Cuando
en la universidad el espíritu humano deja la discusión
académica a buen resguardo en el aula y se manifiesta mediante
acciones concretas en apoyo a seres humanos en desgracia, puede alejarse
de quienes han anunciado su extinción.
Nuestra comunidad universitaria ha encontrado más de una vez
el equilibrio entre academia y acción social. Respuestas inmediatas,
y sin escatimar recursos, han partido de la entidad cuando así
se ha necesitado.
Los desastres ocurridos por torrenciales lluvias en la parte norte
de nuestro estado en octubre de 1999 fueron la ocasión idónea
para que nuestra casa de estudios, sin pensarlo dos veces, proporcionara
los medios, recursos e ideas necesarias para ayudar a nuestros hermanos
en desgracia, entre ellos alumnos y profesores de la UV e, incluso,
nuestras propias instalaciones en Poza Rica.
En aquella ocasión, cientos de estudiantes organizados en brigadas
participaron en labores de promoción, convencimiento, acopio
y organización de ayuda humanitaria, atención médica
y saneamiento en las zonas afectadas.
A
través de la vicerrectoría de la región Poza
Rica-Tuxpan, miles de damnificados recibieron el apoyo de docentes,
trabajadores y estudiantes de la todas las
facultades de las regiones
|
|
universitarias, mientras el rector gestionaba
vínculos directos con otras universidades del país para
reunir y enviar ayuda a través de la UV.
Pero su solidaridad ha trascendido las fronteras estatales. En septiembre
de 1998, más de 24 toneladas de víveres, medicamentos,
ropa, cobijas y materiales de construcción, recolectadas por
los centros de acopio instalados por la Universidad Veracruzana en
las cinco regiones del estado, fueron enviadas al estado de Chiapas
en auxilio a los damnificados por las intensas lluvias registradas
en las zonas costera y serrana, según se narra en el
número 13 de la revista Gaceta, de septiembre de aquel año.
Dichos apoyos fueron canalizados mediante la Universidad Autónoma
de Chiapas.
En esta ocasión, la solidaridad universitaria se extendió
a los damnificados por el huracán Isidore en los estados de
Yucatán y Campeche.
Respondimos
al llamado
Desde la tribuna del iv Coloquio Internacional de Servicio Social
Comunitario, celebrado en la unam con la participación de
instituciones de educación superior de todo el país,
los universitarios de Yucatán pidieron el apoyo de todo México
para afrontar el desastre natural.
Diana Ortega Amieva, de la anuies, hizo un llamado a todas las universidades
para que apoyaran en el acopio de alimentos, provisiones y medicamentos,
que fueron destinados a los miles de damnificados que dejó
el huracán Isidore a su paso por Yucatán y canalizados
por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
De inmediato, el rector Víctor A. Arredondo giró instrucciones
para que se abrieran centros de acopio en todas las sedes regionales
de la Universidad Veracruzana. La respuesta de la comunidad universitaria
fue pronta y efectiva.
En los centros de acopio universitario Pro-Damnificados de Yucatán,
ubicados en las regiones Xalapa, Poza Rica-Tuxpan, Córdoba-Orizaba,
Coatzacoalcos-Minatitlán y Veracruz-Boca del Río,
fueron recolectados alimentos, ropa y medicinas que sumaron cerca
de 60 toneladas de ayuda. La movilización fue sorprendente:
estudiantes y profesores de todas las facultades se sumaron para
participar en la recepción, registro, clasificación,
empaquetado, carga y envío de los donativos.
Campañas para incluir esfuerzos de todos, instalación
de centros emergentes para reunir el apoyo y grandes cantidades
de pequeños gestos voluntarios rápidamente se transformaron
en las toneladas de ayuda que llegaron a Yucatán y Campeche,
mismas que brotaron rápidamente por todo el estado.
Trabajo
universitario a favor de Yucatán y Campeche
Entre árboles arrancados de cuajo y albergues emergentes
levantados en cualquier lado, en medio de tanta agua, la anónima
ayuda llegó. A la uady arribaron dos camiones de apoyo humanitario
recolectado por la uv, que fue recibido personalmente por el rector
de esa casa de estudios, Raúl Godoy Montañez, quien
se sorprendió por la respuesta rápida y efectiva de
los veracruzanos.
Cuando los medios de comunicación descubrieron que similares
efectos habían devastado amplias zonas del estado de Campeche,
situación que había sido ocultada por sus autoridades
locales, la uv decidió manifestar también su solidaridad.
De esta manera, llegó a la Universidad Autónoma de
Campeche (Uacam) un cargamento con unas 15 toneladas de ayuda que
partió de Veracruz, con el objetivo de auxiliar a la población
damnificada de ese estado sureño. El cargamento fue recibido
por un representante del rector Javier Fernando Cú Espejo.
Hoy, nuestra institución demostró una vez más
su obligación de ayuda y solidaridad ante la sociedad, ya
que los universitarios mostraron disposición, organización
y despliegue de medios para procurar el apoyo y hacerlo llegar de
la mejor manera. Cientos de jóvenes se vieron ágiles
de manos y mente para realizar esta labor, los funcionarios pronto
aflojaron su corbata y arremangaron la camisa y la comuni-dad universitaria
veracruzana fue vista desde Yucatán y Campeche como una gran
familia fraterna y solidaria.
|