Mayo-Junio 2002, Nueva época No. 53-54 Xalapa • Veracruz • México
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Fusión de música, danza y teatro
en el Festival Junio Musical 2002

Jorge Vázquez Pacheco, Remedios Aguirre y Gina Sotelo

Cerca de un centenar de actividades, distribuidas en numerosos escenarios, con extensión a las ciudades de Veracruz y Córdoba, permitieron la adecuada exposición del arte generado en nuestra entidad
Una gran fiesta cultural constituyó el Festival Junio Musical 2002 –dedicado a la voz en esta ocasión–, ya que, entre otras actividades, ofreció ópera, zarzuela, conciertos sinfónicos de música popular, música coral infantil, cantos gregorianos, baile flamenco y danza contemporánea, además de jazz, ritmos afroantillanos, fandangos jarochos, trova, rock, tango, teatro infantil, mesas redondas y ciclos cinematográficos.
Cerca de un centenar de actividades, distribuidas en escenarios como el Teatro del Estado, el Museo de Antropología de Xalapa (MAX), el Casino
Con un concierto de la OSX y el grupo Tlen Huicani, en el que se interpretó música tradicional arreglada por Mateo Oliva, dio inicio el festival Junio Musical 2002. (Foto: Luis Fernando Fernández)
Xalapeño, el Teatro J. J. Herrera, el Centro Recreativo Xalapeño, El Ágora de la Ciudad, el Parque Xallitic, el Gimnasio Universitario, la Iglesia de San José y la Galería de Arte Contemporáneo, entre muchos otros, con extensión a las ciudades de Veracruz y Córdoba, permitieron la adecuada exposición del arte generado en nuestra entidad, con la intención de establecer un foro anual para las manifestaciones de excelencia artística y reforzar la imagen de Xalapa y de la Universidad Veracruzana como sedes del festival de mayor importancia en el sureste mexicano.
La inauguración se realizó con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), en el que se interpretó música tradicional arreglada por Mateo Oliva, con certeza uno de los músicos xalapeños que más aportaciones ha dado a la actividad musical de la región. En el mismo, el grupo folklórico Tlen Huicani participó con el estreno mundial de obra la Suite huas-teca, del propio maestro Oliva.
Este encuentro artístico estuvo dedicado a la voz humana, por lo que entre las actividades principales destacó la puesta en escena de la ópera Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart, en la que participaron la soprano María Luisa Tamez, los barítonos Jesús Suaste y Genaro Sulvarán y la mezzosoprano Encarnación Vázquez. La dirección de esta obra, que se presentó por primera vez en Xalapa, fue del experimentado José Solé y la iluminación de Gui-llermo Barclay, mientras que la dirección musical estuvo a cargo de Carlos Miguel Prieto.
Comentario aparte merece el homenaje que se otorgó a Luis Herrera de la Fuente, artífice de la reestructuración en 1975 de la Orquesta Sinfónica
Luis Herrera de la Fuente, artífice de la reestructuración de la OSX, fue homenajeado dentro del festival por su fructífera labor artística. (Foto: Luis Fernando Fernández)
de Xalapa, a la que elevó a las alturas que actualmente alcanza. Herrera de la Fuente, con más de 80 años y casi 55 de actividad artística ininterrumpida, es considerado el decano de los directores de México. Él se encargó de conducir a la osx, que interpretó la Sinfonía 41, conocida como “Júpiter”, de Mozart y la Cuarta sinfonía de Chaikovski.
El ballet también encontró un im-portante espacio en este festival, con el espectáculo denominado Tres ballets de Diaghilev, presentado en el Teatro del Estado con la participación de las compañías de danza contemporánea Askenti y Delfos y la Orquesta Sinfó-nica de Xalapa que interpretó las obras Preludio a la siesta de un fauno, de Claude Debussy; La consagración de la primavera, de Igor Stravinski, y El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla.
Cabe destacar también la presentación de la zarzuela Luisa Fernanda, de Federico Moreno Torroba, pues se trata de una obra importante en el renglón de la música española para escena, para lo cual se contó con la participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Veracruz, bajo la dirección del maestro Antonio Tornero.
No podemos hacer a un lado las presentaciones que marcaron un hito en la actividad de este festival y que se erigen por sí mismas como acontecimientos que, sin ser tan promo-cionados, establecieron parámetros que nos permitirán medir la trascendencia de futuras experiencias. Una de ellas fue sin duda la audición en la que el grupo de cámara Ad libitum, con la soprano
Emotivo fue el reencuentro de Luis Herrera de la Fuente con la OSX, durante el festival Junio Musical 2002. (Foto: Luis Fernando Fernández)
Ana Luisa Méndez, presentó el Pierrot lunaire de Arnold Schöenberg.
Se trata de una obra capital en el catálogo de este maestro europeo, definitoria en sí misma de los nuevos derroteros que habría de tomar la música del siglo XX, en la que el autor utilizó todo lo que la tradición musical prohibió desde tiempos inmemoriales. El sprachgesang –canto hablado o hablar cantado–, glissandi en voz e instrumentos, trémolos disonantes y sonoridades sin tonalidad definida fueron adecuadamente resueltos por los instrumentistas.
La voz, como protagonista, estuvo presente en el Casino Xalapeño. Enrique Salmerón, con la Camerata Coral de la Facultad de Música, hizo escuchar un concierto para canto y guitarra; el tenor Romeo Ruiz Albores y la pianista Edith Cervantes hicieron lo propio; mientras que el bajo-barítono Víctor Vázquez y la pianista Nonna Nassidze interpretaron un ciclo de lieder de Johannes Brahms. Además, se presentaron la soprano Guadalupe Colorado, el guitarrista Alfredo Macías y el trío Nosotros los pobres.
Otra serie de actividades fue organizada en el Ágora de la Ciudad, espacio cultural en el que músicos como Raúl Ladrón de Guevara, Claudia Corona y Patricia Castillo hicieron sonar las notas del piano, en tanto que Ernesto Tarragó (violín) y Laura Sosa (piano), el Trío Clásico de Xalapa, el Ensamble Clásico de Guitarras y el tubista Eric Fritz se presentaron durante las sesiones de música de cámara. Por otro lado, también se realizó en ese recinto un ciclo de cine que giró en torno a la música, además de un ciclo de conferencias.
Los aficionados a la música popular encontraron en Junio Musical una oferta digna de consideración. A los conciertos de las orquestas de Música Popular, de Salsa de la UV y Moscovita, a las audiciones de música jarocha, afrocaribeña y son, y a los espectáculos de jazz con Betsy Pecanins, Margie Bermejo y Joe Lewis, se sumó un
Mateo Oliva recibió del rector Víctor A. Arredondo un reconocimiento por su larga trayectoria en el ámbito de la composición y dirección musical. Los acompañan Manuel Zepeda, director de Divulgación Artística, y Carlos Miguel Prieto, director titular de la OSX. (Foto: Luis Fernando Fernández)
concierto con el trovador cubano Pablo Milanés, en el Gimnasio Universitario, escenario que también sirvió para despedir el Festival Junio Musical en la ceremonia de clausura que congregó a cerca de 2 600 personas y a innumerables grupos y artistas como la Orquesta Universitaria de Música Popular, el Ballet Folclórico de la uv, Tlen Huicani, la soprano Isabel Guzmán y el tenor Armando Mora.
Música mexicana en el concierto de inauguración
Con el Teatro del Estado ocupado en su totalidad, la Orquesta Sinfónica de Xalapa y el grupo Tlen Huicani interpretaron, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto, los arreglos e instrumentaciones de Mateo Oliva para la música tradicional de varios estados del país, en una hilación sorprendente que Oliva facturó mediante dos suites denominadas Mosaico nacional.
Fue ocasión propicia para la primera interpretación de la Suite huasteca, que integra varios de los sones más representativos de esta región y que el maestro de Naolinco orquestó echando mano de toda su experiencia. En medio de este
Con un gran elenco se presentó la ópera Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart. (Foto: Luis Fernando Fernández)
homenaje, el rector Víctor A. Arredondo entregó un reconocimiento al maestro Oliva por su larga trayectoria en el ámbito de la música, con lo que la uv saldó parte de la deuda con quien le dedicó casi la totalidad de su periplo creador. Al finalizar, el grupo Tlen Huicani hizo escuchar los sones jarochos que tanta admiración han reportado a Oliva en lugares como San Bernardino, California.
El talento de Oliva le ha permitido cubrir con su actividad, en el renglón musical, el último tercio del siglo xx en Veracruz, como fundador y director –durante más de dos décadas– de la Orquesta Universitaria de Música Popular, como director cofundador de la Camerata Juvenil de la sec (hoy Orquesta Sinfónica Juvenil de Veracruz), y como director de la Banda Sinfónica del Gobierno del Estado. Además, como arreglista y compositor ha abarcado prácticamente todos los renglones de la actividad musical, incluyendo la dirección de ópera y la creación de música para teatro. Actualmente, jubilado y sin las presiones propias del trabajo rutinario, Oliva se ha entrega del todo a la composición y a la realización arreglos de música mexicana y veracruzana.
Por su parte, Tlen-Huicani, dirigido por el maestro Alberto de la Rosa, se ha constituido como el grupo embajador de la música veracruzana y del son jarocho. Sus integrantes se han entregado totalmente al estudio, la investigación y la difusión de la música de nuestro estado, a la vez que su repertorio se nutre de las experiencias recogidas en numerosos países que han visitado.
Huéspedes frecuentes en los festivales de mayor renombre internacional, a los músicos del Tlen-Huicani les resulta más sencillo enumerar los lugares que no han visitado.
Formado desde 1973, a la fructífera labor de este conjunto se debe también una buena parte del auge que la música jarocha registra entre las nuevas generaciones. Se asegura que gracias a esta agrupación Xalapa se ha convertido en la capital nacional del arpa
La soprano Claudia Montiel y los tenores David Robinson y Armando Mora durante su actuación en Luisa Fernanda, zarzuela del compositor Federico Moreno Torroba. (Foto: Eduardo Zappa)
tradicional, a la vez que son cada vez más numerosos los estudiantes extranjeros que arriban a esta ciudad para perfeccionar sus conocimientos y técnica en la ejecución de los instrumentos.
Por primera vez en Xalapa, Las bodas de Fígaro de Mozart
Un elenco de primera magnitud se reunió para la representación en Xalapa de la ópera Las bodas de Fígaro, del genio de Salzburgo, Wolfgang Amadeus Mozart, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Xalapa, bajo la dirección del maestro Carlos Miguel Prieto. La obra de referencia, ubicada indudablemente como una de las máximas realizaciones en el campo del arte lírico universal, fue estrenada en 1786, casi cinco años antes de la muerte de su autor.
El elenco estuvo integrado por el barítono de Coatzacoalcos, Genaro Sulvarán, quien encarnó al Conde de Almaviva, un personaje donjuanesco y enamorado incorregible, esposo de la condesa Rosina (papel interpretado por la soprano María Luisa Tamez), a la que atormenta con sus frecuentes infidelidades.
El argumento, basado en una comedia de Pierre Caron de Beau-marchais, fue adaptado por Lorenzo Da Ponte para el drama cómico de Mozart, en el que se da una sucesión vertiginosa de escenas chuscas y confusas. La historia se desarrolla hacia mediados del siglo xvii, en las cercanías de la ciudad de Sevilla. A grandes rasgos, nos narra las peripecias ocurridas en la corte, donde los amoríos se disparan en todas direcciones. El conde ama a Susana, pero ella se casará en breve con el criado Fígaro. A su vez, Cherubino ama a todas las mujeres, pero esencialmente a la condesa, por lo que el conde decide retirarlo de su corte. Las mujeres darán una buena lección al conde Casanova y planean una cita a la que teóricamente asistirá Susana, pero en realidad irá la condesa disfrazada.
Por su lado, Fígaro se encuentra en apuros, pues Marcelina, el ama de llaves, le prestó tiempo atrás una fuerte cantidad de dinero con la promesa de que deberá casarse con ella, en caso de no saldarla. Ha llegado el momento de liquidar tal adeudo, en efectivo o con matrimonio, pero una circunstancia inesperada se deriva: Fígaro es, ni más ni menos, hijo de Marcelina. El enredo se complica, mientras se planea el engaño hacia el conde. Después de la vergüenza de encontrarse con su esposa en una cita supuestamente clandestina, viene el perdón y todo se resuelve satisfactoriamente. Susana se casará con Fígaro y se restablece la tranquilidad; al menos por el momento…

Participaron también la soprano Lourdes Ambriz, como Susana, la camarera de la condesa; la mezzo-soprano Encarnación Vázquez, como el paje Cherubino; Luz Haydée Bermejo, como el ama de llaves Marcelina, y el barítono Jesús Suaste, en el papel del astuto criado Fígaro. Además, actuaron los cantantes xalapeños Guadalupe Colorado, Esaú Molina, Víctor Manuel Filobello y Agustín Sedas, con el Coro de la uv y la Pequeña Cantoría. La dirección escénica fue de José Solé, la iluminación de Guillermo Barclay, mientras que la coreografía, de Daniel Acevedo, fue ejecutada por los integrantes de Veradanza.

Luisa Fernanda, la experiencia de la zarzuela en Junio Musical

Entusiasta fue la participación del público que se congregó en diversos foros de la ciudad durante el festival Junio Musical 2002. (Foto: Luis Fernando Fernández)
La inventiva ha sido un factor medular en la realización del festival Junio Musical. Esto se constató nuevamente con la puesta en escena de la zarzuela Luisa Fernanda, del compositor español Federico Moreno Torroba. Además de la participación de un buen elenco y de un conjunto sinfónico que funcionó de forma por demás acertada, se hace necesario resaltar la eficiencia de un trabajo escenográfico que, sin grandes pretensiones, cubrió adecuadamente las exigencias propias de la representación de esta obra.
La producción, realizada totalmente en Xalapa, se alejó del todo de los adornos churriguerescos acostumbrados, para funcionar específicamente en pro de proporcionar la idea del ambiente, ubicado en la ciudad de Madrid hacia la segunda mitad del siglo xix. Desde este ángulo, la escenografía para Luisa Fernanda cumplió con creces.
En lo que al elenco respecta, el papel de Luisa Fernanda fue desarrollado con suficiencia por la mezzo soprano Carla López Speziale, a la vez que el tenor David Robinson cumplió adecuadamente con el papel del militar Javier, el novio de la aldeana que da nombre a la obra. Mención aparte merecen las cualidades de la soprano Claudia Montiel –en el papel de la Duquesa Carolina–, así como la presencia escénica y el poderío vocal de Armando Mora (Vidal, el labriego extremeño pretendiente de Luisa Fernanda), quien de nueva cuenta comprobó que los excelentes comentarios que sus actuaciones han despertado en la prensa especializada nacional e internacional no son producto de la casualidad. Pero la zarzuela es también actuación y diálogos hablados. Como renglón “menor” en el género lírico, contiene pasajes destinados del todo a la actividad escénica sin música, y es aquí en donde lució –fluida y espléndida– Isabel Guzmán, quien recreó a una Mariana incisiva, mordaz y hasta autoritaria. Félix Lozano, con su descocado revolucionario Aníbal, también mereció el reconocimiento del público asistente (una sorpresa escucharle cantar), mientras que Clarita Mora, Chucho Ruiz y Serafín Rodríguez aportaron lo mejor de su talento para redondear la velada.
Es necesario dedicar líneas adicionales a Antonio Tornero. Eficiente, capaz y conocedor de los terrenos que pisa, hizo sonar a la Sinfónica Juvenil de Veracruz como pocas veces lo ha hecho. Es evidente que con Tornero, director titular de la orquesta, el conjunto adquiere otra dimensión, su sonido se torna más asentado y el ensamblaje de sus secciones se manifiesta de mejor forma.
La puesta en escena de Luisa Fernanda fue un tentaleo fructífero; fue la incursión hacia la música española que nos mostró los alcances del talento xalapeño en obras tan desconocidas como atractivas para el gran público, con un coro empeñoso y capaz, al igual que los actores complementarios y todos los involucrados, desde solistas cantantes hasta costureras,
Como La Corte de los Milagros, de Juan Valdivia, numerosos grupos subieron su talento al escenario de la plazuela del barrio Xallitic. (Foto: Luis Fernando Fernández)

iluminadores y maquillistas. La respuesta del público nos hace suponer que éste es apenas el primero de sucesivos títulos zarzuelísticos que habrán de presentarse en Xalapa.

En Xalapa, concierto de Pablo Milanés
Rodeado de un público visiblemente emocionado, Pablo Milanés, músico cubano que se presentó en el Gimnasio Universitario del Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte de la uv, anunció: “Hemos traído algunas canciones de nuestros dos últimos discos, Días de gloria y Pablo querido. Me gustaría hacer un breve recorrido por ellas, cantárselas y luego irrumpir en ese repertorio un poco más conocido… y quizá cantemos juntos. Pasemos una noche maravillosa, entre amigos”.
Con su particular lenguaje, este músico hurgó en los recuerdos y sentimientos de muchos de los asistentes al concierto. “El breve espacio en que no estás”, “Yolanda” y “Años”, las canciones de Pablo que han movido el corazón y la conciencia de generaciones, fueron cantadas por un público que le sigue desde hace años y por quienes lo conocieron recientemente.
Fundador del movimiento de la nueva trova y uno de los compositores que con precisión revitaliza la canción internacional contemporánea, Milanés posee una de las voces más versátiles dentro de la música popular cubana de todos los tiempos. A la vez, constituye una de las figuras más representativas de la música popular latinoamericana.
Su catálogo discográfico cuenta con 26 álbumes. Su primer disco, Versos de José Martí (1973) recoge los poemas del escritor cubano y los vuelve canción. Tal es el caso de Pablo Milanés canta a Nicolás Guillén, grabación de 1975 en la que Pablo canta a las caras del amor, a la patria y a los idealistas.
A la fecha, ha realizado más de 90 giras internacionales por países de América y Europa y ha compartido el escenario musical con numerosas figuras como Chico Buarque, Caetano Veloso, Mercedes Sosa, Víctor Jara, Joan Manuel Serrat, Guadalupe Pineda, Tania Libertad y muchos otros exponentes de la canción contemporánea internacional.
Luego de otorgarle al público “Si ella me faltara alguna vez”, canción dedicada a Sandra, su compañera, y otra composición para los cubanos que se encuentran dispersos por el mundo, Pablo presentó a un joven cantante y compositor cubano que descubrió en nuestro país: David Turrent, con una influencia de Milanés, pero en búsqueda de un estilo al que le invierte gran cantidad de energía, quien compartió el escenario con Milanés y después interpretó algunas de sus canciones.
De pie, el público despidió a Pablo Milanés y no fueron pocos los que seguramente desearon tener la suerte de volverlo a escuchar en el futuro.

El jazz sobre los escenarios de Junio Musical
Un intento de recuento del festival Junio Musical nos indica la dificultad de tratar de entresacar lo mejor de una serie en la que todo resultó importante y en la que se dieron momentos de enorme brillantez. Sin embargo, es difícil ignorar numerosas actividades que por su calidad despertaron el interés y el ánimo de quienes las presenciaron.
Tal es el caso del concierto en el que dio a conocer su primer disco compacto el grupo ConFusión, ensamble de jazz que surgió como un intento del bajista Lucio Sánchez de consolidar los renglones del jazz universitario junto con otros grupos como Jazz entre Tres y la Big Band. Posterior a la
También los especialistas en música se sumaron a la celebración del festival artístico más importante del sureste mexicano. (Foto: Luis Fernando Fernández)
presentación del trabajo discográfico, que estuvo a cargo de Guillermo Cuevas y Luis Barria Meunier, ConFusión interpretó piezas de Yek, Lucio, Jimi Hendrix y Miles Davis, entre otros.
Siguiendo con el género del jazz, Alejandro Corona presentó los trabajos de composición e interpretación con los integrantes del taller que él mismo dirige. Un jazz nítido, de sono-ridades diáfanas, acentos mesurados y ejecución facturada magistralmente, fueron los elementos que llamaron la atención del público que se congregó para escuchar a ese trío que logró un desempeño admirable. Alejandro Corona ha participado con éxito en el panorama del jazz nacional desde 1968, y ha adquirido un prestigio como pianista y concertista desde 1974, al igual que como profesor de piano en la Facultad de Música de la uv.
También resulta imprescindible destacar la combinación de dos conjuntos, aparentemente disímbolos, que se combinaron de excelente forma para presentar al público de la plaza Xallitic su trabajo artístico: la Big Band y el grupo Son Luna, los cuales fusionaron el jazz latino y la música jarocha. Tal fue la unión que los músicos dejaron de ser los intérpretes de la Big Band y Son Luna, para convertirse en ejecutantes de lo que bien podría llamarse el nuevo son jarocho o la música de grandes bandas jarochas.
El jazz también se escuchó durante la séptima edición de Junio Musical con Sergio Martínez, el talentoso arreglista y compositor xalapeño que condujo a su quinteto de latin-jazz en una audición memorable. El grupo está integrado por talentosos músicos egresados de la Facultad de Música: Daniel Morín y Joel Barranco en los saxofones, Aleph Castañeda en el bajo eléctrico y Renato Domínguez en las percusiones. El propio Sergio Martínez interpretó en el piano y fueron suyos los arreglos musicales.
Margie Bermejo, considerada una de las intérpretes más destacadas de la música popular contemporánea de México, también visitó Xalapa para presentar en el marco del festival su nuevo disco, El canto extravagante, en el que pueden escucharse tanto composiciones de Astor Piazzola, Liliana Felipe y Agustín Lara, como poesía musicalizada de Xavier Villaurrutia, Octavio Paz y Juan Rulfo, con música original de Dimitri Dudin. En compañía del pianista ruso Dudin y del saxofonista Fernando Acosta, Margie Bermejo interpretó en su espectáculo “El canto extravagante”, canciones románticas, contemporáneas y muy mexicanas, la mayoría asistida con ritmos de jazz y blues.
Otra de las noches de jazz inolvidables fue la que obsequió Betsy Pecanins durante el concierto “El verdadero lugar”, propuesta musical que estuvo integrada por temas como las migraciones, las fronteras, la identidad y la mezcla de culturas. Al jazz se sumaron el blues y la canción mexicana tradicional y contemporánea, los cuales fueron interpretados por un grupo de músicos de primer nivel, quienes hicieron sonar las notas de conocidas piezas como “La tequilera”, “Libro abierto”, “No me amenaces” y “Canción mixteca”, de autores con reconocida trayectoria. Betsy Pecanins empezó a trabajar profesionalmente como cantante y compositora en 1973, en Barcelona. Desde entonces ha desarrollado una labor infatigable en los escenarios y estudios de grabación, en colaboración constante con artistas de distintas disciplinas.
Al son de la música bailó Xalapa
Es necesario destacar también las actividades del festival realizadas en algunos centros de diversión nocturna, espacios culturales y en la plazuela del barrio de Xallitic, tanto por la calidad de los espectáculos como por la cantidad de público que en ellos se congregó.
La salsa y la trova se hicieron escuchar con la participación de numerosos grupos como La Corte de los Milagros, de Juan Valdivia; la Orquesta de Salsa, dirigida por Osvaldo Oliva, y la Orquesta Moscovita, bajo la batuta de Antonio Hidalgo, cuyo repertorio es un abanico de ritmos afroantillanos asimilados por las tradiciones culturales vernáculas, como el bolero, la guaracha, la guajira, el chachachá, el
La música sacra fue otro de los géneros que integraron el extenso programa del festival artístico. (Foto: Luis Fernando Fernández)
danzón, la cumbia, el merengue y el mambo.
Juan Valdivia se ha convertido en uno de los representantes de la bohemia xalapeña. Junto con su grupo, integrado por músicos experimentados y jóvenes estudiantes de la Facultad de Música de la uv, hizo bailar y cantar salsa y trova cubana a las decenas de personas que se reunieron bajo el puente del Xallitic.
Con el ánimo y el talento de los músicos que la conforman, la Orquesta de Salsa hizo sonar los ritmos afrocaribeños que interpretan desde 1979, siguiendo fielmente las versiones originales de los grandes grupos salseros y las composiciones de renombrados autores caribeños como Pedro Flores y Rafael Hernández, o figuras de la salsa como Willy Colón, Rubén Blades y Óscar de León. También interpreta obras de autores veracruzanos, con las que el público dio rienda suelta a sus aptitudes dancísticas e, incluso, no faltó quien hiciera gala de sus habilidades salseras frente al estrado.
A estas actividades se sumó la presentación del grupo Chuchumbé, representativo del son jarocho que combina las formas tradicionales de la música veracruzana, y el espectáculo producido por Enrique D’Flon, quien ha realizado una elogiable labor de investigación en torno de la música veracruzana de origen africano. Una agradable sorpresa resultó para mucha gente esta audición, que fusionó canto, música de percusiones y poesía de Nicolás Guillén.
Junio Musical volvió a llenar la plaza Xallitic con un fandango jarocho, al tiempo que en la Galería de Arte Contemporáneo se realizaba la audición de música huasteca, con la presencia del Trío Xoxocapa, cuyos integrantes son, con certeza, los más enterados intérpretes de esta música tradicional. El atractivo adicional fue la presencia de Román Güemes, a quien se le considera toda una autoridad en música tradicional.
Mención especial merece el concierto Grandes temas, grandes películas, que ofreció la Orquesta Universitaria de Música Popular, cuyo repertorio incluyó piezas de películas nacionales y extranjeras, con arreglos del director Rodolfo Popo Sánchez. Las interpretaciones de los 12 temas que conformaron el repertorio hicieron recordar al público del Xallitic producciones cinematográficas como Casablanca, 2001 Odisea del espacio, New York, Las viudas del jazz, Nosotros los pobres y Al son del mambo.
Son cubano de los veinte a los cuarenta fue el programa que el grupo Sol Mestizo presentó también en el foro del Xallitic. Se trata de un trabajo enfocado a la interacción cultural de los rasgos africano, hispano, europeo, caribeño y otros, que hoy trascienden a través de la música cubana. Como complemento, hubo danzón, rumba y piezas del llamado complejo del son, plena y bomba.

Finalmente cabe mencionar la participación en el festival de la cantante Sandra Lohr y del guitarrista Enrique Salmerón, quienes se presentaron en el Centro Recreativo y en el Casino Español, respectivamente. Con el espectáculo Amarraditos: México y Latinoamérica, Sandra Lohr interpretó una serie de canciones mexicanas, peruanas, chilenas y argentinas, dada su preferencia por la música tradicional de México e Hispanoamérica, legado de gran riqueza con el que se identifica y al que le dedica una labor de rescate y preservación.
Enrique Salmerón, músico de primer nivel reconocido en el ámbito internacional, a quien compositores mexicanos como Ernesto García de León, Ramón Noble, Francisco Gon-zález o Armando Lavalle le han escrito varias obras, ofreció el concierto La voz y la guitarra, donde la participación de la Camerata Coral de la Facultad de Música de la uv –dirigida por Eugenio Sleziak– y la voz dramatizada de Francisco Beverido, lograron un ensamble muy singular.

Historia, música y anécdotas, palabra de especialistas
La séptima edición del festival Junio Musical ofreció decenas de actividades artísticas, entre ellas una serie de conferencias cuya temática giró en torno a la música. Reunidos en la galería de El Ágora de la Ciudad, Carlos Miguel Prieto, Héctor Salmerón Roiz y Guillermo Cuevas Mora hablaron acerca de la trayectoria de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (osx).
Carlos Miguel Prieto, director titular de la osx, reconoció su distancia de la historia de la orquesta –ya que fue designado director titular apenas en enero de 2002–, pero destacó la calidad del conjunto, cuyos resultados artísticos han sido asignados a su responsabilidad; además, informó sobre el plan de extender las actividades de la orquesta y llevar a efecto todas las acciones necesarias para involucrar a la población en los trabajos artísticos del máximo organismo musical de Veracruz.
Por su parte, el presidente del Patronato Pro osx, Héctor Salmerón, hizo un balance de los logros de la organización que encabeza y recalcó la conveniencia de fortalecer el patronato, integrado por gente activa y plenamente identificada con la función de la orquesta, como el titular de la osx y varios de sus instrumentistas que ya forman parte de dicha agrupación.
El recuento de las más significativas experiencias entre los fundadores de la osx, incluidos los orígenes y la falta de experiencia sinfónica de los que la integraron, estuvo a cargo de Guillermo Cuevas, personaje infal-table en este tipo de actividades y verdadero conocedor de los veri-cuetos propios del quehacer musical xalapeño, quien habló además de la forma como los músicos fueron conformando primero la Banda del Gobierno del Estado y después el conjunto que, en 1929, fundó Juan Lomán.
El periodista Jorge Vázquez Pacheco también se reunió con un grupo de interesados en saber más acerca del desarrollo de la escena musical en Xalapa, cuyo origen data de 1959, año en que tiene lugar un festival en honor del músico español Pablo Casals.
Durante la administración de Roberto Bravo Garzón al frente de la Universidad Veracruzana –informó Vázquez Pacheco– cobra auge la actividad cultural, encabezada por la osx, y se apoyan las carreras de grupos como la Orquesta Universitaria de Música Popular, Orbis Tertius, el Ballet Folklórico y Tlen-Huicani. Más tarde, en la gestión de Víctor A. Arredondo, se consolida Junio Musical, festival que desde 1995 a la fecha ha servido de marco para las actividades de la osx, eje de todas las actividades del evento.
Hizo también un recuento de los grandes espectáculos que se han presentado en ese encuentro artístico, entre ellos las óperas Turandot, Carmen, La Traviata, Madama Butterfly, La Bohemia y Tosca, sin faltar las monumentales composiciones de Wag-ner, piedra de toque para medir las posibilidades de cualquier grupo.
Otra de las conferencias estuvo dirigida por los maestros Juan Manuel Lara y Herminio Sánchez de la Barquera, especialistas en cantos gregorianos, quienes se reunieron para discutir si esta manifestación cultural de la Edad Media era parte de la liturgia o un arreglo para concierto de voces. Sánchez de la Barquera, catedrático de la Facultad de Música de la uv, indicó que fue en el medioevo cuando los cantos gregorianos eran considerados más que música, ya que como en la composición se empleaban las matemáticas, tal actividad constituía una ciencia. Aun cuando este tipo de canto se adjudica a San Gregorio hacia 1604, fue en 850 cuando se le identificó como parte del canto romano en el norte de Francia.
Según los especialistas, el Can-tatorio de Monza, antiguo documento litúrgico conocido como Códice Dorado, es una de las pruebas de que el canto gregoriano rebasaba el campo terrenal y lo elevaba más allá del ser humano, ya que este documento tan especial por su tratamiento en el papel y presentación, donde sólo los Evangelios tenían cabida, incluye composiciones de corte gregoriano. Lo relevante deeste estilo vocal reside en su función como liturgia cantada: el canto gregoriano es palabra, texto, coro, oración y meditación que en conjunto busca transmitir un mensaje que sea agradable a los sentidos, y que esa palabra –logos, divino– se reciba en la tierra a través de la Biblia. El ciclo de conferencias concluyó con la intervención de Cristina y María Eugenia Domínguez –descendientes de Adolfo Domínguez, uno de los grandes benefactores de la osx–, cuya charla se centró en los aciagos años en que don Adolfo tuvo que promocionar a la osx en la Ciudad de México y en el mismo puerto de Veracruz, para obtener fondos que permitieran su funcionamiento ininterrumpido. La labor de Adolfo Domínguez se convirtió en un eterno peregrinar que mucho nos dice sobre los esfuerzos y las motivaciones de quienes se empeñaron en vida y alma al organismo musical.
Bien valió recordar en estas reu-niones a personajes como Juan Lomán y Adolfo Domínguez, porque gracias a su trabajo, hoy la Universidad Veracruzana, el estado de Veracruz y su capital cuentan con una de las mejores orquestas sinfónicas que existen en el país.

Clausura de gala, colofón para Junio Musical
Todo un mes de intensa actividad artística y cultural cerró su ciclo en el nuevo Gimnasio Universitario de la uv, con la gala de clausura del Festival Junio Musical 2002, donde participaron destacados artistas universitarios ante un público aproximado de 2 600 personas.
Durante la jornada, que inició a las 20:30 horas, se presentó el grupo coreográfico Módulo, integrado por alumnos de la Facultad de Danza, quienes bailaron una coreografía de Alejandro Schwartz con música original de Javier Paixariño. Posteriormente, la Orquesta Universitaria de Música Popular, dirigida por el maestro Rodolfo Sánchez, acompañó a la soprano Isabel Guzmán y al tenor Armando Mora, quienes interpretaron melodías de Agustín Lara y Juan S. Garrido, entre otros autores. Una verdadera sorpresa resultó para gran parte del público la forma como Isabel y Armando (quien también actuó como solista con el grupo Tlen Huicani) cantaron a dúo la música vernácula, toda vez que se les identifica plenamente con el ámbito operístico.
En tanto, el Ballet Folklórico de la uv, cuyo titular es Miguel Vélez Arceo, dio vida a un espectáculo tan colorido como pleno en movimiento y energía. Con la música y las danzas del estado de Veracruz, los bailarines lograron motivar aún más el ánimo del público, el cual fue invitado por los cantantes a bailar, en medio del escenario, la últimas notas que el Festival Junio Musical 2002 dejó escuchar.
Esa noche resultó ser el digno colofón de un festejo que se prolongó durante todo el mes y que fusionó esfuerzos, talentos, ánimos y diversas manifestaciones artísticas. Esa noche y todas las de junio, la uv demostró una vez más su capacidad y eficiencia para organizar y producir proyectos culturales de amplias dimensiones.