Tlaltetela
e Ixhuacán de los Reyes, dos de los municipios rurales
del centro de Veracruz, recibieron la asesoría de biólogos,
agrónomos y personal de la Dirección de Vinculación
de la Universidad Veracruzana (UV) para poner en marcha un programa
de manejo de residuos sólidos que le permitirá a
la población entrar en la dinámica del manejo sustentable.
En Tlaltetela, gracias a que académicos y estudiantes universitarios
realizaron el análisis de la cantidad y tipo de residuos
sólidos que genera el municipio (en 2003 y 2004), fue posible
poner en marcha una planta de lombricompostaje para convertir
los desechos biodegradables en abono de cultivos, misma que todavía
opera en esa zona.
Aunque en Ixhuacán de los Reyes está en proceso
la instalación de una planta similar, los universitarios
ya han realizado los diagnósticos de desechos sólidos
y están trabajando intensamente los programas de educación
ambiental, a fin de que sean las comunidades –y no sólo
el gobierno– las que impulsen la visión y las acciones
de manejo sustentable.
De hecho, en este municipio también se han llevado a cabo
estudios para poner en operación una planta de tratamiento
de aguas residuales que ya existe, pero que nunca ha funcionado.
Para lograrlo, y dejar de descargar aguas negras en los arroyos
que circundan al municipio, han recibido apoyo de investigadores
de la Universidad Autónoma Metropolitana y de distintos
organismos gubernamentales.
Será en 2006 cuando se concreten ambos proyectos, así
como un programa de reciclaje de basura, que esperan operar con
el apoyo de las instituciones educativas de estos municipios.
Puesto que el desarrollo sustentable implica simultáneamente
el desarrollo social, económico y ambiental, María
de los Ángeles Chamorro, académica de la Facultad
de Biología, aseguró que el abordaje de los problemas,
así como su solución, deben plantearse desde esta
perspectiva integral. Por tanto, diversos especialistas universitarios
han ofrecido sus conocimientos para colaborar en estos proyectos
con municipios. Se refirió especialmente al cuerpo académico
Investigación y educación para el desarrollo sustentable,
que ha sido respaldado por la Dirección del Área
Biológico-Agropecuaria de la UV y que está integrado
por Roberto Castro (Matemáticas), Laura Martínez
(Química), Celia Acosta (Forestal), Joaquín Jiménez
(Ordenamiento ecológico), Pascual Linares (Filosofía),
Héctor Narave (Legislación y Gestión ambiental),
así como Soledad Rocha, Aarón Ojeda y ella misma,
como especialistas en educación ambiental y difusión.
Ángeles Chamorro también destacó la participación
tanto de dos académicas de la Facultad de Agronomía
de la UV, Ariadna Escalante y Teresita May –quienes junto
con sus estudiantes han tenido una participación activa
en los diagnósticos y en los procesos de lombricompostaje–,
como de los integrantes de la Dirección de Vinculación
de la UV, los cuales establecieron no sólo el enlace con
los municipios, sino también el respaldo para la participación
comunitaria, entre otros factores.
A estos apoyos hay que sumar los de la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, de la Procuraduría Federal
de Protección al Ambiente y de la Comisión Nacional
Forestal.