, sino de
darles alternativas para que trabajen con sus pares bajo programas
preestablecidos. Esto ayuda mucho a bajar la presión, pues
uno está protegido por el mismo colegio. |
Floración
lunar, 2000. |
Ahora
bien, en universidades como la Veracruzana ya están reunidos
en cuerpos académicos, pero es importante preguntarse ¿para
qué están reunidos, es sólo para pelearse? El
problema es la competencia interna porque cada quien roba en el nido
del otro. Considero que lo más adecuado es tener proyectos
y trabajar en conjunto, en vez de descalificar al que está
junto a mí, pero lamentablemente en un sistema como el nuestro
es muy difícil llevarlo a cabo.
Tengo 37 años frente a grupo, he vivido todas estas etapas,
y lo que más ayuda a los académicos son los años
sabáticos, en los que uno puede bajar la tensión, dedicarse
a otras actividades e, incluso, retomar proyectos personales como
la escritura de un libro. Éste fue mi caso, pues concluí
mi texto Usos, aplicaciones y creencias acerca del color, el cual
presenté en la Facultad de Psicología de la Universidad
Veracruzana.
Yo tengo mucha fe en que la constante interacción entre los
maestros, el desarrollo de trabajos conjuntos y el sentir el apoyo
del compañero, esto es el trabajo en cuerpos colegiados, contribuirá
en gran medida a bajar el estrés que sienten los docentes no
sólo en su área de trabajo, sino también en su
entorno social. |
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