Octubre-Diciembre 2005 , Nueva época No. 94-96
Xalapa • Veracruz • México
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Cuatro investigadores de la UV, a la Academia Mexicana de Ciencias

Ricardo Luna • Edgar Onofre

Alejandro Raúl Hernández Montoya, Pablo Pacheco Cabrera, Félix Báez-Jorge y Alberto Olvera Rivera, los nuevos miembros de la AMC
 

Cuatro académicos de la Universidad Veracruzana (UV), especialistas en diversas áreas, fueron designados como nuevos miembros de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), órgano que reúne a los más destacados científicos de la nación, de acuerdo con la información difundida por la propia AMC en su portal de Internet.

En el área de Ciencias Exactas fue aceptado Alejandro Raúl Hernández Montoya, del Departamento de Física e Inteligencia Artificial, mientras que en Ciencias Naturales lo fue Pablo Pacheco Cabrera, del Instituto de Investigaciones en Neuroetología. En las áreas de Ciencias Sociales y Humanidades fueron admitidos los investigadores Félix Báez-Jorge, del Instituto de Antropología, y Alberto Javier Olvera Rivera, del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales (IIHS).

Para el antropólogo Báez-Jorge, el nombramiento le significa mayor responsabilidad con la universidad. “Mi trayectoria académica y mis alumnos me obligan a dar un mayor rendimiento en mis investigaciones y en mi trabajo de docencia. Además, tengo responsabilidad con el contexto social donde vivo, porque no sólo se refiere a la entidad académica donde actúo, que es la Universidad, sino al propio estado de Veracruz”.

Agregó que dicha designación da la posibilidad de tener acceso a otros foros, a otros espacios de comunicación académica, como plataforma de lanzamiento para tener relaciones con entidades y colegas que no tenía. “La Academia te ayuda muchísimo para establecer estos contactos y acceder a estos espacios que se van creando. También te da la responsabilidad de proponer, construir nuevos conocimientos y plantear nuevas tendencias de investigación en tu ramo”.

Alberto Olvera Rivera, director y miembro del IIHS, aseguró que la distinción constituye un reconocimiento a muchos años de trabajo en su disciplina. “Creo que los investigadores tenemos como una de nuestras aspiraciones el contar con el reconocimiento de nuestros pares, y la pertenencia a la Academia Mexicana de la Ciencia, sin duda, es uno de los más altos honores que podemos tener”.

Luego de señalar que el ser miembro de la AMC otorga reconocimiento y prestigio, añadió que la admisión a ésta confiere “visibilidad nacional, lo cual es importante para los investigadores de provincia, dado que en el país tenemos una enorme concentración de la producción científica en la Ciudad de México, y para los investigadores de otras entidades resulta más complicado alcanzar visibilidad y reconocimiento nacionales. Así que, para nosotros es doblemente importante pertenecer a una sociedad de científicos como ésta”.

Por su parte, para Hernández Montoya, de Inteligencia Artificial, la admisión a la AMC es un reconocimiento no sólo a su propio trabajo, sino también a la institución donde labora, “porque prueba que en ésta se hace investigación científica competitiva”.

Mencionó que si bien ha recibido varias distinciones, nacionales e internacionales, el haber sido elegido por la AMC resulta especial, pues significa reconocimiento por parte de la comunidad científica del país, la cual lo califica como un investigador productivo y de alto nivel. “Este reconocimiento me fue otorgado en el área de la Física y es un aliciente para continuar con mi labor científica y representar a mi universidad dignamente”.

A su vez, el fisiólogo Pablo Pacheco comentó que la admisión a la Academia “estrechará lazos de carácter académico y científico con el resto de la comunidad del país, la cual es muy reducida en número y un tanto dispersa por las distancias”, además de que es también una oportunidad para “estar al día en materia científica, tanto en el área de la fisiología como en otras disciplinas de investigación del país”.
Afirmó que el hecho de que académicos de la UV –una universidad relativamente joven en materia científica– tengan acceso a una academia nacional, como la de Ciencias, resulta importante porque así los investigadores de esta casa de estudios podrán seguir muy de cerca el devenir de la ciencia en México y pertenecerán a la comunidad científica nacional.

Como es sabido, la AMC es una asociación civil independiente y sin fines de lucro. Después de 45 años de vida, actualmente agrupa a 1 716 miembros de destacadas trayectorias académicas que laboran en diversas instituciones del país y del extranjero. Así, esta organización enlaza a científicos de muy diversas áreas del conocimiento bajo el principio de que la ciencia, la tecnología y la educación son herramientas fundamentales para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones, pero también el pensamiento independiente y crítico, a partir del cual se define y defiende la soberanía de México.